La muestra “De Leonardo da Vinci a Miguel Ángel. Los Borgia y su tiempo” dio hoy rienda suelta en el Museo Maillol de París a la “Borgiamanía”, combinado imperfecto de intrigas, libertinaje, complots, nepotismo, poder y amor por el arte, protagonizado por esa célebre familia de origen valenciano.
La exposición reúne hasta el próximo 15 de febrero un conjunto singular de óleos, dibujos, esculturas, relieves y otras obras de algunos de los más grandes maestros del Renacimiento, de Mantegna a Tiziano, de Giovanni Bellini a Rafael, de Cranach el Viejo, Strozzi, Signorelli a Berruguete o Miguel Ángel.
Artista este último de quien se muestran dos atribuciones sorprendentes, la primera por tratarse de un desnudo integral de la figura de Cristo en la Cruz; la segunda por ser la primera vez que el público puede contemplar la casi con toda seguridad maqueta de su famosa Piedad.
Una escultura de mediano tamaño que Miguel Ángel conservó hasta su muerte, al igual que su heredero, y cuya trayectoria ha sido documentada con rara exactitud por el investigador estadounidense y estudioso del Talmud Roy Doliner, contactado por el restaurador de un coleccionista que creía haber adquirido una pieza barroca.
Desde la numerosa información reunida para justificar esta primera exhibición pública de la todavía supuesta maqueta, al ecléctico final sobre los efectos de la leyenda Borgia en la literatura, el cine, la televisión o el cómic, el Museo Maillol dio a su nueva exposición cierta vocación pedagógica.
Empieza para ello situando a los grandes protagonistas de la familia y otras figuras que marcaron su tiempo, como el rey de Francia Carlos III y Laurent el Magnífico, gracias a retratos o momento estelares de su existencia plasmados en el arte.
El descubrimiento de América y de la imprenta, el retorno de los papas tras el cisma de Aviñón, las guerras de Italia o la agitación fomentada por el dominico Savonarola anunciadora de la Reforma protestante, reflejan el momento en que Los Borgia prosperaron hasta la explosión del Renacimiento, y con ellos la hasta entonces decadente Roma.
Entre las obras que ilustran esa época incandescente destaca un perfil de Savonarola obra de Baccio Della Porta, más conocido como Fray Bartolomeo, prestado por el Museo de San Marcos de Florencia, y el anónimo “Hoguera de Savonarola. Piazza della Signoria”, procedente del Convento de San Marcos de la misma ciudad italiana.
Rodrigo Borgia (1431-1503) nacido en Xàtiva y futuro Alejandro VI, sobrino del primer papa que dio la familia a Roma, Calixto III, ocupa un lugar principal.
Tanto Alejandro VI como su tío están representados en esa galería de retratos con sendas obras del español Juan de Juanes procedentes del Cabildo Metropolitano de Valencia.
Junto a ellos figura Vannozza Cattanei y algunos de los hijos que tuvo con Rodrigo y que le convirtieron en el primer papa que reconoció oficialmente su paternidad, recuerda el museo.
Sendos supuestos retratos sus dos hijos más célebres, César y Lucrecia, brillan a continuación junto al también supuesto retrato de Giulia Farnesio, otra joven amante de Alejandro VI desde su etapa cardenalicia, con quien tuvo una hija, Laura.
Al fondo domina la sala un cuadro en el que Alejandro VI presenta piadosamente Jacopo Pesaro a San Pedro, pintado por Tiziano entre 1502-1510 y prestado por el Museo de Bellas Artes de Anvers.
En un espacio contiguo, cuelga un triple estudio de cabeza masculina, de perfil, de frente y de semiperfil, que podría representar a Cesar Borgia, de quien fue su cerebro militar.
En las salas siguientes se suceden los maestros renacentistas, gracias a préstamos de grandes museos principalmente italianos.
Considerado como verdadero inicio de la “Borgiamania”, pone punto final al conjunto una mecha rizada de Lucrecia Borgia protegida en un relicario por la Biblioteca Ambrosiana de Milán, luego de que Lord Byron (1788-1824) confesase orgulloso haberse quedado con uno de sus rubios cabellos.
Comparte sala final con la fascinación por la familia plasmada por escritores como Víctor Hugo y Alejandro Dumas, carteles e imágenes de filmes sobre Los Borgia, trajes de teatro, historietas de Jodorowsky y Manara y el manga “Cesare”, de Fuyumi Soryo, que en estos momentos triunfa en Japón.
La muestra “De Leonardo da Vinci a Miguel Ángel. Los Borgia y su tiempo” dio hoy rienda suelta en el Museo Maillol de París a la “Borgiamanía”, combinado imperfecto de intrigas, libertinaje, complots, nepotismo, poder y amor por el arte, protagonizado por esa célebre familia de origen valenciano.
La exposición reúne hasta el próximo 15 de febrero un conjunto singular de óleos, dibujos, esculturas, relieves y otras obras de algunos de los más grandes maestros del Renacimiento, de Mantegna a Tiziano, de Giovanni Bellini a Rafael, de Cranach el Viejo, Strozzi, Signorelli a Berruguete o Miguel Ángel.