Hasta seis agresiones o intentos de agresión a trabajadores de la cárcel se han registrado en los seis primeros meses de 2017 en el establecimiento penitenciario de Picassent, según un informe que el sindicato Acaip (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias) ha hecho público este jueves.
Solo en uno de los casos, ocurrido en febrero, cuando una interna que ya había protagonizado otros incidentes, se negó a un cacheo intentando morder a los funcionarios y lanzando puñetazos, una trabajadora resultó lesionada en los dedos y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. En el resto de los casos no hubo heridos o se produjeron lesiones leves.
Acaip hace hincapié en su reiterada demanda de que se incremente la plantilla de un centro que considera “uno de los más conflictivos” porque “alberga una mezcla muy diversa de internos e internas, jóvenes, adultos, mujeres en primer grado, y hombres en primer grado” (el que se aplica a los internos más peligrosos). “En la actualidad faltan más de 100 trabajadores sobre el número mínimo que debería haber”, señala.
Sin embargo, el número de incidentes es menor en comparación con el anterior informe, lo que atribuye el sindicato a que se ha producido un descenso de la ocupación por las obras en varios módulos que han llevado al traslado de internos a otros centros.
En la relación de incidentes elaborada por Acaip destacan 74 agresiones entre internos, 20 casos de autolesiones de los presos (“una de ellas de importancia”, apunta el informe), ocho casos de intoxicaciones graves por drogas y cinco quebrantos de condena de internos que no regresaron de sus permisos penitenciarios.
En ese apartado, Acaip narra el caso de un preso que se evadió durante una salida al hospital. Se quitó las esposas en la ambulancia en la que era trasladado, rompió el cristal de la puerta y saltó en marcha, sin que las fuerzas de seguridad que lo custodiaban pudieran darle alcance. Días después fue detenido.
Hasta en 201 ocasiones, según el sindicato de funcionarios, los internos se resistieron “de forma pasiva” al cumplimiento de órdenes de la normativa interior del centro. “Se han computado cuatro internos que se han puesto en huelga de hambre”, añade el informe.