Seis meses después de que la declaración del estado de alarma por la pandemia decretara el confinamiento generalizado de la población y la suspensión de las clases presenciales, más de 794.000 alumnos valencianos de Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional regresan, a partir de este lunes y de forma escalonada, a los 1.825 colegios e institutos sostenidos con fondos públicos, y lo harán de la mano de 76.063 maestros y profesores, después de que se haya incrementado la plantilla docente en un 6,1% para hacer frente a un curso condicionado por la COVID-19. Después de meses de trabajo de toda la comunidad educativa, tal y como reconocen desde la Conselleria, las familias y los docentes, se han procurado las “mejores condiciones posibles” para que este excepcional inicio del curso cuente con la máxima presencialidad y con todas las condiciones de seguridad garantizadas: “Los centros educativos van a ser más seguros que cualquier otro espacio de sociabilidad que hayan compartido los niños este verano”, reivindicaba esta misma semana el secretario autonómico Miguel Soler.
Todos los centros remitieron a lo largo de la pasada semana, “unos antes y otros después, pero la información ya está a disposición de las familias”, las directrices del regreso a las aulas: los días de entrada de los alumnos de cada curso y cada clase, dependiendo del centro, y los diferentes protocolos que se van a seguir, tanto a las horas de entrada y salida de clase, en el aula, en el patio, en el comedor... “Estaba todo claro en agosto, pero esta semana se han modificado algunas cuestiones desde el Ministerio de Educación, como la posibilidad de escalonar el comienzo del curso, la obligatoriedad de la toma de temperatura o el uso obligatorio de mascarilla a partir de los seis años, que han obligado a los centros a retocar sus directrices, lo que ha retrasado las comunicaciones a las familias”, reconocen representantes de la comunidad educativa.
Rubén Pacheco, presidente de Fampa (Federación de Asociaciones de Madres y Padres) Valencia destaca que estas dos últimas semanas han sido “terriblemente intensas”, al tiempo que reseña que, aunque “todo es mejorable”, en la Comunitat Valenciana hace meses que se está trabajando en el inicio de curso: “Las direcciones de todos los centros sostenidos con fondos públicos han realizado un esfuerzo enorme para tener sus protocolos acabados con tiempo, pero esta semana se han visto obligados a readaptarlos”. Esto ha provocado esos retrasos en la comunicación con las familias, lo que ha generado “muchísima crispación, porque es necesario saber qué va a suceder con los niños para poder organizarse”.
“Por supuesto que hay incertidumbre, pero la seguridad en los centros consideramos que está todo lo controlada que debe estar”, apunta Pacheco, quien no obstante hace un llamamiento a la responsabilidad individual de cada familia sobre qué hacer en caso de que sus hijos presenten síntomas. Lo que no contemplan desde Fampa en ningún caso es el absentismo con la excusa de falta de seguridad en los centros: “Debemos confiar en las autoridades sanitarias y luchar por no perder este curso, y para ello es imprescindible la máxima presencialidad”. Donde se mantienen las dudas es en qué pasa con las madres y padres que deben quedarse con sus hijos en cuarentena sin que haya un positivo por coronavirus: “Es una situación que es necesario regular, porque además se puede producir en más de una ocasión a lo largo del curso”, advierte.
Desde la Confederación de Ampas Gonzalo Anaya, su presidente, Màrius Fullana, sostiene que “más que incertidumbres, yo hablaría de dudas, aunque las familias ya conocen los protocolos de funcionamiento implementados por los centros, a los que se ha dado mucha autonomía para que se organicen”. Ahora son las familias las que deben ser “solidarias y responsables”, indica Fullana, quien relata: “Miedo tenemos todos, pero hay suficiente información y la incertidumbre se ha reducido considerablemente”. También se refiere a la necesidad de conciliación cuando se produzcan cuarentenas sin contagios e insiste en que la educación telemática “en ningún caso puede sustituir a la presencial”.
Los docentes, por su parte, también consideran imprescindible tratar de conseguir la máxima presencialidad posible con el máximo de seguridad. Desde CCOO, Chelo Valls destaca que con la pandemia, los centros educativos deben prestar una especial atención a la salud emocional de los alumnos, que en los últimos meses han vivido una situación extraordinaria, “han sufrido pérdidas personales más allá de las curriculares y se ha visto mermada la socialización, lo que también debemos gestionar”. Además, reivindican un registro de movilidad en los centros, sobre todo en los de Secundaria, para favorecer la trazabilidad en casos de contagio.
Marc Candela, de Intersindical Valenciana, sostiene que el inicio de curso va a ser “lo más seguro posible”, aunque a partir de la próxima semana “nos encontraremos con situaciones imprevistas a las que tendremos que adaptarnos, porque al fin y al cabo somos docentes y no sanitarios, por mucho que nos formemos”. Al respecto, hace un llamamiento a la sociedad y recuerda que la mayoría de los contagios se producen en el ámbito social: “Es cierto que hay centros con un millar de alumnos, pero donde hay que extremar las precauciones es fuera, ya que, en teoría, dentro del colegio o el instituto no debe pasar nada; aunque seguros al cien por cien no podemos estar”.
La Comunitat Valenciana contará con unos 2.000 responsables COVID, uno por cada centro, que esta semana recibirán formación específica sobre cómo actuar en el caso en que se detecte un caso o una sospecha de coronavirus y se coordinarán con el centro de salud que corresponda a su colegio o instituto. Además, la Conselleria de Sanidad ha puesto en marcha un call center atendido por 200 personas para responder a las dudas de madres y padres en materia COVID y se ha habilitado la web aulasegura.es para atender cualquier consulta que se quiera realizar sobre esta cuestión.