El Hospital de Sant Pau de Barcelona ha presentado este miércoles la primera reconstrucción de abdomen que se conoce en la que el paciente recupera totalmente su función. La intervención puede ser la mejor opción en pacientes oncológicos que han padecido un sarcoma y que requirieron extirpaciones muy grandes en la pared abdominal.
Cirujanos de varias especialidades de este centro barcelonés han reconstruido el abdomen de cinco pacientes, cuatro de los cuales padecían cáncer y una quinta que había sufrido un accidente. De todos ellos, cuatro han recuperado la funcionalidad completa de la musculatura, un hito que según el hospital no se había logrado hasta ahora.
El conseller de Salud de la Generalitat, Manel Balcells, junto con los doctores José Antonio González, del Servicio de Cirugía General y Digestiva, y Manuel Fernández-Garrido, del Servicio de Cirugía Plástica, y la primera paciente operada, Maria Rosa Vergés, han presentado este martes en rueda de prensa la nueva técnica reconstructiva de abdomen.
Los cirujanos han usado trozos de tejido con componente muscular del propio paciente para reemplazar la pared muscular lesionada o resecada. Lo que es más novedoso es que en cuatro de esos casos los pacientes, tras transcurrir un tiempo, han sido capaces de contraer el músculo como si fuese el original, llegando a conseguir una función exactamente igual a la previa a la operación inicial.
Esta técnica reconstructora reduce significativamente el riesgo de complicaciones postoperatorias y mejora la calidad de vida del paciente, que puede volver a hacer una vida más normal, han asegurado los cirujanos.
En estas cinco intervenciones ha participado un equipo multidisciplinar integrado por diferentes servicios del hospital, como Cirugía Plástica, General, Anestesiologia y Enfermería, entre otras, y supone ofrecer una opción reconstructora para pacientes que antes eran considerados como inoperables o para los que las secuelas de la operación reducían radicalmente su calidad de vida.
Según el doctor Manuel Fernández-Garrido, adjunto del Servicio de Cirugía Plástica de Sant Pau, han logrado “restaurar completamente la función muscular abdominal normal que el paciente tenía antes de la intervención. El nuevo músculo recupera la capacidad de contraerse y es capaz de mantener la misma actividad del músculo original y su tono”.
El doctor José A. González, jefe clínico de Cirugía General y Digestiva de Sant Pau, ha asegurado, por su parte, que “incluso en algunos pacientes es imposible diferenciar si el músculo es original o se ha substituido”.
La primera operación se hizo hace un año a Maria Rosa Vergés, una paciente con graves defectos en la pared abdominal a consecuencia de un accidente de coche y, en este caso, se usó un músculo reinervado de la espalda para hacer la reconstrucción.
Fernández-Garrido ha explicado que, en el caso de Vergés, “al cabo de seis meses se evidenció una simetría de la contracción de la pared abdominal. Ahora, un año después, hemos hecho una electromiografia (EMG), una prueba de electromiografía, que permite evaluar la salud de los músculos y de las células nerviosas que los controlan, con unos resultados que han confirmado que el nervio se ha regenerado y que, por tanto, se ha recuperado la función muscular completa”.
Los otros cuatro pacientes presentaban todos sarcomas (cáncer) y en estos casos se usó el músculo ‘gracilis’ en tres casos y un músculo vasto lateral en otro, para hacer la reconstrucción abdominal.
Una de estas personas es una mujer joven de Asturias que se recuperó muy bien de la operación y que posteriormente ha conseguido quedarse embarazada y tener a su hijo, una experiencia que hasta ahora se desaconsejaba a las mujeres que padecían un sarcoma.
De los cuatro pacientes con cáncer operados con esta nueva técnica de reconstrucción abdominal, uno no ha tenido la recuperación esperada, han admitido los médicos, que han apuntado, no obstante, que para hacer una estadística de si realmente funciona o no serían necesarios más casos.
Tras la operación, que dura unas doce horas si todo va bien, los pacientes han de hacer reposo para que el nuevo músculo no se mueva y no se deshagan las conexiones quirúrgicas del músculo transferido, y el alta hospitalaria suele darse a los quince días si todo evoluciona correctamente.
Durante un mes y medio el paciente no puede hacer ejercicio y debe llevar una faja durante 36 meses para contener el abdomen y que no haya distensión, iniciando la movilidad y el ejercicio de forma progresiva.
Los médicos han indicado que este tipo de reconstrucción del abdomen ofrece una protección ante los tratamientos post quirúrgicos, sobre todo la radioterapia, en pacientes oncológicos con sarcomas.
Hasta ahora, la reconstrucción de la pared abdominal era sólo estructural y, una vez extirpado el tumor, en los casos de personas afectadas por sarcomas, se colocaba una malla para sujetar los órganos internos y se cubría la zona con piel.
Sant Pau calcula que podría hacer entre tres y cuatro operaciones de este tipo por año en pacientes muy seleccionados y con un perfil muy específico: con la pared abdominal destruida por un traumatismo, por una hernia o por un tumor.