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Del 'Verano 1993' al curso 2002-2003: el camino hacia los Goya que arranca en el instituto

El despertar cinematográfico de Carla Simón sucedió en una clase de Bachillerato. Un grupo de adolescentes del instituto Castell d'Estela, en el pueblo gerundense de Amer, discutía con la profesora de arte sobre la película de Michael Haneke Código desconocido. Algo había debajo de la serie de historias que se entrecruzan en film del París del cambio de siglo que los estudiantes estaban a punto de descubrir. “¡Con el debate nos dimos cuenta que aquella película hablaba de la incomunicación! Me quedé parada, aquel día descubrí que el cine sirve para contar cosas como esta”, recuerda la ahora figura revelación del cine español.

Aquel día Simón se fue a su casa “impactada”. Trece años después, arrasa en galas y festivales con su ópera prima, 'Verano 1993', en la que evoca el verano en que con seis años se fue a vivir con sus tíos en una masía de La Garrotxa tras la reciente muerte de su madre, sumada a la de su padre tiempo atrás, ambos por el sida. La cineasta acude a la entrevista con cuatro galardones de los premios Feroz bajo el brazo, en vísperas de la gala de los catalanes Gaudí y a una semana de los Goya, para los que cuenta con 8 nominaciones. Hoy, sin embargo, habla de su paso por el colegio, y lanza un mensaje meridiano: “Hay pocas cosas en la vida que me hagan creer, porque soy muy escéptica: una de ellas es Cinema en Curs”.

Ella es heredera de la filosofía de este proyecto educativo, con el que se enseña en los institutos a ver y hacer 'otro' cine más allá del de Hollywood, al que los adolescentes no suelen tener acceso. En los cerca de 45 centros donde se lleva a cabo -sobre todo Catalunya, pero también Galicia, Madrid, Alemania o Chile-, los alumnos trabajan con un cineasta en activo para descubrir cómo se hace cine y elaborar ellos mismos un cortometraje durante un curso escolar entero.

“Nos interesa mucho que descubran el punto de vista del creador artístico, porque así los estudiantes deben someterse a su proceso: observar, escoger, ordenar ideas y apropiarse de una determinada sensibilidad”, cuenta Montserrat Planella, la que fue profesora de Carla Simón en el instituto de Amer. Ahora la autora de 'Verano 1993' ha cerrado el círculo y integra desde hace tres años el equipo de Cinema en curs, el último curso en el instituto Maria Espinalt de Barcelona.

Educar la mirada: “Sirve para el cine y para la vida”

En las clases de Planella, la adolescente Carla Simón aprendió a mirar. Este es, según defiende, uno de los objetivos que se ocultan tras este proyecto escolar. “Es una forma de mirar tu entorno que te sirve para el cine y para la vida”, explica. “A mi me sirve inspirarme en la realidad, en los pequeños gestos, en ver cómo viven y hablan las personas”. Y esto es lo que tratan de trasladar a los estudiantes: lo que les rodea puede ser digno de ser inmortalizado y relatado.

“El otro día estábamos haciendo en clase una práctica sobre cómo incide la luz en el rostro”, detalla Simón.“Pues bien, fue una revelación para ellos, estaban eufóricos de ver cómo cambia su cara en función de cómo entraba la luz”. Si la función de la escuela, arranca la cineasta, es que todos los jóvenes adquieran conocimientos y habilidades que en casa no siempre se les pueden proporcionar, uno de ellos puede ser la que miran su entorno.

Inspirado en el modelo francés Le cinéma, cent ans de jeunesse, el programa Cinema en curs, que impulsa la asociación A Bao A Qu, ha roto también con la tradición de ignorar el cine en el sistema educativo, donde incluso las materias artísticas suelen centrarse en otras ramas. “El cine ha sido siempre maltratado”, apunta Planella, que constata que sólo se ponen pelis en clase para tratar temas históricos o cuando hay que llenar horas huecas entre los exámenes y el fin de curso.

Lo que sí es puede ser impedimento, apunta Simón, es el currículum y la organización horaria escolar, puesto que hacer un cortometraje requiere horas de guión, rodaje, edición... “Son procesos que requieren tiempo y no hay resultados inmediatos, cuesta inserirlo en la dinámica escolar”, admite Planella, aunque para ella no es excusa. “Los docentes tenemos desde la LOGSE una libertad muy grande para organizar lo que hacemos en el colegio”, defiende.

La metodología que emplean en Cinema en Curs consiste en trasladar a los alumnos determinados fragmentos y películas para que ellos, acto seguido, puedan extraer de ello ideas para su cortometraje. “Con mucha facilidad se vuelven sensibles a la luz, a las expresiones, al sonido, a los encuadres”, apunta Núria Aidelman, una de las personas que decidió poner en marcha este programa hace trece años.

Aquí el cineasta es una pieza clave. “La relación que se crea con nosotros es muy especial, porque aportas una visión fresca”, apunta Simón. Y Planella añade: “Siempre que viene una persona de fuera se genera otra atención en clase, los alumnos conectan la antena, y aunque saben que viene el cineasta viene a trabajar, también es cierto que pueden tener con él un trato con distinto al del docente”.

La vuelta al cole del otoño de 1993

El encuentro entre Simón y la que fue su profesora propicia volver sobre la época escolar de la cineasta, y resolver así una de las incógnitas que emergen con el desgarrador final de 'Verano 1993'. El duelo incubado por la pequeña Fridapor la muerte de su madre la asalta como una cascada justo cuando se prepara para la vuelta al cole en septiembre. ¿Pero cómo fue aquel inicio de curso?

“Era un desastre, no sabía ni leer”, recuerda Simón sobre sus primeros días en segundo de Primaria en la escuela de Les Planes d'Hostoles. “Con toda la enfermedad de mi madre me había saltado muchas clases y aparte estaba mimada por el resto de familiares”, recuerda. Pero pronto se convirtió en una alumna modélica. “Tenia una necesidad de exigencia”, añade. De reivindicarse dentro de su 'nueva' familia.

Sus mejores recuerdos, sin embargo, son a partir del curso 2002-2003, en Bachillerato. Allí descubrió la filosofía, la historia... y el cine. Planella lo recuerda así: “Carla era una de esas jóvenes a las que gustaba pensar, incluso sobre conceptos abstractos, como qué es la alegría. En Bachillerato se encontró con el conocimiento y con gente que antes que ella había pensado también”. Luego vino la asignatura de imagen y cine con Planella, que aunque todavía no era formalmente del programa Cinema en curs, ya empleaba buena parte de su filosofía.

Al término de la entrevista, Simón le regala a Planella un DVD de 'Verano 1993'. La profesora le promete que la próxima vez que se vean le traerá el de Código desconocido. Simón es para ella –y para los demás docentes de su instituto– lo que los galardones son para la joven directora de cine.