Un acusado de violación, sobre los restos de su semen hallados en la ropa de la víctima: “Se debió sentar en algún sitio”
29 de octubre de octubre de 2016. Una fiesta en una fábrica abandonada en Manresa (Barcelona) acaba en comisaría. Una menor de 14 años denuncia que seis jóvenes la han violado por turnos mientras un séptimo se masturbaba. Casi tres años después el caso ha llegado a juicio, y todos los acusados han negado no ya la violación de la que se les acusa, sino cualquier tipo de contacto sexual con la menor. Solo se han situado en la misma fiesta que la víctima, a la que todos ellos, han dicho, apenas conocían.
En la sección 22 de la Audiencia de Barcelona ha arrancado este martes el juicio contra los siete hombres. Solo uno de ellos ha pasado en prisión provisional dos años –el máximo permitido por ley– por los hechos. Se trata del acusado del que se encontraron restos de semen en la ropa de la menor. D.R.L. ha asegurado que esa noche solo coincidió con la menor para darle tabaco y, a preguntas de la fiscal, ha vinculado los restos de semen a que “la chica se debió sentar en algún sitio de ahí”.
Ante la repregunta de la fiscal de si había mantenido alguna otra relación sexual que explicara esa particular coincidencia de ADN en la ropa de la víctima, el acusado ha preferido no contestar. “Pero yo no tuve relación con ella”, ha insistido. Del resto de acusados no se disponen de pruebas biológicas tan directas como con Daniel R.L., si bien tanto la Fiscalía como la acusación de la víctima sostienen que la violaron.
“Ve, te toca a tí, 15 minutos cada uno y no tardes”, le dijo, según la fiscal, el primer acusado que habría violado a la menor al segundo procesado. Cuando éste salió de la caseta donde se habría producido la violación y volvió a la fiesta, otros cuatro habrían entrado sucesivamente para violarla mientras el último se masturbaba.
Fiscalía y acusación particular de la víctima discrepan en sus conclusiones provisionales sobre la calificación jurídica de la violación: el Ministerio Público pide penas de entre 10 y 19 años y medio de cárcel porque al delito de abuso sexual común en seis de los siete los acusados les suma a dos de ellos delitos de amenazas y obstrucción a la justicia por amedrentar a testigos de lo sucedido. Respecto al delito sexual, entiende la Fiscalía que debido a que la menor se encontraba bajo los efectos del alcohol y las drogas no concurrieron la violencia o la intimidación necesarias para acusar por agresión sexual, delito que sí ve la abogada de la menor, que fija las penas entre los 15 y los los 20 años.
Solo uno de los acusados se ha referido a la embriaguez de la víctima. “Ella estaba bien borracha y se me insinuaba a mí todo el rato pero yo la rechazaba”, ha dicho B.M.C., quien ha negado que el mensaje que envió a la menor en el que decía que sus amigos “se habían pasado” esté relacionado con la violación. “Fue porque ella estaba en el suelo y la llamaron guarra”, ha añadido, para concluir: “Fuimos a divertirnos entre amigos y esta acusación fue mala suerte, porque no tuvimos relaciones sexuales”.
Por contra, otro de los acusados, Y.C.L., ha puntualizado que la víctima no estaba bebida hasta bien entrada la madrugada, cuando “se quitó la ropa y decía que se quería tirar a todo el mundo”. Como el resto, ha negado que violara a la menor en una caseta de la fábrica abandonada, si bien ha sido el único que ha dicho que dos hombres –que no están en el juicio como acusados– sí dijeron haber mantenido relaciones sexuales con ella. “La chica salió sola de la caseta, vestida y decía que estaba bien”, ha explicado.
Esta ha sido la versión común del resto de acusados, que a diferencia de otros juicios por violación, no han alegado que la relación fue consentida, sino que directamente han negado cualquier contacto sexual con la menor. Asimismo, uno de ellos, M.R.T., ha negado que amenazara con una pistola de aire comprimido a los asistentes a la fiesta para que no contaran nada de lo sucedido a grito de “si alguien dice algo tendréis problemas con vuestra familia”. Y B.M.C. también ha negado que intentara amedrentar a testigos, menores de edad, antes de que declararan en fase de instrucción.
Para un eventual cambio en la calificación jurídica de los hechos y la resolución del caso serán claves las declaraciones de la víctima y de los testigos, que comparecerán este miércoles. En especial, las de dos amigas de la menor que también estaban en la fiesta. El jueves será el turno de los peritos y el juicio quedará visto para sentencia.