Contra todo pronóstico, la Conselleria de Sanidad anunció el pasado viernes mediante un comunicado la decisión del conseller Marciano Gómez, de seguir con el proceso iniciado por el Gobierno del Botánico de recuperación de la gestión pública de los hospitales de Dénia y Manises, una vez finalizado el plazo de la concesiones. Por el contrario, se mantendrá privatizado el de Elche-Crevillent.
Diversas claves están detrás de este anuncio que muy pocos esperaban, máxime cuando Ribera Salud, empresa gestora del hospital alicantino a través de su filial Marina Salud, hizo público el mes pasado el nombramiento de María Pilar Navarro como nueva gerente del departamento, dando por hecha su continuidad por medio de una prórroga del contrato que vence el año que viene.
La primera de esas claves es puramente económica y pone en evidencia la ineficiencia del sistema, siempre para la parte pública. Y es que, las empresas que gestionan los hospitales privatizados deben 641 millones de euros a la Generalitat Valenciana correspondientes a las liquidaciones anuales en las que se calcula si ha habido un desfase para alguna de las partes (la pública o la privada) entre la tarifa que abona la administración a la empresa por la gestión y los servicios que la empresa presta finalmente. Las empresas concesionarias en la actualidad son dos: Ribera Salud, responsable de los hospitales de Dénia y Elche-Crevillent y Sanitas, encargada del de Manises. Pero en esta cifra también se incluyen pagos pendientes de Alzira y Torrevieja, gestionadas en su día por Ribera Salud.
Las cifras vienen de la Conselleria de Sanidad a raíz de una pregunta parlamentaria del diputado de Compromís Carles Esteve, que interpeló al departamento para conocer las deudas de las mercantiles con las arcas públicas. A fecha de su emisión, abril de 2023, quedan por conocer las liquidaciones de 2021, 2022 y el presente año. Son los tres ejercicios afectados por la pandemia y el shock sanitario que produjo y, según los parlamentarios, los años de mayor opacidad.
La concesionaria del hospital de Manises arrastra 373 millones de euros de deuda de las liquidaciones desde 2009. Las concesiones de Ribera Salud suman en conjunto 300 millones de euros en liquidaciones pendientes. De ellas, 86,9 millones corresponden al hospital de Elche-Crevillent, 83 al de Alzira, ya revertido a la gestión pública, y 130 al de Dénia.
Otra de las claves tiene que ver directamente con la calidad asistencial. El conseller Marciano Gómez afirmó que tomaría la decisión con arreglo a criterios de “eficacia y eficiencia” basada en una auditoría para conocer los índices de calidad y la decisión ha sido seguir con el proceso de reversión. Sin embargo, los informes no se han hecho públicos ni está previsto que vean la luz, según fuentes de Sanidad, porque son de uso interno.
Unido a las deficiencias del sistema de gestión privatizado, está el frente común realizado por trabajadores, pacientes y alcaldes de diferente color político, incluso del propio PP como es el caso del primer edil de Benissa, en favor de la recuperación pública de la gestión de los hospitales y centros de salud de los departamentos de Manises y Dénia, con la esperanza de lograr una mejora en la atención de los ciudadanos.
¿Qué sucede en Elche-Crevillent? En primer lugar, la concesión caduca en el año 2025, lo que da más margen para adoptar una decisión definitiva. En Elche, además, dos tercios de la población está adscrita al Hospital General, de titularidad pública. El otro tercio, aún estando asignado al llamado hospital del Vinalopó que gestiona Ribera Salud y que también da cobertura a localidades como Santa Pola y Crevillente, puede pedir que se le atienda en el General. Esta posibilidad de elegir suaviza en parte esa sensibilidad en favor de la reversión que sí ha existido en Manises y Dénia tanto en pacientes, como en alcaldes y médicos. Además, el hecho de que políticamente los municipios del sur de Alicante estén controlados por la derecha, también juega en favor del sistema de gestión indirecto.
Con todo, el conseller Gómez lanzó una advertencia que viene a dar la razón al anterior ejecutivo de Ximo Puig cuando justificaba las desprivatizaciones en las dificultades de controlar a las empresas y en la enorme conflictividad del sistema indirecto. Según dijo, Elche-Crevillent seguirá en manos de Ribera Salud “si se mantienen los mismos indicadores de calidad asistencial y de percepción de la ciudadanía pero con más control y más rigor, que es lo que le falta al modelo”.
El secretario general de los socialistas valencianos Ximo Puig advirtió este lunes de que estarán “muy atentos” a las liquidaciones de Ribera Salud y de las demás empresas y aseguró que “exigirán que se inicie cuando toque el proceso de reversión del hospital de Elche”.
Los municipios piden inversiones
Los representantes de la Xaxa d’Alcaldies del departamento de salud de Manises se reunieron este lunes con el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, un encuentro que ya estaba previsto antes del anuncio del pasado viernes de que Sanidad asumirá la gestión directa de los departamentos de salud de Manises y Dénia.
Durante la reunión, los alcaldes y alcaldesas explicaron al conseller que siempre han trabajado con el objetivo de que la recuperación de departamento para la gestión pública no se paralizara. Ahora bien, desde la Xarxa d’Alcaldies advirtieron a Marciano Gómez que van a hacer un seguimiento del proceso para que se realice con todas las garantías.
La alcaldesa de Quart de Poblet, Cristina Mora, ha señalado: “Le hemos trasladado al conseller nuestra voluntad de estar informados en todo momento del proceso porque sabemos que la clave va a estar en qué servicios se mantienen privatizados. Ahí es donde está el verdadero beneficio económico para las empresas privadas”.
La Xarxa d’Alcaldies del departamento de salud de Manises también ha solicitado información al conseller sobre la marcha de las obras del antiguo Hospital Militar Manuela Solís Clarás de Quart de Poblet-Mislata, cuya primera fase debe estar finalizada en junio de 2024.