UGT celebra un congreso con 300 personas en Barcelona pese a que Salud Pública lo desaconsejó

Pau Rodríguez

23 de noviembre de 2020 11:10 h

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El sindicato UGT reúne este lunes en Barcelona a unas 300 personas en el congreso ordinario de una de sus federaciones, la de Servicios Movilidad y Consumo (FeSMC). El encuentro presencial, justo al inicio de la desescalada en Catalunya, se celebra pese a que el Departamento de Salud les instó a evitarlo si podían. A preguntas del propio sindicato la semana pasada, la Agencia de Salud Pública de Catalunya les contestó que, por normativa, el cónclave se podía celebrar cumpliendo todas las medidas, pero a la vez les desaconsejó hacerlo, recordándoles los malos indicadores epidemiológicos y hospitalarios. 

El Congreso Ordinario de la FeSMC-UGT de Catalunya tiene lugar desde las 9:30h de este lunes en el Palau de Congressos, en la Fira de Barcelona, en una sala con capacidad para 1.500, con lo que el número de delegados convocados (se prevén unos 300) cumple con el aforo permitido. Desde UGT aseguran también que se han dispuesto todas las medidas de distancia, higiene y seguridad previstas por normativa (en las imágenes difundidas en redes sociales, se ve como mantienen varios asientos de separación). 

Fuentes del sindicato argumenta además que el congreso ya se había aplazado en más de una ocasión, que por estatutos no pueden celebrar una votación por la vía telemática y que por calendario no podían alargar más la renovación de cargos que se lleva a cabo este lunes, puesto que es el paso previo al congreso de UGT de Catalunya previsto para diciembre. Y este es necesario para celebrar el congreso confederal, previsto para mayo. Asimismo, esgrimen que antes de este se hicieron congresos territoriales y de federaciones como la de Industria. También entidades como el FC Barcelona tienen permiso para celebrar su proceso electoral el 24 de enero.

Sin embargo, en un correo remitido el 18 de noviembre por el director de la Agencia de Salud Pública, Xavier Llebaria, y al que ha tenido acceso elDiario.es, este les pidió que eviten cualquier tipo de reuniones presencial. “Dada la situación epidemiológica actual y los datos asistenciales, desaconsejamos cualquier actividad que conlleve reuniones o encuentros presenciales, como es la reunión que planteáis”, manifiesta. A la vez, les informa que su congreso “se puede relacionar con el desarrollo de una actividad laboral”, para las que la normativa no prevé un límite de asistencia. “Por lo tanto, se puede llevar a cabo”, concluye. 

Malestar interno por el congreso

La decisión de mantener el Congreso de forma presencial ha generado malestar dentro del sindicato, especialmente en la propia federación FeSMC, partidaria de aplazarlo incluso antes de recibir el último correo de Salud Pública. La polémica sobre si este encuentro debía celebrarse se remonta a semanas atrás, cuando se empezaron a disparar los contagios y dentro del sindicato se plantearon si tenían que mantener el acto.

Tras un tira y afloja entre la federación FeSMC y la Comisión Ejecutiva de la Confederación Estatal, partidaria de mantenerlo, al final optaron por buscar un espacio alternativo en la Fira de Barcelona. Pero esta, de nuevo, les pidió un aval del Procicat (el organismo integrado por Salud e Interior que gestiona la pandemia). Fue entonces cuando desde la UGT hicieron la consulta y obtuvieron la respuesta de Llebaria. 

El correo de Salud Pública desató de nuevo una pugna interna entre la federación FeSMC de UGT, tanto la catalana como la estatal, con la Ejecutiva. Prueba de ello son las cartas –a las que ha tenido acceso elDiario.es– que se intercambiaron a finales de la semana pasada el secretario general de FeSMC-UGT, Miguel Ángel Cilleros, y el secretario de organización de la Comisión Ejecutiva Confederal, Rafael Espartero, ambos de la central en Madrid. 

En una primera misiva, de 19 de noviembre, Cilleros esgrime la respuesta de Salud Pública para apremiar a la central a aplazar el congreso. La carta va dirigida a Carlos González, secretario general de FeSMC-UGT Catalunya, y informa también a Pepe Álvarez y Camil Ros, máximos responsables estatal y catalán del sindicato, respectivamente. “A pesar de que los citados organismos [la Generalitat y la Fira] no plantean de manera explícita ningún obstáculo para que celebréis un evento de este tipo, es evidente que sí exponen, especialmente en el caso de la Autoridad Sanitaria de la Generalitat, su posición de cautela, desaconsejando la celebración del mismo por razones de salud pública”, expresa. “A pesar de que cumpláis con todos los protocolos definidos por la Autoridad Sanitaria para la celebración del Congreso dentro de un marco profesional o de trabajo, a nadie se le escapa –por sentido común y responsabilidad– que concentrar a 400 personas en un espacio limitado durante una jornada de 12 horas es asumir riesgos innecesarios”, prosigue en la carta. 

Tras expresar su miedo a que se den contagios o brotes, añade que un sindicato como UGT no puede estar “exigiendo a empresas e instituciones no sólo el cumplimiento de todas las medidas de prevención establecidas para luchar contra la COVID-19 sino un esfuerzo para ir más allá del, digamos, mínimo legal de seguridad en prevención y, después, celebrar un evento con 400 asistentes”. 

La carta de Cilleros, sin embargo, no convence a la Ejecutiva que dirige Pepe Álvarez. El secretario de organización Espartero argumenta en una carta de respuesta ese mismo día que, para él, la autoridad sanitaria plantea “de manera clara” que el congreso “se puede llevar a cabo” garantizando las medidas de seguridad e higiene. Añade Espartero que además la Generalitat ha anunciado que este lunes empieza un proceso de desescalada, y resuelve “no admitir” la decisión de la FeSMC de Catalunya de desconvocar el cónclave.

“Parece razonable esperar unos días”

Ante la constatación de que el congreso se deberá celebrar de forma presencial, Cilleros decide enviar una última carta a Espartero manifestándole su disconformidad. “Tal como tú lo interpretas claro que se podría celebrar el Congreso con la normativa en la mano, pero viendo cuál es la situación –y a pesar del anuncio de desescalada realizado por la Generalitat de Catalunya– creemos que es pronto para testar si la realidad epidemiológica es compatible con un evento de este tipo. Parece razonable esperar unos días y ver cómo evoluciona el contexto”, argumenta Cilleros. 

En la carta, reitera que el papel de UGT debe ser no solo cumplir la normativa, sino servir de ejemplo ante la opinión pública, y recuerda en este sentido el episodio del evento del diario El Español, que pese a cumplir con el reglamento despertó rechazo por llevarse a cabo en medio de las restricciones. “Hasta el propio ministro Illa tuvo que disculparse por asistir al mismo y reconoció que en la actual situación había que evitar este tipo de eventos (y era uno legal, de trabajo y que cumplía con todos los protocolos de prevención). Ahí lo dejo”, concluye.