El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de València, Vicent Sarrià (PSPV), ha presentado este lunes al alcalde de València, Joan Ribó, y a sus socios de Gobierno el Programa de Actuación Integrada (PAI) del Grau, tras la polémica desatada por las críticas vertidas hacia el mismo por el propio Ribó (Compromís), al considerar entonces que no se respetaba la anchura del viejo cauce, con lo que se reducen las zonas verdes, y que no prevé el soterramiento de las vías de Serreria.
Tras el encuentro, fuentes municipales han informado de que los representantes de Compromís, PSPV y València en Común han pactado unos mínimos para sacar adelante el documento que consisten, básicamente, en que se garantice “un ancho del antiguo cauce similar al resto del Jardín del Túria, llegando a unos 135 metros, hasta el puente de las Atarazanas, es decir, un ancho similar al que tiene el antiguo cauce a la altura del Museu Sant Pius V”.
En segundo lugar, han informado de que “no solo se mantiene el compromiso de soterramiento de las vías férreas, sino que se pide que este mismo año se licite la redacción del proyecto de ejecución de la solución media: soterrar las vías desde antes del río hasta el puente del tranvía (avenida Primo Yúfera). Se pedirá para ello una reunión al Ministerio de Fomento para alentar dicha redacción del proyecto de ejecución”.
Por último, “se consultará a la Guardia Civil y a la conselleria d’Agricultura sobre los edificios que tienen en la zona afectada por el PAI del Grau” y que se derribarían.
Tras la reunión, sin embargo, València en Comú se ha descolgado del acuerdo y ha mostrado su rechazo la plataforma provisional para salvar las vías de Serreria que proyecta el PAI.
Así, ha pedido que el Ayuntamiento invierta un 0,75% de su presupuesto durante 10 años para costear el soterramiento: “Es una decisión que muestra la verdadera voluntad del Consistorio por eliminar esta barrera y que obligaría a sumarse al resto de administraciones”, han explicado.
La portavoz municipal de la formación vinculada a Podemos, María Oliver, ha explicado que “es una deuda que tenemos con Nazaret, Moreras y gran parte del frente marítimo. Integrar los barrios de nuestra ciudad en el entramado urbanístico supone mejorar la calidad de vida de muchas personas. Invertir cerca de 5 millones en una pasarela provisional para solucionar el problema de las vías condenaría a
Nazaret y a Moreras a seguir aislados 50 años más“.
El edil socialista, Vicent Sarrià, ya defendió tras las críticas del alcalde que el proyecto urbanístico fue encargado por el pleno del Ayuntamiento al despacho del arquitecto José María Tomás, teniendo en cuenta los condicionantes previos existentes, como son los metros de edificabilidad aprobados, vinculados a las cargas urbanísticas que deberán abonar los promotores de las futuras viviendas: “estamos hablando de 40 millones de euros que adelantó la Generalitat por la construcción del tramo del circuito de Fórmula 1 en el Grao, cuyo trazado se convertirá en viales; toda la edificabilidad que se reduzca tendrá un coste para el Ayuntamiento”.
El proyecto prevé la construcción de 2.550 viviendas repartidas en 19 torres de 30 alturas y una de 45. Está previsto que el 30% de ellas sean de VPO.
Sobre el soterramiento de las vías, Sarrià ya insistió en que es una actuación que depende del Gobierno, que no tiene plazos y que en el mejor de los casos tendría un coste de 70 millones.