- Esta es una entrevista publicada en El Diari de la Sanitat
¿Tienen los inmigrantes peores condiciones laborales? ¿Afectan estas condiciones a su salud? Hablamos con dos expertas sobre las condiciones de la salud ocupacional de los inmigrantes. Elena Ronda, experta en Salud Pública, es investigadora del Centro de Investigación en Salud Laboral (CiSAL) y ha estudiado el caso de los migrantes latinoamericanos llegados a España. Alison Reid, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Curtin (Australia), ha estudiado la salud ocupacional de los trabajadores migrantes que viven en Australia. Ambas han participado este septiembre en el 25º Congreso de Epidemiología de Salud Ocupacional (EPICOH), que reunió en Barcelona a más de 650 investigadores de 63 países diferentes.
¿Cuáles son las principales diferencias que se observan en las condiciones de trabajo si comparamos las personas nativas y las migrantes?
Elena Ronda: Las condiciones de trabajo están relacionadas con los trabajos que los inmigrantes normalmente hacen. Si trabajan, por ejemplo, en la construcción, realizan un trabajo más manual, y los riesgos están relacionados con esto.
Alison Reid: En Australia pasa lo mismo. Durante los últimos 20 años este país ha intentado atraer inmigrantes cualificados, pero es difícil para esta gente encontrar trabajo, porque no tienen experiencia profesional en Australia o no tienen calificaciones australianas. Por eso acaban aceptando trabajos que están por debajo de su preparación y esto causa mucho estrés y afecta su salud mental. También, otra cosa que pasa, es que estas personas no tienen experiencia haciendo este tipo de trabajos, por tanto acaban sufriendo más lesiones. Asimismo están desesperados por mantener el trabajo, por lo tanto no dicen nada sobre sus condiciones o sobre las lesiones que sufren.
En un estudio que hizo Elena, junto con otros compañeros, se afirmaba: “Los recién llegados tienen, de promedio, mejor salud que sus semejantes en el país de origen e incluso mejor que sus semejantes en el país receptor, aunque a medida que aumenta el tiempo de residencia esta ventaja va desapareciendo o se invierte. Esto se explica por el hecho de que a menudo los inmigrantes presentan más vulnerabilidad que la población autóctona y sufren condiciones de vida y trabajo deficientes”. ¿Esto ocurre en todos los países?
A.R.: Hice un par de estudios y uno se fijaba en la gente que acababa de llegar a Australia. Eran analizados en 3 períodos: cuando hacía 6 meses de su llegada, a los 18 meses y 3 años y medio después. Encontramos que si no trabajaban en aquello por lo que estaban formados y preparados después de tres años y medio tenían mala salud mental. En otro estudio que hicimos nos fijábamos en la exposición a los condicionantes de cáncer, como el diesel o el humo del tabaco. Encontramos una diferencia entre los australianos y los trabajadores inmigrantes. Estos últimos estaban más expuestos al diesel y al silicato que los australianos y es así porque están empleados en lugares donde están más expuestos. O aunque hagan el mismo tipo de trabajo que los australianos, ellos hacen las tareas más sucias. Por lo tanto, hay muchas maneras por las que el trabajo puede impactar en la salud.
E.R .: Nosotros encontramos resultados similares. Otra cosa que estudiamos fue el presentismo, el hecho de trabajar cuando estás enfermo, y vimos que es más alto entre los inmigrantes. Van más a trabajar aunque por sus circunstancias no podrían.
A.R .: La razón a menudo es que los inmigrantes tienen que enviar dinero a casa para ayudar a su familia, que está en su país, y por lo tanto esto hace incrementar su deseo de coger cualquier trabajo. Sean cuales sean las condiciones.
Estas condiciones a menudo impactan en la salud mental. ¿Cómo? ¿Qué tipo de problemas mentales ha observado?
A.R .: Hemos analizado sólo problemas de salud mental comunes. Pero hemos visto problemas como depresión, insomnio, ataques de pánico. Estas afectaciones son más importantes entre estas personas que no pueden utilizar sus aptitudes en su trabajo y sufren más ansiedad, depresión, etc.
E.R .: Nosotros vimos también que muchos sufren el llamado Síndrome de Ulises: cuando no te encuentras bien porque has dejado a tu familia, tus hijos. Te sientes solo y triste en un país al que no estás acostumbrado. Y a la vez tienes la necesidad de triunfar porque necesitas pagar lo que te costó el viaje para venir a España o para enviarlo a tu familia. Sabes que tienes que triunfar, te tiene que ir bien, esto produce presión. Lo que nosotros hemos visto durante mucho tiempo en España, estudiando el caso de los migrantes latinoamericanos, es lo mismo que vemos ahora en otros países europeos con la llegada de personas de Oriente Medio. El fenómeno es global.
¿La situación que sufren estas personas se vio agravada con la crisis económica?
E.R .: Estudiamos las condiciones de los migrantes cuando comenzaron a llegar a España y después durante la crisis. Y lo que observamos es que en aquellos que tenían buenas condiciones y un buen trabajo la crisis no tuvo efecto, incluso su salud mental mejoró. La migración fue algo positivo para ellos. El problema era para los que no tenían buenas condiciones de trabajo, estabilidad o un trabajo precario. El problema no es la inmigración en sí, sino las condiciones que te hacen migrar y después las condiciones que encuentras cuando llegas al país.
Europa está viviendo una crisis humanitaria sin precedentes. Si tenemos en cuenta sus estudios, ¿de qué manera los gobiernos deberían hacer un esfuerzo para mejorar el proceso de integración de toda esta gente que ahora está llegando? ¿Cómo puede servir el trabajo?
A.R .: Australia no ha sufrido esta crisis humanitaria. A la gente que ha llegado con un programa humanitario se les ofrece apoyo durante cinco años, incluso alojamiento, dinero, información, etc. Pero nunca he visto que se les dé información sobre sus derechos laborales o sobre cuántas horas deberían trabajar o cuántas vacaciones deberían tener o cuál es el salario mínimo. Por tanto, son realmente desconocedores de todo esto. En uno de nuestros estudios hablamos con esta gente en grupos y nos contaron historias horribles. Por ejemplo, una mujer embarazada de siete meses estaba trabajando en un lugar donde matan pollos, cayó al suelo, porque el suelo estaba mojado. Y no fue a casa, no fue enviada al médico. Pero lo peor de todo es que no sabía que tenía derecho a ir al médico. Por tanto, creo que debería haber más educación para esta gente cuando llegan, para que conozcan mejor sus derechos laborales.
E.R .: Cuando llegan no conocen nada y están dispuestos a aceptar cualquier cosa sin conocer nada.
A.R.: En Australia el salario mínimo está por encima de los 19 euros la hora pero hay gente a la que se le paga 10 euros la hora, y piensan que 10 euros está bien porque en sus países les pagarían 5 euros la hora.
¿Podemos decir entonces que los inmigrantes sufren desigualdades en salud debido a sus condiciones de trabajo?
A.R .: Sí. Si trabajas en algo peligroso tienes más posibilidades de lesionarte. Estas cosas hacen crecer las posibilidades de sufrir problemas de salud.
E.R .: El problema es que el empleo de baja cualificación que ellos desarrollan causa estos problemas. Tener que aceptar un empleo de baja cualificación afecta la salud mental de muchos migrantes. Si ves las condiciones laborales de trabajadoras del hogar es igual si son inmigrantes o no, las condiciones laborales son las que son. El factor de ser inmigrante quizás lo que hace es que las aceptes más porque necesitas el dinero. El trabajo en sí es igual si lo hace uno u otro. Es la calidad del trabajo y la presión de enviar dinero a casa lo que causa estos perjuicios para la salud.
A.R.: Exacto. Por ejemplo Australia tiene inmigrantes cualificados, cuando tienen trabajos que responden a su calificación se sienten bien. Si trabajan en una empresa grande que mira por su seguridad y reciben formación y buen salario, etc, entonces están muy bien.
E.R.: Este es el mensaje que queremos dar: las condiciones de trabajo son las mismas para unos y otros, el problema es cuando se trata de trabajos donde las condiciones no son buenas y además se suma el hecho de ser inmigrante, que hace que, por tu situación, aceptes cosas que de otro modo no aceptarías.