Los trabajadores de la empresa Giró GH de Badalona, dedicada a la fabricación de envases, se han declarado en huelga parcial. Cada viernes detienen la producción durante los tres turnos de trabajo. Y también lo hacen el fin de semana cuatro horas por día. El motivo: el despido de una trabajadora que la plantilla considera absolutamente injusto. La razón esgrimida en este caso es sanitaria: la mutua ha declarado a la empleada no apta de hacer su trabajo después de 41 años de servicio. La trabajadora está afectada por diversas lesiones profesionales, según el comité de empresa.
“Lo que ha pasado es un aviso a navegantes: quiere decir que quien se haga daño va a la calle”, afirma Paco Giménez, presidente del comité de empresa de la compañía y miembro de la CGT, sindicato que comparte con UGT la representación de los trabajadores. “En esto vamos a una”, explica.
El caso de Pilar, según sus compañeros, es hiriente. Se trata de una trabajadora que hace 41 años que presta sus servicios a Giró, una industria con dos ramas, una textil y la otra dedicada a la fabricación de embalajes. El hecho es que a consecuencia de tantos años de trabajos repetitivos la salud de la trabajadora se resentía por diversas lesiones, por lo que se visitó en la mutua de la empresa, MC Mutua, afirman sus compañeros.
El resultado de las exploraciones fue la declaración de la trabajadora afectada como “no apta” para realizar las tareas que solía. El conflicto nace aquí, porque la empresa, amparándose en la reforma laboral, ha decidido despedir a la empleada. La ley permite en esos casos una indemnización mínima equivalente a 20 días por año con un máximo de 12 meses.
El comité de empresa y los trabajadores intentaron negociar con la empresa una solución que no fuera el despido de la compañera. “La misma ley dice que debe aplicarse la solución menos lesiva para los afectados. Nosotros hemos propuesto que la cambien de puesto de trabajo, pero no ha habido forma”, dice Giménez. Los empleados no se creen que una empresa como Giró, donde trabajan 138 personas, no tenga un lugar adecuado para la operaria.
Lo que indigna más el colectivo laboral es que el despido se produce cuando la trabajadora tiene una edad que hace que, en la práctica, no se pueda recolocar: tiene 56 años. Esto y las lesiones que arrastra debido precisamente los años de trabajo “la dejan en la calle sin nada”, afirman sus compañeros.
La respuesta a la decisión empresarial, por parte de los trabajadores ha sido casi unánime. Se ha declarado una tanda de huelgas. Cada viernes habrá cuatro horas de parada en cada uno de los tres turnos y durante el fin de semana cuatro horas de paro al día. Los paros no tienen fecha de finalización. Para dar más fuerza a la protesta durante el tiempo de las huelgas los trabajadores se concentran a las puertas de la factoría, situada en el polígono Canyadó de Badalona.
La plantilla teme que lo ocurrido con Pilar forme parte de un plan previamente establecido. Se trataría de “deshacerse de los trabajadores que tienen más antigüedad”. Giró, que no había sido tradicionalmente una empresa con conflictos, ya vivió uno antes del verano. La compañía, que, según los sindicatos tiene una buena salud económica, ha construido una planta nueva en Teruel. En junio pasado se inició el traslado de parte de la maquinaria desde Badalona, lo que provocó las primeras protestas laborales, que entendían la maniobra como una deslocalización, dado que la nueva fábrica tendrá, afirman, una capacidad de producción que multiplica por cuatro la de la ciudad catalana.