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El arte que surgió del vino

No es la primera vez. Ni será la última. El vino tomado como ingrediente del proceso creativo viene de largo. Pero desde que la televisión ha hecho de la gastronomía un plato esencial de su programación, todo lo relacionado con el arte culinario parece invadir ahora el terreno del arte a secas. Ya no se trata de pintar clásicos bodegones y relamerse con sus frutas, sino de pasar directamente al vino para extraer de sus efluvios el aroma mismo de la creatividad. Ya lo dijo Gómez de la Serna: “Entre el género epistolar no hay que olvidar la carta de los vinos”.

Y ahí la tenemos, formando parte del menú de Espacio 40, galería valenciana que ha participado en el reciente Russafart con una exposición de 15 artistas que toman como referencia de su obra tres cepas: carmenére, malbec y sauvignon blanc. ‘Nosotros lo contamos con vino’, tal es el elocuente título de una exposición pensada para ser catada con los cinco sentidos. La vista se da por supuesta en una colectiva de obra plástica. Pero también intervienen el olfato y el gusto, dado el complemento enológico de la muestra; el tacto, tan necesario a la hora de calibrar los diversos materiales, e incluso el oído, a cargo de la música compuesta por Salva Ortíz como un integrante más del singular evento.

Como pasa en estos casos, el vino se puede subir a la cabeza hasta el punto de perderla, porque hay propuestas difícilmente asociables al tema evocado, aunque en general funciona. Algunos, incluso, resuelven ciertas deficiencias de conjunto al tomarse al pie de la letra el enunciado propuesto. Tal es el caso de Claudio Zirotti, que lejos de irse por las ramas del abstracto vino, tomó como referencia las etiquetas de las tres cepas elegidas para construir su obra. Y lo hizo además basándose en el concepto de colección.

“Los sobres transparentes pertenecen a la colección de filatelia de mi padre”, dice el artista. En ellos introduce las etiquetas de las cepas carmenére, malbec y sauvignon blanc, previamente trabajadas con minuciosidad de orfebre, dotando al conjunto de piezas presentadas del aroma y sabor contenidos en las botellas de referencia. Zirotti, ciñéndose como ninguno a los vinos señalados, diríase que extrae la personalidad de cada uno decantando artísticamente los sucesivos caldos, ya sean tintos o blancos, chilenos o argentinos.

Toni Durá derrama directamente sobre el papel el vino que metafóricamente representa, firmando una obra sencilla pero muy sugerente. Cristina Navarro se hace cargo de la letra gozosa que acompaña la leyenda del vino, mientras a Kiko Feria el vino le evoca cierta figura femenina encerrada en el interior de una botella. Y así, entre placeres directamente relacionados con el vino en cuestión o los evocados a través de obras que sugieren su presencia en forma de color, textura o esquivas sensaciones, se van mostrando piezas de Ana Karina, Amparo Santamarina, Carmen García Gordillo, Carlos Pérez-Bermúdez, Carlos Sebastiá, Jesús Mullor, Irene Bofill, Joan Barrantes, Marisa Herrón y Mar Ortega, además de los citados.

‘Nosotros lo contamos con vino’ es una aproximación al arte tomando como caldo de cultivo tres cepas. Algunas, sabiamente combinadas; otras, simplemente utilizadas como pretexto de una creatividad sin etiquetas. El guión lo exigía, pero los artistas ya se sabe que puestos a imaginar toman dos o, como es el caso, tres vinos y se les va la cabeza. Que es, por otro lado, lo que Espacio 40 recoge en tan ecléctica muestra.

No es la primera vez. Ni será la última. El vino tomado como ingrediente del proceso creativo viene de largo. Pero desde que la televisión ha hecho de la gastronomía un plato esencial de su programación, todo lo relacionado con el arte culinario parece invadir ahora el terreno del arte a secas. Ya no se trata de pintar clásicos bodegones y relamerse con sus frutas, sino de pasar directamente al vino para extraer de sus efluvios el aroma mismo de la creatividad. Ya lo dijo Gómez de la Serna: “Entre el género epistolar no hay que olvidar la carta de los vinos”.

Y ahí la tenemos, formando parte del menú de Espacio 40, galería valenciana que ha participado en el reciente Russafart con una exposición de 15 artistas que toman como referencia de su obra tres cepas: carmenére, malbec y sauvignon blanc. ‘Nosotros lo contamos con vino’, tal es el elocuente título de una exposición pensada para ser catada con los cinco sentidos. La vista se da por supuesta en una colectiva de obra plástica. Pero también intervienen el olfato y el gusto, dado el complemento enológico de la muestra; el tacto, tan necesario a la hora de calibrar los diversos materiales, e incluso el oído, a cargo de la música compuesta por Salva Ortíz como un integrante más del singular evento.