“La Central Nuclear de Cofrentes considera necesario la construcción de un Alamacén Temporal Individualizado (ATI) centro de los terrenos de la central, mediante un sistema de almacenamiento de contenedores en seco que resuelva las necesidades de almacenamiento del combustible gastado, hasta que sea posible su envío al Almacén Temporal Centralizado”.
Así reza la exposición previa del proyecto básico del ATI que ha impulsado Iberdrola y al cual ha tenido acceso eldiario.es.
La construcción de esta instalación en Cofrentes viene justificada por la previsión de que las piscinas en las que se almacena actualmente el combustible gastado completen su capacidad en el año 2021, cuando la vida útil de la central caduca en 2024, y ante el presumible retraso que experimentará el Almacén Temporal Centralizado (ATC) enn Villas de Cañas (Cuenca).
De esta forma, el ATI “permitirá continuar con la operación segura de la central (...), siendo además compatible con la utilización del ATC cuando esté disponible”.
Así, según se desprende de la documentación, el proyecto costará 3,9 millones de euros y estará operativo antes de septiembre de 2021, momento en que quedará saturada la capacidad de las actuales piscinas de almacenaje. Además, tendrá una vida útil de 50 años.
La infraestructura estará a una cota de tres metros de media bajo la cota del terreno natural, de forma que se aprovechará el blindaje natural que proporciona el terreno.
La superficie total ocupada será de 22.000 metros cuadrados, mientras que la superficie total construida será de 5.250 metros cuadrados. Estos serán los principales compenentes del proyecto.
Zona de almacenamiento. Comprenderá dos losas sísmicas en las que se ubicarán los contenedores. Estará ubicada a una distancia mayor de 100 metros del límite de la propiedad en una zona no inundable. Incluirá un muro perimetral de hormigón de seis metros de altura y 0,75 metros de espesor.
Losas de almacenamiento. Las dos losas serán estructuras de hormigón armado con unas dimensiones de 20 x 31 metros y un espesor previsto de 80 centímetros. Los contenedores de residuos radioactivos se dispondrán sobre cada losa en dos filas paralelas de hasta seis contenedores, separadas 8 metros entre centro de contenedores y 6 metros al borde de la losa. Por tanto, cada losa tendrá capacidad para 12 contendores (al haber dos losas, la capacidad total será de 24 contenedores).
Vallados. Las barreras para la protección radiológica y la protección física de la zona del ATI se van a establecer mediante vallas dispuestas alrededor de las losas de almacenamiento. El ATI estará situado dentro del doble vallado del área protegida de la Central Nuclear de Cofrentes.
Viales. Los contenedores se deberán transportar desde el edificio de combustible de la central hasta el ATI, en un recorrido de 650 metros, para lo que se deberán de construir 4.800 metros cuadrados de nuevos viales que discurrirán entre el doble vallado del área protegida. Se prevé una media de circulación de 50 vehículos pesados al sía.
Edificio de control. El proyecto incluye un edificio de control con la función de alojar los equipos necesarios para supervisión y control del almacén. Entre ellos habrá un sistema que permitirá recoger y registrar las medidas de presión que transmita el sistema de control de fugas instalado en cada uno de los contenedores.
Edificio Auxiliar. Servirá para el almacenamiento temporal de vehículos pesados y grúas necesarios para el volteo y manejo de los contendores. El edificio estará construido con losa de cimentación de hormigón armado.
Cuerpo del contenedor. Cada contenedor está fabricado en acero con aleación de níquel y proporciona la contención del material radioactivo. En la parte superior cuenta con una brida mecanizada sobre la que se dispone dos tapas independientes de acero, cada una con una junta metálica doble. En el fondo del contenedor se dispone de otro blindaje adicional de plomo y holtite que proporciona blindaje cuando el contenedor está siendo volteado.
Riesgo sísmico. El proyecto tiene en cuenta el riesgo de terremotos. En este sentido, establece que dadas las características de la instalación, se adoptan criterios más restrictivos. Así, la normativa establece que para un la construcción de una instalación independiente para el almacenamiento de combustible irradiado se debe considerar un sismo de diseño equivalente al sismo de parada en riesgo aplicado en centrales en operación.