El último pleno ordinario de 2016 en el Ayuntamiento de Castellón habría pasado a la historia como uno de los más anodinos que se recuerda de la democracia si no hubiese sido por el incidente que protagonizaron el portavoz de Ciudadanos, Vicente Vidal, y la vicealcaldesa de Compromís, Ali Brancal, en el turno de participación ciudadana. Se trataba de la primera vez, en lo que va de legislatura, que los vecinos podían formular sus preguntas a los concejales. Todo transcurría con normalidad hasta que llegó la última de las tres intervenciones, a cargo de María Jesús Garrido, activista de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH). Su interpelación, en castellano, se prolongó más allá de los tres minutos. En esencia, quería conocer el calendario de actuaciones del equipo de gobierno en relación a los desahucios: ayudas económicas para personas en riesgo de exclusión social, negociaciones con las entidades financieras al objeto de crear una bolsa de viviendas, etcétera.
Brancal, además como responsable de la concejalía afectada, tomó la palabra para responder. Así, se dirigió a la citada Garrido en valenciano, advirtiéndole que le entregaba la explicación en una hoja en castellano para que comprendiera lo que le iba a argumentar. Apenas pudo hablar unos segundos. Vidal, sensiblemente molesto, se levantó de su asiento y le interrumpió para saber por qué no estaba empleando la misma lengua con la que se le había realizado la pregunta. “¿Es que no tenemos dos idiomas? Se le ha preguntado en castellano, ¿por qué no responde en castellano? Es una cuestión de educación”, espetó para seguidamente abandonar el salón de plenos.
La enérgica reacción del portavoz de Ciudadanos dejó estupefactos al resto de ediles, que comentaron lo sucedido en los pasillos contiguos durante varios minutos una vez finalizada la sesión. Vidal ya había mostrado su disconformidad a lo largodel pleno por la manera en que la alcaldesa socialista, Amparo Marco, estaba gestionado los tiempos y contenidos de las intervenciones de los munícipes para justificar los votos en las mociones y proposiciones. De hecho, su enojo fue a más cuando se debatió y aprobó una iniciativa presentada precisamente por Ciudadanos para declarar Castellón como ciudad comprometida con el sacrificio cero de los animales.