VÍDEO | Así se llenaron los tanques anti inundaciones de Barcelona: 200.000 m3 de agua durante la DANA
La DANA causó inundaciones este lunes a su paso por la región metropolitana de Barcelona, especialmente en la comarca del Baix Llobregat. Sin embargo, en la capital catalana, donde las precipitaciones también fueron considerables, no hubo episodios de anegaciones destacables. En parte, se debe a que una vez más su sistema de depósitos subterráneos de aguas pluviales funcionaron a pleno rendimiento.
La red de quince depósitos pluviales que gestiona el Ayuntamiento de Barcelona, unas enormes cámaras bajo el suelo de la ciudad que permanecen vacías cuando no llueve, se activaron este lunes por la mañana para regular el agua del temporal. En total, estos tanques anti tormenta recibieron y almacenaron algo más de 200.000 m3 durante el episodio de lluvias, un 50% de la capacidad total del sistema, que es de 447.000 m3.
ElDiario.es pudo visitar uno de estos depósitos, el que se esconde debajo del Parque Joan Miró, para el especial sobre la 'España inundable'. En el vídeo que acompaña este artículo aparecen imágenes de ese almacén y del de Zona Universitaria, el más grande de la ciudad con capacidad para 105.000 m3.
Barcelona fue una ciudad pionera en los años 90 a la hora de desplegar estas infraestructuras, fruto de las numerosas inundaciones que padecía la ciudad anteriormente. El primer depósito se inauguró en 1999 y desde entonces muchas otras ciudades españolas cuentan con esta herramienta. Entre ellas, Madrid, donde está uno de los más grandes del mundo, el de la Casa de Campo, cerca del río Manzanares, con capacidad para 400.000 m3.
La función principal de estos depósitos es reconducir agua del alcantarillado cuando este va demasiado cargado. Cuando el caudal de los colectores acerca el agua a 1,5 metros del asfalto, los sensores de la red se activan y automáticamente se empieza a desviarse el flujo hacia los tanques anti tormenta. Una vez pasa el temporal, estos se vacían progresivamente aunque en pocas horas, sobre todo para liberar capacidad por si llegan más chubascos.
En Barcelona esta infraestructura suelen funcionar entre 15 y 30 veces en un año con régimen de lluvias estándar. Y muy difícilmente superan el 50%. Además de su función de prevención de inundaciones, también tiene como objetivo evitar vertidos al mar. La estimación del Ayuntamiento es que se evitan con ellos 900 toneladas de abocamientos de aguas residuales al medio cada año.
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