“¿Usted se presenta a la alcaldía de Orihuela?”, le preguntó un confundido hombre a Mónica Oltra cuando apareció por las calles de la capital de la comarca de la Vega Baja. Era 2015, se acababa de constituir la agrupación local de la coalición y sus militantes decidieron traer a la lideresa para reforzar la campaña. Pensaban que sería un tirón que los oriolanos charlasen cara a cara con la política que había destacado en la oposición por bregar contra las desidias del PP valenciano, convertida ya por entonces en un símbolo, como retrató el escritor Ferran Torrent en ‘Caminarás entre elefantes’. Pero la lógica valenciana no había calado en la Vega Baja. “Yo flipaba porque nadie sabía aquí quién era Mónica Oltra”, recuerda ahora Cayetano Portugués, portavoz local de Compromís Orihuela.
Mientras esa mujer “desconocida” accedía a la vicepresidencia del Consell, a los de Portugués les tocaba emprender su particular travesía entre elefantes. Sin representación municipal en Orihuela –octava fuerza, 739 votos- partían “de cero” allí y, en general, en toda la Vega Baja, donde únicamente cuentan con cuatro regidores, tres en la pequeña localidad de Daya Vieja y una en Cox.
Ahora, Mónica Oltra vuelve al mismo sitio para inaugurar este lunes la primera sede de Compromís en toda la comarca donde suman 766 militantes, de los cuales una treintena engrosan el proyecto oriolano. Una iniciativa convertida en toda una declaración de intenciones para combatir el mensaje que apunta a que la marca de izquierdas poco tiene que rascar en esa especie de triángulo de las Bermudas llamada la Vega Baja.
Pero, ¿es la idiosincrasia con el valenciano la única explicación para un territorio decididamente castellanoparlante? “Sabemos perfectamente que en la Vega Baja hablamos castellano, esto es así y nos reafirmamos en la línea de Compromís de que se den facilidades a las personas de aquí, que tienen una dificultad añadida con respecto al valenciano, para que se puedan sacar ese título que tanto nos cuesta”, avanza este joven político que reconoce que carece del Mitjà pese a que lo intentó.
“Pero cuando aparecemos en la comarca no lo hacemos vinculados a una de las partes por la que más se reconoce Compromís, la lengua, sino para luchar contra la vieja política y acabar con la corrupción, en un municipio como Orihuela con su Brugal, Gurtel, Fitur…”, añade. Unos inicios que, apostilla, no fueron fáciles. “En Orihuela poca gente de la que se acercaba conocía que somos una coalición de tres partidos”. El proyecto se fue construyendo a través de Iniciativa del Poble Valencià, principalmente, y Els Verds, en menor medida. Del Bloc Nacionalista Valencià, ni rastro, lo cual nos remite de nuevo a la temática lingüística. “Aquí PP y Ciudadanos están haciendo una política muy dañina de la lengua valenciana”, argumenta. “Se asocia a Marzà con el valenciano, pero poco se habla de todo lo que ha hecho por el patrimonio cultural”, expresa más adelante.
Orihuela tiene un reconocido extenso patrimonio artístico, histórico y cultural, que lo sitúa segunda ranking de ciudades con más patrimonio de la Comunidad Valenciana después de Valencia y la primera con más iglesias por metro cuadro de España. Una cuestión de la que Compromís ha hecho una de sus principales “banderas locales”. “El Ayuntamiento no ha cuidado los patrimonios y se han dejado perder, así que nos sentimos contentos porque ha sido el Consell el que nos ha ayudado a conservarlo”, asume este ingeniero de Caminos, que pone como ejemplo la cesión por parte de la Generalitat de la casa natal de Miguel Hernández al consistorio oriolano, coincidiendo con el 75 aniversario de la muerte del poeta, “después de numerosas disputas”; o las declaraciones como Bien de Interés Cultural de la Gloriosa Enseña de Oriol y la Cruz de los Labradores, más conocida como La Diablesa, un paso histórico de la Semana Santa.
Cita electoral
Cayetano Portugués se muestra esperanzado de cara a las elecciones municipales del año que viene. Da por hecho que Compromís va a estar en las papeletas de Torrevieja, Daya Vieja, Cox y “quizás Almoradí”, sin olvidarse de Orihuela, donde si la militancia lo respalda, será el próximo alcaldable. En frente no tendrá a Emilio Bascuñana, el primer edil al que el PP ha frenado sus aspiraciones de repetir, acosado por las polémicas, la última la de haber estado seis años cobrando como médico de la Dirección Territorial de Alicante sin acudir a su puesto.
Su pronóstico, lograr entre uno y dos concejales que, asegura, sería la recompensa a “tres años de trabajo altruista pero gratificante”. O dicho de otro modo, espera romper con ese distanciamiento con los votantes y recoger la cosecha sembrada en terreno –de momento- poco fértil, y pone de ejemplo de nuevo a Mónica Oltra. “Cuando volvió en julio del año pasado a Orihuela nos encontramos con una imagen muy diferente a la de 2015, con una sala repleta donde se pasó hasta las once de la noche respondiendo a preguntas de los vecinos”.