Gratis. Así les saldrá la explotación de los chiringuitos públicos de la playa de Gandía durante las festividades de semana santa y pascua a los empresarios que gocen de la concesión de uno de estos recintos de ocio. El firmante del “regalo”: Arturo Torró, alcalde popular de la ciudad.
Torró ha aprobado un decreto en el que renueva la concesión otorgada a los mismos adjudicatarios de los chiringuitos del verano. El periodo: del 27 de marzo al 14 de abril. Sin embargo, lo ha hecho con un cambio significativo. Esta vez, exime a los beneficiarios de pagar la tasa correspondiente. Que algunos concesionarios aún deban el canon del verano –según ha indicado la oposición- parece no importar.
Una decisión que se toma pese a que el ayuntamiento de Gandía se encuentra al borde del colapso económico. Menos ingresos para unas arcas públicas con telarañas. En especial, cuando el comunicado emitido por el propio PP local ha recordado que estas instalaciones “han aportado a las arcas municipales, en los tres años anteriores, más de un millón de euros”.
Medida que contrasta con el objetivo para el que fueron creados estos recintos de propiedad pública: aprovechar el tirón turístico de la ciudad para cobrar una tasa a los que explotaban los chiringuitos. Así, se recuperaba la inversión y se aseguraban de paso otra vía de ingresos. Se trataba de imitar el modelo del que gozan hoy en día muchos municipios costeros.
“Regalo para los amigos”
La polémica no termina con la gratuidad de los chiringuitos. Como suele ocurrir en Gandía, la sospecha siempre anida en las decisiones tomadas. Se ha convertido en un clásico. “Con la decisión, se busca beneficiar a amigos en perjuicio de la ciudad y de los empresarios que mantienen viva la playa todo el año y que deben afrontar, nuevamente, la competencia desleal del entorno del poder”, ha criticado Vicent Mascarell, edil socialista en el consistorio.
Mascarell que ha calificado la decisión de “auténtico escándalo”, ha recordado que uno de los beneficiarios de esta renovación es socio empresarial del concejal de playas, Pepe Just. “Sin ir más lejos, su socio Benjamín Sanz es el concesionario del chiringuito número 2, mundialmente conocido por Gandia Shore”, ha denunciado. El concejal socialista ha pedido “la dimisión inmediata” del edil popular.
Sospechas sobre Just que no son nuevas. Los socialistas ya desvelaron en el año 2012 los presuntos intereses de este concejal con la explotación de estos recintos playeros de ocio. Según el PSPV-PSOE, Pepe Just era administrador único de la empresa Sabrosura Latina, la cual optó en su día a la concesión del chiringuito número 2. Asimismo, también criticaron que el edil del PP “había formado parte de la mesa de contratación que adjudicó los chiringuitos 1 y 7, a los que también optó pese a ser miembro de la mesa que los adjudicaba”. La polémica y la sospecha hechos tradición en la capital de la Safor.