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Vecinos de Barcelona paran los buses turísticos para protestar contra el turismo masivo

Cuando las campanas Sagrada Familia daban las 11 de la mañana, un centenar de vecinos y activistas de la zona han cortado la calle Sardenya para detener el bus turístico en señal de protesta contra el “turismo masivo”, tal como constaba en la pancarta que han desplegado frente a la fachada del templo. Simultáneamente, miembros de la Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible (ABTS) paralizaban el recorrido del bus turístico en otros cinco puntos de la ciudad: Gracia, Drassanes, Vila Olímpica, Espanya y plaza Antonio Maura.

Ante la atónita mirada de los cientos de turistas que se congregaban como cada día alrededor del templo, los manifestantes, al grito de “stop turismo masivo”, han esgrimido pancartas donde se leía “No queremos una Barcelona de parque temático” o “No al monocultivo turístico”. A través de su manifiesto, que han repartido en forma de octavillas en catalán e inglés para todos los turistas, los convocantes han denunciado las consecuencias del actual modelo turístico, que van, según se quejan, desde la dificultad de movilidad en el espacio público hasta la sustitución de viviendas de alquiler por pisos turísticos.

“Tenemos que parar esta desenfreno o acabaremos como Venecia, ¡queremos barrios vivos!”, se lamentaba Juan Itxaso, portavoz de los manifestantes y miembro de la Asociación de Vecinos de Sagrada Familia. En 2015 visitaron el templo de la Sagrada Familia 3,7 millones de personas, y este año esperan que se supere esta cifra.

“No es cuestión ya de que no podamos pasear por según qué zonas porque están llenas de turistas”, se lamentaba la vecina Elisabeth Gallardo, “es que nos están cambiando la identidad del barrio con cadenas de comida rápida y tiendas de souvenirs allí donde había comercio local ”, sostiene. Para hacer las compras de su casa, cuenta que tiene que desplazarse varias calles más abajo.

El otro gran tema de conversación entre los que han acudido a la protesta era la proliferación desde hace años de pisos turísticos en el barrio. “Las viviendas de alquiler se están sustituyendo por viviendas de uso turístico, con unos precios inasumibles para la población autóctona”, recogía el manifiesto. Gabriel Mercadal, otro vecino desde hace años del barrio, explica cómo algunas comunidades de vecinos “se están buscando notarios para dejar claro en sus estatutos que en su edificio no haya apartamentos turísticos, aunque sean legales”. “Es horroroso tener un piso turístico dentro de una comunidad de vecinos”, relataba. No es su caso, pero sí el de otros vecinos, ha asegurado.

La acción de protesta ha concluido al cabo de media hora, tiempo durante el cual los activistas y vecinos han parado el tráfico de la calle Sardenya -bus turístico incluido-, justo delante de la fachada del templo. Algunos incluso se han dedicado a explicar a los turistas más curiosos los motivos de la protesta.