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“Dedazos, secretismo, trepas y arribistas” en Vox: dos dirigentes de Castellón salen del partido y lo tachan de “dictatorial”

Lucas Marco

28 de julio de 2021 22:11 h

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El excoordinador de Vox en Benicarló, Vicente Noguera, se ha dado de baja definitivamente del partido ultra con una explosiva carta de despedida en la que acusa a la dirección provincial de propiciar “dedazos”, con un “secretismo hermético” para el nombramiento de “trepas y arribistas” con una “desmesurada ambición personal”. Noguera considera que la dirección de Vox en Castellón, comandada por la diputada autonómica Llanos Massó, es una “institución provincial sectaria, piramidal, autoritaria, dictatorial y falta de humanidad”. La carta dirigida a la militancia con fecha del pasado 26 de julio, a la que ha tenido acceso elDiario.es, también critica que el Comité Ejecutivo Provincial (CEP) de Castellón “se iba radicalizando en la gestión interna con la falta de democracia”.

Así, Massó “usurpó el derecho democrático de los afiliados y de manera arbitraria decidió dónde presentar candidaturas y dónde no (dedazos), sin tener en cuenta la opinión de los afiliados de la provincia de Castellón”, añade Noguera, quien también asegura que la diputada autonómica de la formación ultra “prohibió taxativamente a los coordinadores locales hacer declaraciones a la prensa” y “tomar ninguna decisión del ámbito local de manera autónoma”.

Vicente Noguera fue sustituido por una nueva coordinadora, Elisabeth Primo Roca, quien en un audio publicado por este diario, aseguró que Llanos Massó ha repetido al frente del partido otra legislatura al no haberse podido celebrar un proceso de primarias por la supuesta morosidad de la militancia de Castellón. “En Castellón hay mucho moroso y, por lo tanto, no se hacen las elecciones provinciales y Llanos repite presidencia cuatro años más”, aseguraba la sustituta de Noguera en Benicarló.

La situación interna de Vox en Castellón es enormemente delicada: con reuniones a gritos en las que Massó reñía a los afiliados críticos, el partido de extrema derecha ha sufrido cinco dimisiones de sus cargos más visibles en varios municipios. “El que quiera ayudar bienvenido sea, el que quiera poner palos en las ruedas, lo siento mucho, no tenemos obligación de contar con ellos”, zanjó la diputada autonómica tras vivir momentos de tensión y chillidos.

En Benicàssim, el edil de Vox, José Carlos García Sampayo, se dio de baja de la formación y pasó al grupo de no adscritos tras la destitución por parte de la dirección provincial de Llanos Massó de su coordinador local en Benicàssim y asesor, José Vicente Aymerich. El concejal comparó la decisión de la dirigente provincial con las “acciones dictatoriales de otros tiempos y con actitudes inmorales propias de los sátrapas”.

El asesor destituido, en otra carta a la que también ha tenido acceso este diario, denuncia que la estructura de Vox en Castellón permanece “al margen de la voluntad democrática de sus afiliados” y cuenta con el apoyo de la dirección nacional de Santiago Abascal. José Vicente Aymerich denuncia que Llanos Massó continúa al frente de la dirección provincial a falta de “haber testado la opinión de los afiliados sobre la gestión llevada a cabo”. En definitiva, Aymerich tacha la vida interna del partido en Castellón de “dedocracia”.

Una “troika” de “autoritarismo, soberbia y miedo”

La deriva del partido se ha basado en “relaciones de autoritarismo, soberbia y miedo” con una “parálisis de la actividad política” como “estrategia para controlar las agrupaciones locales”. “Una troika”, abunda el ya exmilitante de Vox, controla “toda la actividad de los afiliados”. 

El hombre, que no recibía ningún tipo de remuneración por sus labores de asesoría, lamenta haber “soportado humillaciones, vejaciones, descartes, desprecios y ninguneos”. En su carta, asegura que era “la persona con mayor preparación y competencias que tiene Vox Castellón” y atribuye a la dirigente Llanos Massó la siguiente afirmación: “Santiago [Abascal] me pedía para las nacionales personas con una preparación y competencias que, por desgracia, casi no tenemos en el grupo, de hecho las personas de confianza sólo tú las tienes y cualquier otro candidato me lo hubieran echado para atrás”.

José Vicente Aymerich, muy dolido con la dirección provincial, lamenta: “He visto cómo se me apartaba de redes sociales y medios de comunicación, de funciones específicas y de áreas de trabajo para los que estoy perfectamente cualificado”. El responsable de organización de Vox en Castelló, David Muñoz, mano derecha de Massó, anunció por e-mail al coordinador de Benicàssim su destitución del cargo “por pérdida de confianza”. El escueto correo electrónico finalizaba agradeciéndole “el trabajo realizado”.

Aymerich destaca la “no dación de cuentas” sobre las “entradas y gastos efectuadas por la estructura provincial y local”, un supuesto fenómeno que ha sido denunciado en otros territorios, y el “amiguismo” en la vida interna del partido ultra que “ha permitido lanzar la carrera política y las ambiciones de unos pocos”. Además, la carta también critica la “dimisión a la presidenta [Llanos Massó] de los cargos electos y orgánicos” y la “promoción del rol de palmero entre los afiliados”.

El exasesor también lamenta que sus denuncias al Comité de Garantías de Vox no han tenido respuesta: “Sigue sin pronunciarse, incumpliendo el reglamento”, señala Aymerich. El hombre comunicó al secretario general de Vox, Javier Ortega Smith su decisión de darse da baja del partido, sin haber obtenido respuesta. En tan solo un año, cinco cargos castellonenses de Vox han dimitido.