Con la llegada de la izquierda al gobierno local de Valencia, se esperaban cambios en el mundo de las Fallas. Y en los carteles se ha producido el primero de ellos. Si tradicionalmente había un solo cartel para las Fallas, ahora habrá cuatro. La intención de esta decisión es ofrecer “un único cartel a una imagen gráfica homogénea y coherente que servirá también como soporte de todas las campañas publicitaras relacionadas con las fallas 2016”, ha asegurado el concejal de Fiestas, Pere Fuset.
Sin embargo, según apuntan fuentes oficiales del Ayuntamiento, la elección de cuatro carteles en lugar de uno responde al reto que se ha marcado Fuset de conseguir que la fiesta fallera sea declarada como patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO. Las nuevas imágenes que servirán para anunciar la llegada de la fiesta, han sido presentadas en l'Institut Valencià d'Art Valencià (IVAM) con la presencia de la fallera mayor de esta edición, Alicia Moreno.
Las cuatro imágenes escogidas entre las 37 propuestas tienen como elemento visual más destacado cada una de ellas el fuego, la música, el humor y el protagonismo de la mujer en la fiesta. También se difundirá un quinto trabajo previamente con 280 elementos del mobiliario urbano con el lema “Amb quin material construïm les il·lusions”.
Los carteles llevan el sello de Ibán Ramón, diseñador, director de arte desde 1994 y especializado en proyectos de identidad corporativa, diseño editorial y comunicación gráfica. Un artista que, además, ha obtenido reconocimientos nacionales e internacionales y que ejerce de profesor del máster oficial de Diseño Editorial de la Escuela Superior de Diseño de Valencia (EASD). “La imagen trata de de explicar la esencia de la fiesta, poniendo en valor sus elementos más enriquecedores”, ha comentado Ramón.
Tanto Ramón como Fuset han ahondado en el origen de las Fallas. De hecho, es la idea del lema de las Fallas 2016: “De l'estoreta velleta a gran Festa de les Falles”. El nacimiento de ésta se atribuye a cuando los carpinteros dejaban sus restos en la calle para quemar y a los que se añadían los vecinos haciendo lo mismo. “La idea era localizar objetos viejos con los que trabajar la imagen; objetos que se utilizan como material para ilustrar aspectos intangibles y difícilmente medibles por su valor y proporciones, y por su carácter efímero casi onírico que remite a lo inmaterial”, ha afirmado Ramón. Con la nuevos carteles, el olor a pólvora de las fallas está más cerca que nunca.