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'Tierra, Mar y Aire', o cómo cambiar el mundo de Onda a Uganda pasando por Hawai

Patricia Campos es una castellonense que, prácticamente desde el día que nació (Onda, 1977), tuvo muy claro que no le gustaba el mundo en el que le había tocado vivir y que debía cambiarlo. Ahora, 39 años después, nos relata sus experiencias en un libro, 'Tierra, Mar y Aire. El testimonio de una mujer que quiso cambiar el mundo' (Roca Editorial), tierra, por el fútbol y África; mar por el océano de emociones que sintió al escribirlo; y aire por su vida como piloto, comenta.

En algo menos de 200 páginas, Patricia condensa sus vivencias, desde sus inicios con un balón en los pies en su localidad natal hasta el presente, que vive a caballo entre el lejano Hawai (Estados Unidos), donde trabaja como entrenadora de un equipo de fútbol femenino, y Uganda, donde desarrolla un proyecto de voluntariado personal en el que, de nuevo con la excusa del fútbol, enseña a niños y mujeres, algunos de ellos enfermos de SIDA, español y valores sociales como la igualdad.

Esta luchadora, fue la primera (y hasta el momento la única) mujer piloto de reactor en el ejército español tras ganar una de las dos plazas que salieron en oposición y a las que se presentaron más de 200 candidatos, es “una persona increíble”, como reconoció el president de la Generalitat, Ximo Puig, durante la presentación de su libro el pasado martes en Valencia, quien destacaba la “perseverancia, persistencia, constancia, esfuerzo y valentía” de Patricia, en quién resalta se encuentran “tantas experiencias condensadas en una sola vida”.

También hizo referencia Puig a la capacidad personal de superar obstáculos de esta valenciana que “se ha topado con el machismo rancio de compañeros y superiores en una Armada en la que no la aceptaban porque era mujer”. Ante estos obstáculos, “ha optado por el camino difícil de plantar cara y denunciar las injusticias”, resaltaba el president, para quien Patricia “forma parte de la esperanza”.

Patricia, licenciada en Comunicación Audivisual por la Universidad de Valencia, resumió lo que cuenta en este libro, “que me ha costado dos años escribir”. Cómo tuvo que trabajar para estudiar, que quería ser futbolista y piloto, y lo consiguió, aunque lamenta profundamente que una mujer en España no pueda ser profesional del deporte. Por eso tuvo que marcharse a Estados Unidos. Relata cómo dejó las Fuerzas Armadas porque no le convenció lo que vio, “es un mundo paralelo”, y cómo ha emprendido la aventura en África, donde reconoce que da y recibe felicidad trabajando con niños y con mujeres.

Asegura que ha pasado miedo, pero que no es una valiente, “simplemente tomo mis decisiones libremente y soy la dueña de mi propio destino”. Así, considera que su labor en Uganda es egoísta por todo lo que recibe en una aventura que es meramente personal, “no pertenezco a ninguna ONG, fui a África con unas botas y un balón de fútbol”, un lugar al que regresa esta misma semana antes de volver al trabajo en Estados Unidos.