Mientras los diferentes sectores culturales claman por medidas urgentes, la conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte encabezada por Vicent Marzà (Compromís) elabora una hoja de ruta para resucitar las diferentes disciplinas. Acogida, de momento, con satisfacción por agentes de la cultura, se encuentra en su primera fase: en la recogida de las inquietudes y reivindicaciones de los distintos sectores.
Sin embargo, esta hoja de ruta no se está realizando simplemente con reuniones entre los agentes y la conselleria. El departamento de Campanar ha encargado al grupo de expertos de la Universitat de València en economía de la cultura, Econcult, la elaboración de este plan que pretende fijar las prioridades en materia cultural del Consell de la forma más participativa. Todo, con el objetivo de rescatar la idea proyectada en el último año de Joan Lerma (PSPV-PSOE) al frente de la Generalitat Valenciana y que tras el acceso al poder del PP acabó encerrado en un cajón.
Así, Econcult ha organizado once sesiones con los diferentes agentes que integran el mundo de la cultura. De forma separada e individualizada por cada sector, han pasado por la prueba el de los libros y publicaciones; el de patrimonio y museos; el de las artes escénicas y la danza; el de las sociedades musicales y la música tradicional; el de la música en directo; el audiovisual; el de las artes visuales; el de arquitectura y diseño; videojuegos; medios de comunicación; y gestores culturales.
La mecánica de los encuentros consiste en realizar unas encuestas en las que cada representante debe decidir qué prioriza en materia cultural, cuantos recursos destina a cada sector sobre una cantidad limitada y cuanto dinero da a diversas medidas para mejorar la vida de un paciente en respiración asistida. De forma posterior, se analizan los resultados y se debate entre ellos. Posteriormente, pero ya privadamente, se vuelve a realizar la encuesta.
Un trabajo que este grupo ya ha elaborado para otras autonomías como Canarias, Baleares, Catalunya o Madrid. Y que si no se va flexibilizando y adaptando corre el riesgo de no ser efectivo, se indica desde Econcult. Más cuando este tipo de planificación resulta de por sí muy rígida.
Del éxito del plan depende que la esperanza del mundo de la cultura no se transforme en malestar, como el que existe alrededor del proceso de designación de director de CulturArts, y con el mantenimiento del ente. Es la gran apuesta de Marzà para devolver la dignidad a unos sectores infravalorados durante años.