El caso de corrupción más importante de la Comunitat Valenciana en cuanto a volumen de dinero público malversado y personas procesadas -25- ya tiene sentencia. La Audiencia de Valencia ha concluido que una trama de empresarios, políticos y funcionarios urdieron una red para repartirse los sobrecostes aplicados al tratamiento de lodos y a las obras de reforma y mantenimiento de la depuradora de Pinedo (Valencia), la segunda más grande de España en volumen de tratamiento de lodos, entre los años 2004 y 2010.
Por el agujero de 23,6 millones de euros en la empresa pública Emarsa que acabó en reparto de mordidas, regalos de lujo y gastos suntuosos, la Audiencia de Valencia ha condenado a 10 años de cárcel a Enrique Crespo, exvicepresidente de la Diputación de Valencia y expresidente de Emarsa; a 12 y seis meses al exgerente de Emarsa Esteban Cuesta; y a 9 al que fuera gerente de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), José Juan Morenilla, la sociedad dependiente de la Generalitat que inyectaba el dinero público para financiar los gastos, hasta 100 millones de euros en los seis años investigados. Se les atribuyen los delitos de prevaricación, malversación y falsedad en documento público, unos cargos a los que en el caso de Cuesta se le suma el de cohecho.
Al exconcejal popular en el Ayuntamiento de Valencia y extrabajador de Emarsa Juan Carlos Gimeno, el tribunal le ha condenado a cuatro años y seis meses de reclusión.
Esteban Cuesta ha recibido la mayor pena pese a su confesión pública ante el juzgado de instrucción mientras que Ignacio Bernácer, el número dos de Morenila, ha visto reducida su pena a tres años y medio al reconocer los hechos y señalar a Crespo y Morenilla como cerebros. El empresario en prisión Jorge Ignacio Roca también ha sido condenado a seis años y un día de prisión, así como Enrique Sena y Vicente Ros, que deberán cumplir seis años y un día y seis años y medio respectivamente. Estos tres empresarios, según la Audiencia de Valencia, fueron los instrumentos utilizados para saquear la planta a través de los sobrecostes aplicados al tratamiento de lodos.
El tribunal relata pormenorizadamente los problemas económicos de Emarsa y asegura: “La deficitaria economía que siempre ha caracterizado a Emarsa, era plenamente conocida por el Presidente del Consejo de Administración de Emarsa y consejero delegado, a la sazón Presidente de la Emshi, Enrique Crespo quien, lejos de iniciar actuaciones tendentes a recuperar el equilibrio financiero, orquestó junto a los acusados, José Juan Morenilla, Ignacio Bernácer y Esteban Cuesta un mecanismo para apoderarse de los fondos públicos que Emarsa recibía, en su mayor parte de la Epsar, destinándolos a sus propias atenciones”.
Y añade: “Enrique Crespo, gracias a su condición de consejero delegado, evitó cualquier tipo de control sobre la gestión de la empresa por parte del consejo de administración, permitiendo al gerente administrarla a su antojo, desviando fondos en cuantía millonaria en su propio beneficio o en el de terceros con los que mantenía vinculaciones de tipo personal y/o afinidad política”.
Respecto a la trama de sobrecostes en las obras de reforma y en los gastos suntuosos en viajes y regalos de lujo, el exdirector financiero de Emarsa Enrique Arnal ha sido condenado a ocho años y seis meses mientras que el informático de la depuradora y empresario Sebastián García Martínez “Chanín” ha sido condenado a siete años y seis meses de cárcel.
Conformidades
Antes del juicio reconocieron los hechos a cambio de devolver el dinero y de no entrar en prisión, el extendiente de alcalde de Moncada Luis Botella de las Heras y los cargos del PP de Rita Barberá y tesoreros de Emarsa Santos Peral e Ignacio Martínez Maiques. En total, doce acusados han visto reducidas sus penas al reconocer los delitos.