Los resultados electorales fueron injustos en 2015 con Esquerra Unida. El trabajo de sus representantes en las Corts Valencianes y en otros ámbitos como la Diputación de Valencia fue especialmente tenaz y efectivo contra la corrupción que el PP extendió por todas las instituciones valencianas. No merecía perder su representación parlamentaria.
Solo por eso, por un mínimo respeto a la honradez de la lucha política que protagonizó y sigue desarrollando su organización allí donde tiene representación, la dirección actual de Esquerra Unida del País Valencià debería haberse ahorrado el comunicado exculpatorio del viaje que su coordinador general, David Rodríguez, hizo a Cuba pagado con fondos de la Diputación de Alicante destinados al funcionamiento de su grupo en la corporación.
Justificar que el dirigente de una formación política se haga pagar su viaje al funeral de Fidel Castro con el argumento de que el grupo de EUPV en la Diputación de Alicante ha colaborado con la asociación valenciana de amistad con Cuba José Martí y que su máximo dirigente viajó “en calidad de miembro de la dirección” de esa asociación para hacer gestiones que han permitido “ampliar y fortalecer la solidaridad alicantina con Cuba” da vergüenza ajena.
Da casi tanta vergüenza como el hecho de que se califique la noticia publicada de información “no contrastada, completamente descontextualizada y con el evidente objetivo de denigrar a la organización en su conjunto, y en particular a la diputada Raquel Pérez y al coordinador general David Rodríguez”. Porque los hechos son ciertos. Nadie dice que no sea verdad que se fue a Cuba con dinero de la Diputación de Alicante sino que no está contextualizada esa información. Y lo dice tras haber evitado responder a las llamadas para recabar su versión.
“Entendemos que este tipo de actividades y gastos están sobradamente justificados como parte de la labor política de EUPV”, añade el comunicado de una organización que ha denunciado con razón muchas veces la utilización partidista de las instituciones por parte del PP mediante idénticas excusas.
Si David Rodríguez quiere mantener su activismo por la cooperación con Cuba, sin tener que justificarlo como justifican los políticos corruptos sus trapisondas, solo tiene que dejar su cargo de coordinador general de Esquerra Unida. La posibilidad de mantener su liderazgo como si nada hubiera ocurrido ya no existe. Y solo la dimisión descargaría la labor de todos sus militantes de un estigma más injusto y dañino que en cualquier otra formación politica.