Edu Pericas, director de ‘Tuppersex’, parte de un hecho obvio para montar su espectáculo: “Habla de la diferencia entre hombres y mujeres en cuestiones sexuales”. Diferencias que pone en escena en el Teatre Talia de Valencia con el concurso de las actrices Gretel Stuyck y Elena Fortuny. La primera encarna a la responsable de un curso para la venta a domicilio de juguetes eróticos. La segunda, más deslenguada, se mete en la piel de una peluquera sin pelos, con perdón, en la lengua.
Fortuny subrayó que, aunque era una “comedia de chicas”, su personaje tenía “un punto bastante masculino”. Seguimos, pues, con las diferencias. Diferencias que Pericas centró en la sexualidad recreativa. “Me llamaba la atención que las mujeres están más avanzadas que los hombres en la masturbación”. ¿Más avanzadas? Y lo aclaró diciendo que mientras las mujeres no tienen problemas en reunirse para hablar de esa masturbación, “los hombres no lo hacemos”. Lo cual le llevó a concluir que las mujeres “están más liberadas”.
‘Tuppersex’ habla de esas diferencias en materia sexual entre hombres y mujeres. Hemos pasado de la sexualidad procreativa a la sexualidad recreativa; de la sexualidad encaminada única y exclusivamente al fin de la reproducción, a la sexualidad como juego entre iguales que intercambian placer. Incluso a la sexualidad sin intercambio alguno, salvo el que se deriva del consumo de juguetes eróticos para deleite personal. Pericas advirtió que se trataba de una “comedia blanca” salpicada con “toques de comedia de chicas”.
‘Tuppersex’ no es ni la televisiva ‘Mujeres desesperadas’ ni la más fuerte ‘Nymphomaniac’, sino un espectáculo para gente que “se ríe porque se siente identificada” con lo que cuentan Fortuny y Stuyck, cada una a su manera. La responsable del curso, ofreciendo datos “reales y curiosos” acerca de la sexualidad. La peluquera, hablando “sin tanto conocimiento”, pero soltándose el pelo cuando de lo que se trata es de gozar a pierna suelta.
Los espectadores tienen también mucho que decir en ‘Tuppersex’, ya que el espectáculo está concebido para que puedan formar parte de la plantilla de esa empresa de venta de juguetes eróticos. Juguetes que, a juicio de Edu Pericas, están más pensados para el placer femenino: “Es una industria que está creciendo muchísimo y está más enfocada a la mujer”. Es ella la que compra esos juguetes para después utilizarlos con sus parejas, apuntó el director de la obra.
Pericas, desatado por el ‘fenómeno Tuppersex’, afirma que esta liberación sexual ha provocado la llegada de “una nueva mujer al mundo”. “Una mujer a la que no sólo no le da miedo reconocer que se masturba, sino que incluso se reúne con un grupo de amigas para comentarlo sin complejos, con un sano sentido del humor, mientras compra penes de plástico que vibran”. Hasta hace nada, esa reunión de hombres haciendo lo mismo era el colmo del machismo. ‘Tuppersex’, he ahí el reverso de la moneda, pone en escena esa liberación sexual con tonalidades más rosas.
Edu Pericas, director de ‘Tuppersex’, parte de un hecho obvio para montar su espectáculo: “Habla de la diferencia entre hombres y mujeres en cuestiones sexuales”. Diferencias que pone en escena en el Teatre Talia de Valencia con el concurso de las actrices Gretel Stuyck y Elena Fortuny. La primera encarna a la responsable de un curso para la venta a domicilio de juguetes eróticos. La segunda, más deslenguada, se mete en la piel de una peluquera sin pelos, con perdón, en la lengua.
Fortuny subrayó que, aunque era una “comedia de chicas”, su personaje tenía “un punto bastante masculino”. Seguimos, pues, con las diferencias. Diferencias que Pericas centró en la sexualidad recreativa. “Me llamaba la atención que las mujeres están más avanzadas que los hombres en la masturbación”. ¿Más avanzadas? Y lo aclaró diciendo que mientras las mujeres no tienen problemas en reunirse para hablar de esa masturbación, “los hombres no lo hacemos”. Lo cual le llevó a concluir que las mujeres “están más liberadas”.