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Coser y cantar

Quiero pensar, que a estas alturas, ustedes continuaran alucinados con lo que ha acontecido en el PSOE esta última semana. Si les ocurrió como a mí, desde el miércoles esperarían ansiosos la llegada del desenlace el sábado; igual que el fan de las series televisivas espera, el que parece ser el último capítulo de la temporada; o la futbolera cuenta las horas por ese Barça-Madrid, definitivo. El sábado, especialmente la tarde, no pude evitar consultar el móvil cada cinco minutos, por si en las redes sociales se daba alguna información. El morbo llamaba a pensar en un “giro inesperado”, pero el “spoiler” lanzado por el todo poderoso Felipe Gonzalez daba a entender que el guión establecido fuera de los órganos de decisión socialistas, se iba a cumplir de manera rígida, igual que se cumple el destino predeterminado de los héroes clásicos.

De repente, Pedro Sánchez, hasta hace poco el líder de los socialistas, se convertía, para unos, en un peligroso radical fracasado que se atrincheraba en Ferraz; mientras que para otros era el llamado a liderar la oposición a un gobierno que ha hecho sufrir a los/as trabajadoras como ningún otro en los últimos cuarenta años. Creo que no es ninguna de las dos cosas. Sánchez es un tipo de perfil político socio liberal, que básicamente se ha dedicado a hacer lo que le ha mandado el Comité Federal de su partido, líneas rojas incluidas. Por cierto, líneas que nunca le dibujaron a Felipe González. Me interesa poco esa intrahistoria en el sentido introducido por Unamuno, y espérenos que el PSOE sepa reconducir esta situación de una manera profundamente democrática, como debe ser en un partido federal que se dice llamado a representar a los trabajadores y trabajadoras de este país.

Como decía, lo que me interesa es una serie de preguntas por las que tengo mucha curiosidad y sobre todo cuyas posibles respuestas me inquietan profundamente… ¿por qué preocupa tanto a los cuadros y lideres eternos del PSOE, que en España de pueda producir un cambio? ¿que pueda configurarse un gobierno entre candidaturas como unidos Podemos y el propio PSOE? ¿A que vinieron aquellas prisas para cerrar un gobierno con C´s a modo de cortafuegos de izquierdas para el que tampoco daban los números? ¿17 personas pueden acabar con la democracia en un partido socialdemócrata? ¿Se puede gobernar en ayuntamientos sin ser la fuerza mas votada y en el gobierno de España no? ¿Los ciudadanos con el 24´28 % de los diputados en el congreso te mandan a la oposición, y en Aragón con el 21´41 % no lo hacen? Y si nos acercamos a la política de aquí, el Molt Honorable Ximo Puig podría explicarnos porque no se puede intentar conformar un gobierno con 85 Diputados en Madrid (24´28 % del Congreso) y en la Comunitat Valenciana si se puede con 23 Diputados (20´30 % de Les Corts).

Es curioso, y sinceramente rozo lo conspiranoico, pero ¿quién decide que en lo local y autonómico algunos actores pueden jugar y no en el ámbito de la política estatal? Da la impresión que se han tolerado cambios en un espacio considerado menor, pero que hay cuestiones cuya decisión es “Central” y donde no se puede dejar meter mano a “los radicales”. Si a esto lo unimos al lamentable papel jugado por los grandes medios de comunicación antes, durante y después de pasado Comité Federal del PSOE; medios en manos de los grandes poderes financieros, uno no puede ser muy optimista respecto a las posibilidades de cambio político. Como decía Sherlock Holmes, el conocido personaje de Arthur Conan Doyle: “Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad” y la verdad apesta a IBEX35.

“Coser”, parece ser el eje en el que pivota el relato oficialista de la crisis del PSOE. Las muñecas de trapo son uno de los juguetes más originales y fáciles de personalizar, vistosas y carentes de vida, si corazón… este parece ser el futuro de este partido, a no ser que sus militantes lo remedien. Mientras, los mercados siguen “cosiendo y cantando…. En la lucha final…”.