El juego de comisiones ilegales, 'pelotazos' urbanísticos y concursos amañados que ha vuelto al foco informativo con la 'operación Taula', fue lo que bien retrató Rafael Chirbes en su novela 'Crematorio'. Fue el cronista de ese ambiente siciliano que se respiraba en la costa y en gran parte de la España de vino y rosas. Que tuviera su residencia en el pequeño pueblo de Beniarbeig (Marina Alta) resultó clave para retratar la decadencia moral de unos tiempos no tan lejanos.
Fruto de la gran acogida de esos libros, se le etiquetó como “el novelista de la crisis”. Una etiqueta de la que quiso huir siempre. “Calificar a Chirbes como el novelista de la crisis es casi un insulto”, ha apuntado el escritor Alfons Cervera. “Se le tiene que deferir como el escritor de las crisis humanas”, ha puntualizado Cervera que junto al filósofo Javier Lluch y al editor de la editorial Anagrama, Jorge Herralde, han presentado este martes en el FNAC de Valencia la novela póstuma del autor, 'Paris, Austerlitz'.
Con una sala llena a rebosar -y que tanto contrasta con presentaciones de sus libros que estuvieron a nada de suspenderse- Lluch ha razonado la afirmación de Cervera. “Como ha dicho Alfons, se trata del escritor de la crisis humanas. Sus libros alrededor del padecimiento de enfermedades como el cáncer o el alzheimer son una muestra de ello”, ha agregado. De hecho, su último libro 'Paris, Austerlitz' refleja el drama del sida.
“Es una obra cargada de sentimiento, pero expresado con gran crudeza. Se disecciona el amor con todas sus contradicciones”, ha indicado Lluch, para agregar: “Además, es un amor homosexual entre un pintor español y un obrero francés”. Un destello que muestra uno de los ingredientes fundamentales de sus novelas: la defensa de los sin voz. “Aunque Chirbes estaba enamorado de Paris, retrata esa ciudad paralela llena de bolsas de marginación y pobreza”, ha sentenciado. A lo que Herralde ha concluido: “Es un libro para desquitarse de su estigma y mostrar el Chirbes más puro”.