LEER ESTE TEXTO EN CATALÁN
El temporal del pasado 29 de octubre, que arrasó l'Horta Sud y afectó a 75 municipios en toda la provincia de Valencia, provocó desperfectos de diversa índole en 92 centros educativos y afectó a unos 24.000 alumnos de diferentes etapas educativas. En las últimas dos semanas han ido reabriendo diferentes colegios e institutos (este mismo lunes lo ha hecho una docena de ellos en las localidades de Albal, Aldaia, Alfafar, Alginet, Benetússer, Catarroja, Massanassa, Paiporta, Valencia y Xirivella). Sin embargo, hay otras infraestructuras cuyos alumnos todavía no han podido volver a las aulas, y una veintena de ellos han sufrido daños de gran envergadura, por lo que deben ser reubicados en otros lugares mientras se ejecutan las obras de reconstrucción de las infraestructuras.
Uno de estos centros afectados por la DANA, aunque no ha sido objeto de daños tan importantes como otros, es el Ceip Jaume I el Conqueridor de Catarroja, cuyos alumnos la Conselleria de Educación prevé que vuelvan a clase el próximo lunes. La comunidad educativa del colegio ha remitido una carta al director general de Centros Docentes de la Conselleria de Educación, Jorge Cabo, para transmitirle su malestar y descontento por la “situación de abandono sufrida” desde el inicio de la tragedia. Han tardado tres semanas en tener noticias del departamento que dirige José Antonio Rovira, como reconoce a elDiario.es Xavi Leal, director del centro.
No saben si es casualidad o no, pero este mismo lunes han recibido la visita de los técnicos de Tragsa, la empresa que debe realizar las tareas de limpieza del centro, y del Invassat (Institut Valencia de Seguretat i Salut en el Treball): “Queremos abrir cuanto antes porque el alumnado lo necesita, pero los técnicos que nos han visitado nos han transmitido que es complicado que el próximo lunes dispongamos del certificado de salubridad para que las instalaciones puedan ser utilizables”. El centro, que cuenta con 470 alumnos, debe asumir a unos 300 del Ceip Vil·la Romana, mucho más afectado por la DANA.
El director confía en conseguir un “entorno seguro” para los estudiantes lo antes posible, “pero para eso hace falta todavía mucho trabajo que debe realizar personal especializado”. Así, insiste en reclamar a la Conselleria un protocolo para saber cómo actuar, “para tener claro, por ejemplo, si los alumnos y los profesores debemos llevar mascarilla, porque estamos rodeados de lodos contaminados, además de pilas de coches y enseres”.
Carta a la conselleria
“Para la recuperación del centro no hemos recibido ninguna ayuda de la Conselleria de Educación, ninguna ayuda para gestionar el punto de ayuda humanitaria que se nos solicitó a través de una técnica de la Generalitat, ninguna ayuda para sacar el fango, ni para gestionar la recuperación de las infraestructuras afectadas, ni para limpieza, desinfección y descontaminación, ni tampoco ninguna intervención para evaluar las condiciones de salubridad”, denuncia la misiva remitida por Leal a Cabo, que también detalla los daños que han sufrido las instalaciones y el mobiliario.
La comunidad educativa lamenta que se haya “declinado toda la responsabilidad” en la gestión municipal, en un consistorio con los recursos humanos y las infraestructuras “profundamente afectados” por el temporal: “Parece que el único interés por parte de la Conselleria es que retomemos pronto las clases”.
Hasta la fecha, todos los trabajos realizados para la recuperación de la escuela han corrido a cargo de personal voluntario y trabajadores del centro, quienes “en su mayoría también se han visto afectados a nivel personal por las consecuencias de la catástrofe, con el escaso apoyo que desde el Ayuntamiento se podía aportar, ya que están centrados en atender los graves problemas que está sufriendo nuestro pueblo”. Únicamente en los últimos días, explica Leal, han tenido a una brigada de militares alojados que han realizado trabajos de vigilancia y retirada de material de ayuda humanitaria almacenado en diferentes dependencias de los tres edificios y el patio de la escuela.
Desde el 31 de octubre, el colegio se convirtió en un centro de recogida y reparto de ayuda humanitario: “Todas las dependencias de la planta baja de los tres edificios se han convertido en almacén, y las dos plantas restantes del edificio de Primaria se han utilizado para instalar el Puesto de Mando Avanzado, dependencias de gestión municipal y zona de albergue, tanto para las fuerzas de seguridad como para ciudadanos que han perdido sus viviendas”.
El pasado 4 de noviembre, el centro recibió la visita de un inspector y cuatro técnicos de infraestructuras de la Conselleria de Educación para revisar los daño, una visita de la que “no ha derivado ninguna intervención”. La visita del inspector de zona, el pasado viernes 15, “estuvo orientada simplemente a determinar qué espacios podrían ser útiles y a la mayor brevedad para retomar la actividad, acogiendo también diez clases del alumnado del Ceip Vil·la Romana, profundamente afectado”.
Limpieza del entorno
Por otra parte, el director de la escuela relata que delante del centro tienen dos vertederos de fango y residuos de las calles y una “montaña” de coches siniestrados: “Su impacto ambiental y de contaminación deberían ser también evaluados desde el punto de vista de la salud”. Tal y como recuerdan, están situados en la zona cero de la catástrofe, una zona “caliente” en la que pueden surgir nuevas complicaciones sanitarias “si no se actúa con más agilidad y medios de lo que se ha hecho hasta ahora”.
Leal considera primordial no solo una correcta descontaminación del centro y su entorno ejecutada por personal cualificado, sino también la evaluación y certificación de que “estamos en un entorno seguro para el regreso de nuestro alumnado y personal laboral”. “Esta situación de abandono es común a todos los centros educativos públicos y concertados de Catarroja, que estamos en constante comunicación para coordinar la ayuda y facilitar la vuelta”, indican.
Por último, instan a la Conselleria a que considere la posibilidad de ampliar el tiempo de acogida de alumnado en otros centros, lo que, a su juicio, “permitiría una vuelta a las aulas más segura y facilitaría el regreso de las familias”. Y en el caso de tener que ampliar en el tiempo estas circunstancias, “se debería contemplar de manera extraordinaria el hecho de no perder la plaza en su escuela”: “Todos sabemos que la mejor forma de superar el impacto emocional de esta tragedia para los menores es que puedan recuperar la normalidad en su entorno habitual”. Por ello, solicitan que se reconsidere la posibilidad de instalar aulas prefabricadas en espacios públicos en los casos del Ceip Vil·la Romana y del IES Berenguer Dalmau, los más afectados en Catarroja.