Primero fue el visto bueno a la polémica ampliación del centro comercial de La Maquinista con los votos de CiU y PP. Después le tocó al centro de Las Glorias, cuya ampliación siguió adelante por silencio administrativo. Y en el primer trimestre de 2015 podría ser el turno de Heron City, donde sólo la falta de un estudio de impacto comercial exigido por el grupo popular ha frenado la aprobación definitiva para que la empresa propietaria convierta el espacio inicialmente destinado a ocio y oficinas en tiendas, probablemente outlets.
El comercio de barrio, el de toda la vida, agoniza en Barcelona. A la crisis económica que ha cortado el grifo del consumo, a la guerra entre administraciones por los horarios comerciales y a los estragos que está provocando la nueva ley de arrendamientos urbanos, sobre todo en los alquilares de renta antigua de las tiendas más emblemáticas, se ha añadido este 2014 el apoyo explícito del gobierno de Xavier Trias a la ampliación de tres grandes superficies comerciales con el objetivo de atraer el turismo de shopping y centrifugarlo a distritos más periféricos para evitar la endémica saturación de Ciutat Vella y Eixample.
A poco más de cinco meses de las elecciones municipales, los ejes comerciales de los barrios afectados no entienden cómo la federación nacionalista sigue apoyando unas ampliaciones que ahogan a un sector tradicionalmente votante de CiU. El boicot de los comerciantes de Sant Martí, de Nou Barris y de Sant Andreu a los actos institucionales del Ayuntamiento de Barcelona de este otoño no es un hecho aislado. El malestar se extiende por la ciudad como una mancha de aceite y, en el barrio de Sagrada Familia, comerciantes y vecinos hacen piña contra la posible apertura de un supermercado Mercadona en el antiguo cine Niza.
Cuatro días antes de que el gobierno catalán y el sector del comercio de Cataluña firmasen, este lunes pasado, un gran pacto sectorial y social en el Parlamento para defender el actual modelo comercial catalán ante la liberalización de los horarios comerciales que quiere imponer el gobierno central, la comisión de urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona sometía a votación la ampliación del centro comercial Heron City, en el distrito de Nou Barris. La pretensión de la empresa Azorallom S.L. es reconvertir en tiendas 6.000 metros cuadrados de oficinas, restaurantes y bares musicales actualmente poco rentables por los cambios en los hábitos de consumo de los clientes y añadirlos a los 3.000 metros cuadrados actuales.
El proyecto tiene el visto bueno de la Generalitat y nada hacía prever que no se podría aprobar. Sin embargo, la exigencia inesperada del PP de hacer antes un estudio sobre el impacto que esta nueva oferta tendrá en el maltrecho tejido comercial del barrio ha obligado a aplazar la ampliación. La encargada de elaborar el informe será la misma empresa propietaria de Heron City y el plazo máximo de presentación del estudio es de tres meses. Según la regidora de ICV-EUiA Janet Sanz, “incrementar la superficie comercial con el actual descenso del consumo y con un comercio que lo está pasando muy mal es incomprensible”. A pesar de haber pedido la suspensión definitiva, Sanz no descarta que al final CiU y PP den luz verde al proyecto.
En el caso de Las Glorias, en el distrito de Sant Martí, la ampliación presentada el enero pasado por la empresa Unibail-Rodamco Spain S.A. y aprobada seis meses después sin haberse debatido ni en comisión ni en plenario llegará a los 13.000 metros cuadrados. Las obras empezarán en el primer trimestre de 2015 y se acabaran a finales del 2016, costaran unos 130 millones de euros y pretenden modificar la fisonomía del centro comercial sin aumentar su superficie. El proyecto incluye el derribo de los edificios actuales y busca aprovechar la transformación de la plaza de las Glorias en un nuevo eje central de la ciudad para revitalizar un espacio muy castigado por la crisis y la apertura del centro comercial Diagonal Mar.
Multinacional francesa
Unibail-Rodamco Spain también es propietaria de La Maquinista, en el distrito de Sant Andreu. La multinacional francesa, que gestiona también los centros comerciales Barnasud de Gavà y Splau de Cornellà de Llobregat a parte de los doce que tiene en el resto del Estado, añadirá 42.000 metros cuadrados nuevos de superficie comercial a los 30.000 existentes gracias a la modificación del Plan General Metropolitano aprobada por CiU y PP el julio pasado para recalificar el suelo industrial y convertirlo en edificable. El proyecto, muy cuestionado por vecinos y comerciantes al considerarlo una operación especulativa sin precedentes, incluye la construcción de una escuela, equipamientos para gente mayor y zonas verdes, a pesar de que todo está todavía por concretar. También prevé hacer 625 pisos nuevos, 300 de ellos serían de protección oficial y estarían situados en Baró de Viver, un barrio con muchos problemas de cohesión social.
Para la regidora de ICV-EUiA, el impacto de la ampliación de La Maquinista no repercutirá negativamente sólo en el comercio de proximidad de Sant Andreu, actualmente muy afectado por el drástico descenso del consumo y por la proximidad de dos centros comerciales y diversos hipermercados. “El impacto sobre el comercio de proximidad llegará a toda la franja del río Besòs”, avisa Janet Sanz al mismo tiempo que recuerda la intención de Trias de abrir también un nuevo espacio comercial y un centro lúdico para niños en la zona de la estación del TGV de La Sagrera. Todas estas grandes operaciones urbanísticas se concentran en el sector norte de Barcelona.