El juicio al caso del Palau de les Arts ha dejado en evidencia a significados miembros de la burguesía valenciana. El fiscal ha anunciado este jueves que reconsiderará sus conclusiones, lo que podría acabar en menos peticiones de cárcel o incluso en la solicitud de la absolución para los principales acusados. Pero los dos meses, y sobre todo el interrogatorio de ayer al banquero Joaquín Maldonado, revelan que la empresa intermediaria para conseguir los patrocinios del Palau de les Arts no fue tan solidaria como se ha intentado defender.
Maldonado ha declarado este jueves ante el juez que la propuesta de captación de patrocinios para el Palau le pareció “apasionante” y se mostró dispuesto a colaborar, también, por ser “un tema de valencianía”. Desde el primer momento supo, como así trasladó a patrocinadores, que “se trataba de aportar un dinero que probablemente no se recuperaría. Con el objetivo de traer beneficios al Palau”, ha dicho.
En esta línea, Maldonado, socio de Patrocini, ha insistido en que “no era una cuestión comercial” y ha apostillado: “Cualquier céntimo de euro que ingresara Patrocini iba a ir destinado a ayudar al Palau, por cualquier concepto, ya fuera por patrocinios o por Viva Europa, como así fue”.
El fiscal ha replicado a Maldonado que Patrocini se ubicó en un piso de su propiedad -lo tenía a través de una sociedad- en la calle de Pascual y Genís de València, una de las más caras de la ciudad. Además, como gerente de la sociedad y con sueldo, los seis consejeros situaron a una “prima segunda” de la esposa de Maldonado. Aparte, Patrocini cobró comisiones por las gestiones en el año 2008, cuando un año antes las mismas gestiones se hacían desde el propio Palau.
Patrocini, ha recordado Maldonado, se constituyó en marzo, aunque ellos empezaron a trabajar “bastante antes” sin tener la sociedad constituida. Ha afirmado que no hubo expediente de contratación. “Eso no se planteó jamás”, ha puntualizado.
Culpa a la Conselleria de Cultura
En relación con los contratos, ha indicado que el abogado José Antonio Noguera, también acusado, recibía los borradores “que se remitían desde la conselleria para contratar con Patrocini”. Ha explicado que el contrato con la sociedad contemplaba una retribución y unos objetivos y se debía cobrar el porcentaje establecido porque “para sacar adelante el proyecto requeríamos de infraestructuras y medios materiales muy potentes”, ha matizado.
“En cuanto medios personales”, ha añadido, “éramos seis socios y seis consejeros y nos repartimos las tareas. Todos estábamos totalmente implicados en ayudar al Palau y todas las decisiones estaban consensuadas”.
Sin embargo, finalmente no llegaron a facturar a la fundación del Palau por los patrocinadores porque se rescindió el contrato “sin pegas por ninguna parte”, ha dicho. Ha expuesto que no entendieron las razones de por qué se decidió suspender el contrato pero respetaron la decisión: “No íbamos a poner piedras a aquella entidad a la que queríamos ayudar”, ha aseverado.
“Vinimos a ayudar porque nos llamaron y lo hicimos de la mejor manera que pudimos”, ha añadido, para afirmar que luego se firmó otro contrato y centraron sus “esfuerzos” en Viva Europa.
Sobre este festival, el acusado ha señalado que desconoce si hubo expediente administrativo y ha reiterado que Noguera “recibía los contratos de la conselleria y de la fundación”.
Maldonado ha aseverado que firmaron el nuevo contrato sin saber lo que iba a costar el evento y ha señalado que los 300.000 euros que recibieron inicialmente no fueron destinados solo a cubrir una edición, la de 2009, sino “también las siguientes”. “Era un evento plurianual”, ha dicho.