La diputada de Compromís en Las Cortes Valencianas Marián Campello ha confesado hoy en la tribuna de la Cámara, durante el debate de una iniciativa de otro grupo contra el acoso escolar, que sufrió este tipo de maltrato y ha instado a las víctimas que viven este “infierno” a que lo cuenten.
Al final de su intervención, la diputada ha hecho un llamamiento a los niños que sufren acoso, quienes a su juicio “se merecen ser felices todos los días”, y les ha pedido: “Romped el silencio, porque no estáis solos. Y lo digo por experiencia”, tras lo que ha mostrado las palmas de las manos con las palabras “stop bullying”.
La diputada, que acaba de cumplir 29 años y es profesional de la educación no formal, ha explicado posteriormente a la Agencia Efe que con esta iniciativa ha querido reivindicar, desde la experiencia, que estos problemas “se tienen que contar” y que la sociedad “tiene que estar al tanto de que estas cosas pueden pasar”.
Campello, quien ha confesado que ha hablado muy pocas veces de este asunto, ha explicado que sufrió acoso escolar durante tres cursos, al final de Primaria en su colegio de un barrio periférico de Elche (Alicante), y posteriormente también en el instituto, entre los 12 y los 14 años.
Ha indicado que era “la típica niña que saca buenas notas, que siempre ha sido delegada de clase, y también muy defensora de causas perdidas”, y que al intentar interceder en el caso de una niña con discapacidad que era acosada y de otra niña inmigrante que recibía el mismo trato, pasó a convertirse “en el punto de mira”.
A partir de ese momento, señala a Efe, empezó a sufrir bromas sobre su aspecto físico, amenazas en la mochila, tratos vejatorios o invenciones sobre ella, “en una época en la que el 'bullying' no tenía nombre y no se sabía lo que era”, y en la que sus compañeras contaban a sus madres lo que pasaba, “pero no intercedían en clase”.
Pese a que sus padres hablaron con la dirección del centro, “el tema fue a más y comenzaron los empujones y las collejas en el pasillo”, por lo que afirma que dejó de salir al patio, hasta que un día la esperaron en la puerta del colegio: “Me pegaron a base de bien, y los demás miraban”.
Campello señala que hubo un segundo intento de pegarle y finalmente la solución que se le dio desde el centro fue pasarla desde la línea en castellano a la línea en valenciano, que tenía un perfil de alumnos diferente, donde la situación es “más llevadera”.
En el instituto volvió a sufrir acoso escolar: “Ya tienes el estigma de víctima y es muy fácil que alguien te vuelva a entrar” por el mismo sitio, si bien la diputada explica que para entonces estaba “bastante empoderada”, tenía un grupo de compañeros que le apoyaba, y no se achantó.
“Lo pasé mal, lloré todo lo que tenía que llorar, pero siempre lo dije, no caí en el silencio”, afirma Campello, quien considera que en aquel entonces el profesorado no estaba preparado para afrontar estas situaciones y se veía “como cosas de críos”, y ahora, aunque quedan pasos por dar, “tiene nombre” y se identifica.
“Creo que con esto va a pasar como con la violencia de género, que irá tomando conciencia todo el mundo”, ha aseverado la diputada, quien se ha mostrado convencida de que mucha gente mayor ha sufrido acoso escolar y “es incapaz de decirlo”.