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Adiós a Marie Claire, Bimbo y Playmobil: sectores tradicionales valencianos echan el cierre y cuestionan la política industrial

Laura Martínez

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La industria valenciana camina a dos velocidades. Mientras empresas relacionadas con la tecnología y la transición energética aumentan sus inversiones en la Comunitat Valenciana, los sectores tradicionales encuentran serias dificultades para sobrevivir. En el primer año de PP y Vox en el Ejecutivo autonómico se ha comunicado un goteo de cierre de grandes empresas en la comunidad autónoma y la oposición al Consell ha pedido explicaciones sobre la política industrial, una cuestión que queda en segundo plano en una conselleria volcada en la promoción turística.

El grupo socialista reclama la comparecencia de la titular de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes, por una política que consideran “caótica”, mientras Compromís la califica como “un rosario”. Los cierres de Marie Claire, Playmobil, Bimbo o ThyssenKrup, industrias que llevaban décadas en la Comunitat Valenciana, preocupan a los partidos, mientras el PP defiende que llegan nuevas inversiones.

Los motivos de los cierres son diversos. Algunas son empresas que se enfrentan a una fuerte competencia de países como China, otras a cambios en los hábitos de consumo, otras se deben a cambios en su estructura interna y traslados de fábricas, mientras que otras tantas que no han cerrado pasan serias dificultades por el aumento de los costes energéticos, como en el caso de la cerámica castellonense.

La noticia más reciente es el cierre de la juguetera Playmobil, que retira su producción de Onil. Tras una caída de las ventas del 25%, la famosa mercantil retira su producción en el llamado 'Valle del Juguete'. Las instalaciones no cierran, pero se mantendrán solo en la vertiente comercial y logística. 39 trabajadores se quedan en la calle con un ERE en una empresa que llevaba 48 años afincada en el municipio valenciano.

Uno de los emblemas en la consternación ha sido el cierre de Marie Claire, que arrastra varios ERTE desde julio del pasado año, con la esperanza de encontrar un inversor que la rescate. La textil, que recibió una inyección de 24 millones de euros del Instituto Valenciano de Finanzas, aún carga con una fuerte deuda que la mantiene cerrada desde hace un año. La mercantil especializada en la confección de medias llevaba operativa desde 1907 y sus 100 trabajadores lamentan la falta de implicación de la Administración autonómica. La consellera de Industria, Nuria Montes, calificó la mercantil como un “muerto viviente” y criticó que se había financiado sin criterio.

En Alicante, empleados de la fábrica de El Verger de Bimbo llevan meses de protestas, desde que supieron el plan para cerrar las instalaciones. La empresa bajó la persiana en el municipio alicantino el pasado marzo, dejando con ella una plantilla de 96 trabajadores, de los que 48 han sido recolocados en otras fábricas. La conselleria de Industria ha celebrado tres reuniones con ellos, habrá una cuarta en junio y se han activado los cursos que pedían para el reciclaje profesional, según apunta el departamento de Montes.

En noviembre, la multinacional Thyssenkrup anunció al comité de empresa su intención de cerrar la planta ubicada en Sagunto, especializada en productos de galvanizado. El cierre de la siderurgia se llevaría por delante a 120 personas y la mercantil lo justifica en una baja demanda del sector automovilístico. Por contra, el mismo municipio alberga el proyecto de PowerCo para la gigafactoría de baterías para vehículos eléctricos, una de las promesas industriales suscritas la pasada legislatura que se espera como agua de mayo. La conselleria aclara que ha lanzado un plan concreto con medidas de rescate y se encuentra en negociaciones con la matriz, que ha pedido que participe el Gobierno central. Por el momento, el Consell ha ofrecido entrar en la convocatoria de grandes proyectos estratégicos y préstamos bonificados no reembolsables.

Otra automovilística que es un constante vaivén de buenas y malas noticias es Ford. Si bien la continuidad de la planta de Almussafes no está en cuestión, la factoría anuncia anualmente expedientes de regulación de empleo, temporales o totales. Hace una semana anunció que fabricaría en la factoría de Almussafes 300.000 vehículos de un nuevo modelo a partir de 2027. También que se retiraba del PERTE del vehículo eléctrico y su cuarto ERE en cinco años, que implica, desde 2020, el despido de 3.000 trabajadores. Los despidos se producen apenas un año después del último ERE y se negociarán a partir del 28 de mayo. El motivo, de nuevo, la baja demanda.

El informe sobre la Comunitat Valenciana del Servicio de Estudios de BBVA, apunta que el pasado año la economía autonómica creció por debajo del promedio nacional por la caída de la industria -que no se compensó con el crecimiento del turismo ni el empleo-. “Aunque la producción industrial mejora, las exportaciones de bienes reflejan los problemas del sector automotriz y de la debilidad de la Eurozona”, advierte el texto. Con todo, la previsión es optimista: “La industria de la Comunitat Valenciana cayó en el segundo semestre de 2023, pero se estaría recuperando en lo que va de año”.

El Gobierno valenciano prometió en septiembre impulsar un plan de reindustrialización para conseguir que la industria “represente el 20% de la economía valenciana”. Según las estimaciones de Caixabank Research, en 2022 el peso de la industria manufacturera en la Comunitat Valenciana era del 15,8%, algo mejor que en los últimos cinco años, cuando era del 14%, pero muy por debajo de finales del siglo pasado, cuando representaba un 22,3% del Producto Interior Bruto (PIB) valenciano.