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La histórica librería Els Nou Rals de Viladecans remonta el vuelo como cooperativa

Jordi Vicente es el alma de la librería Els Nou Rals, de Viladecans (Barcelona). La fundó en 1979 y con ella ha sido también protagonista de una peripecia ejemplar. Gracias a una especie de conspiración popular, el establecimiento recientemente ha iniciado una segunda vida, esta vez como cooperativa. Nos recibe en el local que ha sido durante décadas un centro de agitación cultural en el Baix Llobregat.

¿Cuándo fundó Els Nou Rals Rals?

Calculo que hacia enero de 1980, aunque antes empecé a hacer cosas. Inicialmente estaba yo solo, aunque luego tuve personal

¿Cómo fueron los inicios?

Al principio difíciles. Viladecans tenía en aquel momento agricultura e industria, por lo tanto no había burguesía. Industrialmente lo que tiraba era la fábrica Roca.

Y una curiosidad, ¿de donde le biene el nombre de Els Nou Rals?

Viene de un libro de historia de Viladecans que encontré en Gavà. Tenía el título: pleito de términos y pastos, de un historiador, Josep Solé i Vidal, también independentista. Ahora la gran biblioteca de Gavà lleva su nombre. En el libro encontré que eso de los nou rals era lo que pagaban los agricultores para cultivar los campos. Me hizo gracia, encontré campesinos que sabían cuáles eran los límites de estas tierras de cultivo. Decidí poner este nombre a la librería. Pensé: nueve reales, dos pesetas con veinticinco céntimos, es lo que hará esta librería. . .

¿Cómo fueron los comienzos?

Yo tenía ganas e inquietud. De muy joven me había interesado por las ediciones catalanas editadas en París y compraba esos libros clandestinamente. Y con esta inquietud decidí abrir la librería. Los primeros años fueron complicados, estaba solo y sacar adelante el negocio fue trabajoso.

¿Tengo entendido que la tienda sirvió para crear un cierto centro de agitación cultural?

Sí, en ese tiempo yo estaba muy implicado políticamente, aunque era un crío. Viendo la situación cultural de la población se me ocurrió crear los Consejos Populares de Cultura Catalana, que era una especie de organización surgida del Congreso de Cultura Catalana. Buscamos un local ya partir de ahí comenzó la dinamización de las entidades culturales locales. El tejido creado terminó siendo un referente importante incluso en las poblaciones de alrededor. Ideológicamente nunca escondí mi independentismo. Casi nunca tuve problemas por ello.

¿Supongo que con los años hubo más estabilidad, en la librería?

Sí, hubo un puñado de años buenos. Llegamos a trabajar aquí en cuatro personas y media. Fueron años de muchísimo trabajo. En aquel tiempo hacíamos muchas actividades culturales: presentaciones de libros, por Sant Jordi una semana cultural. Incluso con el ayuntamiento durante un par de años tuvimos una cierta sintonía, culturalmente hablando. Por ejemplo, cuando venían los autores a presentar libros, firmaban el libro de actas del Ayuntamiento y les daban una recepción. Así tuvimos el Miquel Martí Pol, Isabel Clara Simó y quizás la Maria Barbal.

Y hace unos años llega la crisis ..

Ya te puedes imaginar. En 2008, en cosa de cuatro meses me retiran las tres pólizas de crédito que tenía. Esto hizo que me encontrara con un descubierto importante.

¿La situación le hizo pensar en cerrar?

Si, a pesar de que tenía dos hijos no quise nunca que se involucraran en el negocio. Sin embargo conseguí devolver la deuda a los bancos, pero al mismo tiempo tenía un descubierto importante con los proveedores. A raíz de esto veo que es inviable la continuación. Entonces fijo el tempus para cerrar. Lo quería hacer antes de Sant Jordi de 2013. Pero antes me montaron la jornada solidaria.

¿En qué consistió?

Yo me enteré por casualidad. Fueron las amistades, clientes, y también mi hija, que organizaron un cashmob, es decir, que una gente llama a apoyar un comercio emblemático comprando, haciendo una compra masiva. Lo montaron un sábado en marzo.

¿Os impresionó?

Tuve la suerte de enterarme la noche antes, por una filtración. La movida fue extraordinaria, muy emocionante. En la puerta de la librería se llegaron a acumular 300 personas, y durante el día se superó el millar. Y la semana siguiente igual. Dejaron el local casi sin libros. Eso me hizo alargar hasta Sant Jordi y hacer también una semana cultural. Y aunque me pedían que no lo hiciera, el 30 de junio bajé la persiana. Y otra vez se hizo una fiesta y la gente volvió a venir.

Y llega la segunda parte de la historia de la librería Els Nou Rals

Un día me encuentro con una compañera que me dice que le haría mucha ilusión quedarse la librería. Por otra parte, Ricard Caba me comenta lo mismo y los pongo en contacto. Más tarde, Ricard se encontró con la tercera socia, Rosa, que trabajaba como técnica en el Ayuntamiento de Gavà y quería hacer un cambio. Los tres se juntaron y crearon la cooperativa. Una parte del traspaso me lo pagaban con dinero, así yo podía hacer frente a la deuda de proveedores. Y la otra parte me la pagaban incorporándome la cooperativa, como un socio más, porque consideraban que era el referente cultural y de la librería durante 35 años en la zona.

¿Ahora como cooperativa veis que se gestiona igual la librería?

Es muy diferente. Yo tenía una librería generalista. Tenía los dos pisos llenos de libros. Ellos han decidido que la librería se especialice. Ahora tienen libro infantil y un poco de juguete didáctico y luego un pequeño fondo de libros variados. Además el piso de abajo se ha organizado como un espacio dinámico. Allí se hacen talleres, actividades, alguna presentación. Ahora no necesitamos el stock que yo llegaba a tener. En definitiva se intenta que este espacio sea mucho más dinámico.

¿Como lo hacen sus compañeros, ahora?

Bien, muy bien. Ellos dominan mucho las redes sociales. Y pasa que ahora entre los cuatro socios abarcamos todo el abanico de edades, lo que ayuda también a llegar a mucha más gente. Además, a través de la informática agiliza todo mucho.

¿Ha cambiado la forma de funcionar ahora que sois cooperativa?

Mucho, ahora las estrategias se debaten entre todos. Las tareas también están repartidas por cada una de las personas. Pero lo más importante para mí es que un proyecto de vida se reabre y me incorporo. Rompo con la sensación de pérdida y se retoman mis pasiones. Ahora estoy muy contento de haber encontrado gente que han arriesgado para tirar adelante un proyecto cultural como este. Para mí es simplemente impresionante.

?Al final hacer cooperativa también ha contribuido a este renacimiento de Els Nou Rals?

Ellos ya tenían claro que querían hacer una cooperativa. Es el mejor sistema. Permite también que en algunos casos los socios puedan dedicar una parte de su trabajo aquí y al mismo tiempo mantener sus anteriores dedicaciones.

--la Rosa Agustí, una de las socias de la cooperativa, se incorpora a la entrevista-- ¿Como fue que os involucrasteis en el proyecto?

R.A. - Un día Ricard y la otra socia, Anna Bordas, que sabían que me hacía gracia crear algo parecido a esta librería, me encontraron por la calle y me dijeron: tú serás la tercera socia. Y como quería dejar el trabajo en Gavà me apunté.

?Organizar la cooperativa fue difícil?

R.A. - Teníamos claro que la queríamos crear. Así que pedir ayuda a otra cooperativa que hace asesoramiento, como es Coopdemà. Y estos compañeros nos han ayudado en todos los pasos, como el plan de empresa o gestionar correctamente el fondo editorial y todas estas cosas. Además tenemos el asesoramiento de la Federació de Cooperatives de Treball de Cataluya (FCTC) por si tenemos una duda o necesitamos algo.

¿Cuál es el reto que os planteáis ahora?

R.A. --Fidelitzar a la clientela. Hemos hecho una tarjeta de fidelización que funciona muy bien. También operamos en las redes sociales y mantenemos las actividades que siempre ha protagonizado Els Nou Rals .

¿Cuando tienen previsto llegar al punto de rentabilidad?

R.A. - Empezamos en noviembre de 2013 y el plan pensamos que se puede cumplir en 2016. Pero hay que trabajar mucho!

--Jordi Vicente se reincorpora a la entrevista--. En su cabeza bullen ideas de futuro, ¿verdad?

Sí, ahora mismo estamos hablando con los propietarios de una floristería de Begues, aquí cerca, para ver si podemos abrir un pequeño apartado de libros de Els Nou Rals. La población, Buegues, tiene 6.500 habitantes, y cerca está Olesa de Bonesvalls, con más de 2.500 habitantes. Si llegamos a un acuerdo, podríamos hacer allí las mismas actividades que realizamos en Viladecans, llevar autores, hacer cuentacuentos, entre otros. Sería una ampliación del negocio y yo podría hacer de vínculo, porque siempre he vivido en Begues y la inversión es mínima y siempre ayuda a todos.