Almussafes busca diversificar su industria para evitar la dependencia de la automoción con un futuro de Ford incierto

El anuncio de Ford esta semana de que va a prescindir en su factoría de Almussafes de un tercio de su plantilla a través de un ERE (expediente de regulación de empleo) ha caído como una bomba entre los trabajadores, sindicatos y administraciones. Supone en cifras concretas que 1.622 personas se quedarán sin empleo de los 4.800 que hay actualmente.

Pero no por duro este anuncio es inesperado, y es que la tendencia desde el año 2015 ha sido a la baja en el empleo. Aquel año marcó el récord de trabajadores con alrededor de 10.000 puestos de trabajo. Es decir, en nueve años la compañía del óvalo va a quedarse casi en un tercio de la plantilla que tuvo en su esplendor, pese a todas las inyecciones de ayuda pública que ha recibido.

Y como es normal esto no ha pasado desapercibido para Almussafes, el municipio que aloja desde 1976 a la multinacional americana. La empresa ha llegado a tener más trabajadores que habitantes la población de la Ribera Baixa, que no llega a los 9.000. Ahora, los vecinos ya son más que los trabajadores. Este peso específico de la planta automovilística atrajo mucha industria a Almussafes, en buena medida accesoria de la Ford dentro del sector,. Con el resfriado de la multinacional, todos los demás cogen pulmonía.

Precisamente esta semana el alcalde de la localidad, el socialista Toni Gonzàlez, señalaba: “Uno de nuestros principales objetivos es diversificar el área industrial de Almussafes, con la finalidad de evitar una dependencia excesiva del sector de la automoción”. Esta manifestación la realizaba al explicar que el Ivace (Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial) ha concedido al municipio una subvención de 1,2 millones de euros para mejorar sus áreas industriales, cantidad que se completará por el ayuntamiento con 300.000 euros de recursos propios.

Esta diversificación industrial, según el Ayuntamiento, ha de servir para canalizar la sangría que está sufriendo el sector y que ha hecho a Almussafes tan dependiente. “Se trata de una actuación imprescindible para atraer nuevas inversiones, para conseguir que nuevas empresas se instalen en nuestra zona industrial y, de esta manera, seguir creando riqueza y empleo”. Las nuevas empresas, apunta, ayudarán a diversificar el sector industrial.

Toni Gonzàlez, que también es el presidente de la Asociación Española de Municipios de la Automoción, afirmaba hace unas semanas que la situación laboral de Ford es “dramática”, pero todavía se mostraba confiado en que a partir de 2026 se sume un nuevo tipo de vehículo al que queda en producción y que para 2027 o 2028 llegue la confección de coches eléctricos en la planta de Almussafes. “Esta es la única manera de que esta industria sea viable en los próximos años”, asegura. La diversificación industrial que persigue el municipio se concibe como la forma de no dejar todos los huevos en el mismo cesto.