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Entrevista

Teresa Jordà, consellera de Acción Climática: “La ampliación de El Prat ya es una carpeta cerrada”

Arturo Puente

3 de octubre de 2021 21:55 h

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Teresa Jordà (Ripoll, 1972) lleva poco más de dos meses ostentando la cartera de Acción Climática (antes lo era de Agricultura y Pesca) y ya le ha tocado lidiar con un proyecto de ampliación del aeropuerto de El Prat que ha acabado hundiéndose. Muy crítica con la gestión que ha hecho Aena, a quien acusa de una “deslealtad extrema” y de perseguir “unos intereses que se nos escapan”, su postura en el Govern ha sido una de las más contrarias a la ampliación de la pista hacia el este, porque eso hubiera afectado a los terrenos protegidos de La Ricarda. Con todo, Jordà considera que Catalunya debe poder convertirse en un nudo aéreo y recibir vuelos de larga distancia y no es, de entrada, partidaria de reducir rutas. “No sé si nos podemos permitir renunciar a ser un hub intercontinental”, asegura la consellera, que considera un problema para Catalunya que el Prat no pueda tener este tipo de trayectos.

El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana la ampliación de Barajas y ha echado atrás la de El Prat. ¿Es un fracaso para Catalunya y una victoria para Madrid?

No. Yo no hago esta lectura. Al final Barajas y El Prat son dos aeropuertos que no sé si han estado de espaldas pero si el Gobierno español hubiera querido que Barcelona fuera un hub ya lo sería hace tiempo. Mi lectura es que ha pasado lo que ellos quieren que pase y ya está. No es ni un fracaso ni un no fracaso, es sencillamente lo que han querido siempre que pasara. 

Pero, ¿es un problema para Catalunya que este aeropuerto no se amplíe?

Es un problema para Catalunya que El Prat no pueda tener vuelos intercontinentales. Pero los podría tener con una gestión diferente y hace tiempo, es una cuestión de voluntad política, no va ligado necesariamente a una ampliación de la tercera pista.

Por tanto, ¿usted no cree que Aena quisiera hacer la inversión de 1.700 millones en El Prat?

Tengo mis serias dudas. Porque cuando las cosas te las crees en serio lo acompañas de datos, de informes y de rigurosidad, y juegas con tiempo, te sientas y buscas los consensos. No ha habido nada de eso por parte de Aena. Lo que ha habido es un powerpoint, presentado a los alcaldes, en esta conselleria aún ni eso, y en un momento en el que Aena sabía que tenía una carta de emplazamiento [de la Comisión Europea] de la pasada ampliación. Cuando se presenta, todo se reviste de un cierto chantaje, que acaba en el “o lo tomas o lo dejas”. No son maneras. Creo que por parte de Aena las ganas de hacer la inversión no existían. O al menos no las han demostrado.

¿Usted era de las que creían que se podía estudiar una ampliación de la tercera pista sin afectar la zona protegida de La Ricarda?

No lo sé. Nosotros somos los primeros defensores, y además tenemos la obligación, de preservar la Red Natura 2000. Al igual que la Comisión Europea, este es un tema que finalmente hubiera caído sobre la mesa del comisario Medio Ambiente, y eso personalmente me dejaba algo más tranquila. Pero en cualquier caso nosotros tenemos la obligación de preservarla y sobre eso el Govern establece su consenso: no tocar el espacio. ¿Se puede hacer, sin tocar el espacio? Esto no me corresponde a mí. Por eso nosotros reivindicábamos que había que hacer un plan director y reivindicábamos los informes técnicos. Una cosa llamativa es que todos los informes que tiene Aena en su expediente son macroeconómicos. Pero yo no he visto ningún informe medioambiental, de la calidad del aire, de las emisión. Nada de eso existe. 

Entonces, ¿el Govern no sabe si se puede ampliar la pista sin tocar el espacio protegido?

No, es que no me corresponde a mí saber eso. Por eso pedimos rigurosidad, datos y un consenso del territorio. Estamos en plena emergencia climática. Creo que por delante de todo impera el clamor de la manifestación del 19 de septiembre. Porque yo no sé si todo es compatible, en estos momentos, tengo mis dudas. Pero sí hay que priorizar, clima, salud y vida. Eso es importantísimo.

El acuerdo del 2 de agosto, que pactan el Ministerio y la Generalitat, sí que habla de la ampliación de la tercera pista. ¿El consenso en el Govern era no tocar la zona protegida, pero acuerda algo que no sabe si puede afectarla?

Es que aquí está una parte del chantaje. Lo que se acuerda es hacer entrar [la ampliación] al Documento de Ordenación Portuaria (DORA), que tiene una fecha límite del 30 de septiembre, para que forme parte de este posible plan de inversiones. Y al final lo que sí se acuerda es hacer un plan director, riguroso, con datos, con los informes pertinentes. Eso se acuerda y, evidentemente, existe la posibilidad de que se acabe ampliando. O no, depende de que hubiera consenso, de estos informes y del análisis de los datos. Otra cosa es que después, de forma intencionada o no, aparezca en el DORA una ampliación hacia el este, que sin duda afecta al espacio protegido y al parque agrario.

Este jueves en el Parlament PSC y Junts votaron juntos sobre El Prat. ¿Cree que el vicepresident Puigneró actuó de manera leal cuanco cerró el acuerdo con el Ministerio?

Al final lo del Parlament es una propuesta de resolución de dos grupos parlamentarios. Con el vicepresident Puigneró habíamos hablado en varios momentos y todo pasaba por este plan director y por la preservación de los espacios protegidos. Eso es lo que habíamos establecido y es lo que a mí se me transmite que es el acuerdo al que se llega el 2 de agosto. 

Pero consideran que lo que aparece en el DORA no es lo que se había establecido en el Govern. Por eso le pregunto si cree que el vicepresident fue leal y trasladó ese consenso.

Yo quiero pensar que sí, pero en todo caso esta respuesta nadie se la puede dar mejor que el vicepresident.

Aquí ha habido una deslealtad extrema y unos intereses de Aena que se nos escapan

El mandato parlamentario votado en el Parlament es para mantener el acuerdo el 2 de agosto. ¿Usted entiende que hay que seguir hablando con el Ministerio para la ampliación de El Prat?

Yo lo que no entiendo es que el jueves, 30 de septiembre, cuando está agotado el periodo para entrar en este plan de inversiones que plantea Aena, se haga esta propuesta de resolución. No entiendo el momento ni la forma, nosotros ya nos hemos posicionado y nos remetíamos al plan director. Y aquí ha habido una deslealtad extrema y unos intereses que se nos escapan de Aena, avalada por el Consejo de Ministros.

En plena crisis climática y muchos expertos sostienen que deben reducirse los vuelos. Pero usted me decía antes que El Prat debía acoger vuelos intercontinentales. ¿Son compatibles ambas cuestiones?

Es innegable que estamos en emergencia climática y eso nos lo tenemos que meter en la cabeza. Parece una contradicción que pueda haber más vuelos porque seamos un aeropuerto intercontinental. Yo no soy experta en la materia, pero se nos ha prometido durante muchos años que Barcelona podía ser un hub intercontinental. Como país, no sé si nos podemos permitir renunciar a ser un hub intercontinental. Pero por eso me vuelvo a remitir al plan director, que nos debía marcar cuál era el precio, si es que con un cambio de gestión, por ejemplo jugando con el resto de aeropuertos del país, podemos ser este hub. 

¿Pero cree que en el actual momento de emergencia climática hay que reducir vuelos?

Cuando se comenzó a plantear la mesa institucional, cuando Aena comenzó con su chantaje y tuvimos que crear deprisa y corriendo una mesa con el territorio, una de las primeras cosas que hicimos fue encargar una serie de informes. Y estos informes nos dirán muchas cosas, no solo sobre la ampliación de El Prat, que ya es una carpeta cerrada, sino que nos dirá también la realidad de las emisiones y de los vuelos de El Prat a día de hoy. Así que veremos.

La UE recriminó a principios de año la falta de protección del Delta del Llobregat posterior a las ampliaciones del puerto y el aeropuerto. Teniendo en cuenta que las competencias en medio ambiente son suyas, ¿qué tienen pensado hacer para solucionarlo?

El día que va sentarse el señor Lucena [presidente de Aena] se sentó aquí en el Departamento, después de explicarnos que estábamos en decadencia y que la tercera pista debía sacarnos de esta decadencia, lo primero que le transmití fue que estábamos en deuda porque teníamos una carta de emplazamiento que teníamos que cumplir. Nos emplazamos a trabajarla y es verdad que la estamos trabajando. Hay que hacer una serie de actuaciones y yo no sé si el anterior departamento de Territorio había hecho cosas o no, lo que si puedo decir es que nosotros hemos cogido la carpeta y sí las estamos haciendo.

Han anunciado que harán una empresa energética pública. ¿Cuándo creen que esta empresa podría entrar en funcionamiento?

Esta es una pregunta extremadamente compleja. La empresa se hará porque tenemos un acuerdo de legislatura y porque creemos en ella, pensamos que una empresa pública nos debe acompañar en todo el proceso de transición energética, en el que nosotros queremos incidir, desde el tema de las centrales hidroeléctricas cuando caduquen las concesiones hasta participar en proyectos de renovables, comunidades energéticas, cooperativas, etc. Ahora el compromiso es hacer un equipo que trabaje y nos haga el cronograma y nos informe de qué hay que hacer para dotarnos de una energética pública. En pocos meses, si puede ser a principios de año, debemos tener ya este marco de referencia previo para ponernos a trabajar.

Bajo la idea de “energética pública” caben cosas muy diferentes, desde una mera comercializadora a una empresa que produzca energía. ¿Qué es lo que quiere hacer la Generalitat?

Una energética pública pueden ser muchas cosas, pero yo no me puedo avanzar a decir algo que después nos sea muy difícil de hacer, o que se quede corto respecto a lo que haremos. Debemos remitirnos a este equipo de trabajo, que ya está presupuestado y lo tenemos comprometido, que es el que nos dirá si hablamos de comercializadora, distribuidora, generadora o exactamente de qué. Pero sí que le puedo decir que la voluntad es estar en todo el proceso. También en la generación de energía.

¿Tienen garantizado que algunas de las hidroeléctricas que caduquen puedan pasar a ser gestionadas por la Generalitat? El Ministerio podría no querer traspasarlas… 

La idea es que en todas las centrales hidroeléctricas que hayan caducado o estén en proceso de caducar, que son muchas, la gestión la podamos hacer desde la Generalitat. 

¿Todas?

Todas las que podamos. El marco regulatorio es extremadamente complicado. Y además ya sabemos que Madrid, todo lo que no vea claro lo envía al Constitucional o se inventa alguna cosa. En todo caso, yo tengo reunión con la ministra [Teresa Ribera] y ella sabe cuál es la intención. Pero todo lo que hagamos lo haremos en concordancia, más que nada para no encontrarnos sorpresas.

¿Una empresa energética pública, tal como la plantean, podría contribuir a bajar el precio de la energía de forma notable o no sirve para esto?

Puede contribuir, evidentemente. El marco regulatorio es europeo pero desde aquí hay mucho trabajo que hacer, una parte le toca a Europa, otra que debe hacer el Ministerio y lo que nosotros tenemos que hacer como país es la transición energética. Nosotros tenemos una serie de compromisos respecto a las renovables que nos pueden ir muy bien. Temas de autoconsumo, de comunidades energéticas, donde la empresa pública debe jugar un papel importante, desplegar con la modificación del decreto los objetivos para 2030, vamos muy retrasados. Todo eso puede hacer que los ciudadanos paguen la luz más barata.

No puede haber ayuntamientos que se encuentren cuatro proyectos de energía renovable ya decididos y sean los últimos en enterarse

Catalunya está muy atrasada en generación de energías renovables. ¿Qué piensan hacer para revertirlo?

La primera cosa que hemos hecho es poner orden. Cuando llegamos aquí, fruto del decreto de renovables de la pasada legislatura, teníamos el territorio encendido. Eso es muy perjudicial, porque las comarcas pueden jugar muy a favor de las energías renovables y, en cambio, las teníamos de espaldas. Por eso había que poner orden, no puede haber ayuntamientos que se encuentren cuatro proyectos ya decididos y sean los últimos en enterarse. O los propietarios. Por tanto había que modificar el decreto pero no se podía paralizar eternamente, porque tenemos prisa, y nos comprometimos a hacerlo muy rápido. Será un decreto que se aprobará para la primera semana de noviembre.

Tenemos que hacer ver al territorio que tenemos una oportunidad, porque si no hacemos la transición nosotros, nos la harán

Con las modificaciones del decreto, ¿la renovable notará un cambio en Catalunya?

Es un punto de partida, a partir de aquí hace falta desplegar y potenciar los proyectos que a nosotros nos gustan, que son los de 5 MW. Y en paralelo trabajar en el plan sectorial, que nos debe marcar la situación en cada territorio, porque hay territorios que quizás ya tienen cumplida su contribución, como por ejemplo la Terra Alta (Tarragona), por citar una. Y también es muy importante trabajar en un plan de comunicación para explicar cómo haremos la transición energética para cumplir con estos 10.000 MW que nos hacen falta para 2030 o los 49.000 para el 2050. Y eso quiere decir planificar y comenzar a dar salida a todos estos proyectos. 

¿Se puede llegar a los objetivos solo con proyectos de renovable pequeños?

Para nosotros los de menos de 5 MW son importantes porque nos dan mucho cuerpo al territorio. Pero haciéndolo muy muy bien, con autoconsumo, placas fotovoltaicas en los tejados, en paredes urbanizables, etc, podemos llegar al 30%, necesitamos también a las grandes empresas. Y eso tenemos que explicarlo también. Ahora bien, seremos exigentes y participaremos en estos proyectos.

Usted me decía antes que se encontraron al mundo agrícola encendido por las renovables. ¿Cuál es la razón y dónde debe estar el equilibrio?

Creo que el problema es el consenso y la participación. Aquí el territorio, las comarcas y los municipios, deben jugar un papel muy importante en este proceso de transición. También Barcelona y el área metropolitana, todos. Y todos debemos hacer lo que podamos. Pero el territorio ha de poder tener voz. Creo que el equilibrio está allí. La cosa va mucho más allá de los espacios agrarios, porque en el último decreto ya se protegían los espacios agrarios más productivos. Pero debe ser el propio territorio el que, colaborando con la transición energética, diga: aquí no pero aquí sí. Esto ha faltado. Y tenemos que hacer ver al territorio que tenemos una oportunidad, porque si no hacemos la transición nosotros, nos la harán.

Desde el Delta del Ebro le reprochan que no esté llevando a cabo las acciones preventivas necesarias para evitar la regresión en futuros temporales. ¿Qué les contesta?

Con las Terres de l'Ebre tengo una debilidad personal pero también como consellera. Nos hemos reunido mucho con la mesa de consenso y yo no tengo entendido que nos lo reproche a la Generalitat, más bien mirando un poco más allá. Pero yo no soy de las de señalar a Madrid, los temas son corresponsables muchas veces. En este caso, nosotros estamos conjurados con el Ministerio, esta misma semana he hablado con la ministra, y la semana que viene personal del Departament van a la zona por el tema de los 350.000 metros cúbicos de arena [compromiso del Ministerio para evitar que un nuevo temporal arrase el Delta]. Mira si estamos comprometidos que hemos trasladado a la ministra que nosotros queremos hacer esto este otoño, y que si lo hemos de pagar nosotros, lo pagaremos nosotros.