El president Carlos Mazón valoró como un “rotundo éxito” el festival del 9 d'Octubre, patrocinado por la Generalitat Valenciana con 3,3 millones de euros y al que asistieron 50.000 personas, según dijo. Mazón destacó el impacto del festival en la economía local, “con el que se ha impulsado el turismo y los sectores de la hostelería y el comercio”.
Sin embargo, Compromís duda de las cifras aportadas por el Consell. La formación valencianista ha registrado una batería de preguntas dirigidas al Ejecutivo autonómico en la que piden el detalle de las entradas sorteadas por la Generalitat, las que vendió la empresa organizadora del evento y las invitaciones reservadas para Presidencia.
“Sabemos que Mazón se ha gastado el triple de lo que realmente vale, ahora queremos saber las entradas que han regalado para 'vender' un éxito que es falso”, asegura la diputada Verònica Ruiz. Y es que la oposición ha puesto el foco sobre el procedimiento de adjudicación del patrocinio del festival. El PSPV-PSOE anunció el pasado jueves que denunciará el millonario patrocinio ante la Fiscalía Anticorrupción.
Por su parte, Compromís recuerda que Presidencia se ha negado a entregar el expediente a los dos grupos de la oposición aduciendo que aún no está cerrado. “Después de ver cómo Mazón da a dedo 3,3 millones de euros a una empresa con siete meses de existencia y de espaldas a los productores musicales valencianos para el festival 'Som de la terreta' y viendo que nos han negado el acceso al expediente de contratación, en Compromís dudamos del éxito que dicen que tuvo el festival”, afirma la parlamentaria autonómica.
La empresa del polémico festival, tal como ha informado elDiario.es, registró la marca 'Som de la terreta' y creó la página web 47 días antes de que se iniciara el expediente de contratación, un procedimiento a dedo y urgente. El propio Mazón anunció la celebración de los conciertos seis días antes de que Presidencia pidiera una oferta a Iron Stage SL, la empresa creada el pasado mes de enero que obtuvo los patrocinios.
El anuncio de la adjudicación se limitaba a justificar el millonario patrocinio por el hecho de que un único operador puede ejecutar el contrato al tener los “derechos exclusivos” de propiedad intelectual e industrial del evento.