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Empar Marco: “Tenemos claro que somos servicio público, pase lo que pase”

Empar Marco (Godella, 1959) trabaja con un todavía reducido grupo de personas en un edificio en obras. El viejo centro de producción de Radiotelevisió Valenciana en Burjassot se ha quedado obsoleto en sus instalaciones técnicas, está deteriorado arquitectónicamente y es objeto de remodelación para acoger un nuevo modelo de funcionamiento de los medios públicos (se está creando el espacio de una redacción única).

La directora general de À Punt, periodista procedente del medio televisivo (era la corresponsal de TV3 en Valencia), evita dar una fecha concreta del inicio de emisiones de la nueva televisión, que sitúa en la próxima primavera, mientras ya ha comenzado a emitir una parte de su programación la nueva radio autonómica y en la web de la cadena se ofrece programación audiovisual para el público infantil.

Estamos en un momento en el que se han cumplido algunos anuncios, ya que la radio ha empezado las emisiones parciales y la web está en marcha con programación infantil. ¿Pero por qué va tan lento el proceso?

Hubiéramos preferido que empezara todo a la vez. Eso nos daba una perspectiva más clara de lo que se quería hacer, de las diferencias que queríamos marcar con lo que se hacía antes. Lo que pasa es que a lo largo de los meses nos hemos dado cuenta de que había expectativas, presión… Y que quizás valía la pena bajarse un poco del burro y pensar que tampoco pasaba nada por abrir una ventana y enseñar la patita. No es exactamente lo que queríamos hacer, pero va en el camino. Los contenidos son los que habrá y, así, lo avanzamos un poco, porque veíamos que se iba a retrasar. Y se está retrasando. Los pliegos del tema tecnológico son gruesos, de mucho dinero, que tienen que pasar por Europa… requieren muchos meses para la convocatoria y que las empresas se pongan en marcha. Todo es larguísimo. Y también las bolsas de trabajo. Con ese escenario de tantos retrasos en tantos frentes, pensamos que era mejor empezar así.

¿La lentitud de la puesta en marcha viene causada por la ley de creó la nueva radiotelevisión?

Viene originada por todo. La ley también provoca retrasos. No previó que hubiera instrumentos para que naciera una nueva empresa. Habla de los medios, de nombrar la dirección general… Pero se trata de crear una empresa, no solo de dirigir unos medios. Requiere una base administrativa y de eso no había nada. Cuando llegué, estábamos Enrique Soriano [presidente de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació], el secretario del Consell Rector y yo. Estábamos en el edificio los tres solos.

¿Desde Presidencia de la Generalitat se facilita o se torpedea esta puesta en marcha?

Presidencia tenía un papel de facilitar el mecanismo para crear la empresa. Sí que lo ha hecho… Bueno, alguien te ayuda. Hay funcionarios que nos han ayudado y es innegable. También de la Conselleria de Hacienda. Hay quien tiene interés. Ahora, ser conscientes de que el proceso había que arroparlo y acompañarlo… Creo que ha ha habido una falta de previsión grande.

¿Tiene que ver con que la ley es muy administrativa, poco ágil para un medio de comunicación? ¿Está prevista la empresa como una prolongación del sector público?

Sí. De qué sirve que sea una entidad mercantil. Debería llevar aparejada una serie de capacidades que no tiene. Acabamos funcionando, nos exigen que funcionemos, como si fuéramos una consellería. Con todos los mecanismos que exige el sector público: relación de puestos de trabajo, permisos de contratación…  Muchas veces da la sensación de que nadie sabe cómo funciona una mercantil. Y hay diferencias. Y no se notan.

¿Esto puede hipotecar el funcionamiento?

Puede hipotecar el funcionamiento y ya lo está haciendo. Hay muchas cosas que podrían hacerse más sencillas, como hacer contratos. Para todo has de pedir tres facturas, cuatro, abrir los expedientes como una consellería… Nos pasa todos los días. Parece que nadie lo tiene resuelto, ni hay forma de resolverlo.

Para ello habría que cambiar la ley...

Hay cosas que sería bueno revisarlas, ahora que ya se conoce el funcionamiento y el día a día. Hay muchas cosas que podrían salir mejor.

Con estas perspectivas, con la campaña de publicidad en la calle… ¿Cuál es el calendario?

Es difícil de hacer mientras no se aclare la entrada de personal. Estamos tirándonos a la piscina. Somos muy pocos y el trabajo cada día se multiplica. Llega un momento en que es inasumible. Lo prioritario sería que la radio tuviera informativos, que está condicionado a que al menos de alguna bolsa que vaya más rápido entre personal técnico y algún periodista. En el cronograma es lo primero. Después, intentar acelerar la puesta en marcha de la televisión, que debe cumplir una serie de condiciones que no dependen de nosotros. Todo se retrasa. Es fundamental que los programas de producción y edición de informativos estén claros, que también se han retrasado un poco. Pensábamos que en febrero podríamos tener preparados los ordenadores y se ha retrasado. Si las empresas aceleran, nosotros podemos acortar términos. Pero si ellas no pueden, tendremos que conformarnos con sus plazos… bastante más largos.

¿Sigue pensando que en el primer trimestre de 2018 puede haber televisión?

Sigo pensando que en primavera, pero no en el primer trimestre.

¿Qué personal hay trabajando?

De la Corporación, en el personal de administración hay 30 personas. Junto a los jefes de servicio y otros trabajadores… alrededor de 50.

¿Cuánta gente habrá en plantilla a finales de 2018?

Puede haber unas 400 personas.

Con la lentitud de las bolsas de trabajo y al no tener informativos, debe ser una frustración no informar, por ejemplo, de las elecciones en Cataluña…

Es una frustración no poder informar de muchas cosas. La gente se informa encima. Aquí hay quien propone hacerlo entre cuatro gatos, pero no podemos comprometernos a eso.

¿La falta de informativos lastra el desarrollo de la radio?

Lastrar… lastrar, no. Es evidente que es una radio coja, pero lo planteamos así. Además, que no haya informativos no quiere decir que no haya actualidad. El magazín está funcionando muy bien, a la gente le gusta y está haciendo un papel extraordinario.

¿Le preocupa el recurso de la Unió de Periodistes que pide la suspensión cautelar de las bolsas de trabajo?

No sé si soy muy inconsciente, pero no me preocupa. Si tiene una repercusión, ya la analizaremos cuando la tenga. Creo que hacemos las cosas lo mejor que podemos con las circunstancias que hay. No creo que esté fundamentado sobre causas que un juez pueda contemplar, pero, si es así, afrontaremos la situación, como debería hacer también la Unió.

¿Hay un plan B si se acepta la paralización cautelar?¿Cómo afectaría?

No hay un plan B. La afectación sería una evidencia. No creo que pudiera decir que no se pueden hacer programas, ni contratar técnicos… Entonces tendríamos que reflexionar sobre si vale la pena continuar así, de forma parcial.

¿Está de acuerdo con la imagen, un poco simplificada, de que la radiotelevisión autonómica tiene un nuevo proyecto hecho con gente de la anterior?

Yo creo que no. Yo no estaba en la anterior. Creo que el espacio de comunicación público se está montando sobre un proyecto con gente que no estaba en la antigua RTVV, está basado en lo que yo pensaba que necesitaban los medios de comunicación del futuro. Ha venido gente de muchos sectores, no solo de RTVV. No creo que sea un proyecto rehecho. Yo quiero que la gente que esté aquí se lo crea así.

Estamos en un momento en el que se cuestiona la independencia de Televisión Española y de TV3, en parece que los dos modelos públicos están en crisis. Desde la puesta en marcha de una nueva propuesta, ¿cómo se ve este panorama?

Está todo en crisis. Es difícil. Los grupos políticos y empresariales tampoco facilitan la tarea de los periodistas. Se prejuzga todo lo que se hace y se hacen campañas previas, sin bases. Nosotros tenemos claro que somos servicio público, pase lo que pase, y por eso tenemos que hacer unos informativos veraces, contrastados, de proximidad. Unos informativos de primera.

Cuando se refiere a cuestionamientos previos… ¿Habla de las críticas que se hacen desde el PP, de que es una dirección afín a Compromís?

Sí, a esta campaña que se hace desde la derecha y ese sector anticatalanista. Bueno, para mí, antivalencianista. Prejuzgan una situación absurda. Pero ya se sabía que pasaría, fuera yo la directora o quien fuere. La campaña estaba servida. Me parece feo. Creo que los medios deberían nacer con buena reputación y eso es una responsabilidad de todos. Es absurdo decir que la dirección es de Compromís o del PSPV. Aquí a nadie se le ha pedido carnet. Se pide un trabajo profesional. Cada uno que sea de quién sea, pero desde el primer día se ha dejado claro que aquí no se piden carnets. Se nos debe dar la oportunidad de hacerlo bien, y eso repercutirá en la reputación de los valencianos.

Muchos de esos sectores que defienden esa campaña son los que apoyaron lo que era Canal 9. Desde ese punto de vista, ¿no cree que no cree que alguna gente tiene pendiente un acto de contrición que no ha hecho?

Es evidente que no lo han hecho. Si se prejuzga algo que se intenta que sea diferente… Ellos se descalifican. No me preocupan esas críticas.

¿La campaña del PP realmente hace daño?

Yo creo que la gente es inteligente y tiene sentido crítico, memoria histórica y sabe lo que ha pasado.

Que nazca ahora À Punt es una oportunidad también para el sector audiovisual. ¿Cuáles son las ventajas de que empiece ahora, con las emisiones de las televisiones generalistas evolucionando?

En primer lugar, aprovechar los mecanismos tecnológicos que llegan al público. Hace unos años, se veía la televisión de forma tradicional. Ahora tienes una audiencia que debes satisfacer, intentar que la brecha digital no moleste… Es evidente que la gente más joven ve la tele de otra manera. Así lo estamos viendo ya, puedes verlo todo. Nosotros queremos montar unos medios allá donde esté el público. En eso influye la parte tecnológica, qué personal necesitas y cuánto. Has de plantearte que es completamente novedoso, no puedes pensar en montar solo una televisión. Aquí [el centro de producción de Burjassot], de lo que hay, de los equipos… no sirve casi nada.

Los cambios tecnológicos y de uso llevan al proyecto de redacción única…

Bueno, va más allá de eso. Para mí es importante porque está en la base del proyecto, no solo de informativos. No hay directores de tele, de radio… Estamos creando un espacio de comunicación que debe ser el mismo, en lo que se refiere a los contenidos que se distribuyen según el lenguaje de los diferentes medios. Todo el mundo trabaja para el relato de historias. Con la redacción única, no queremos un medio sobre otro, sino que el periodista pueda dedicarse un día más a la web, otro a hacer un vídeo… en función del tema. Las formas de trabajar han cambiado. Para la gente que entre de la antigua RTVV será muy diferente la forma de trabajar. Apenas en la última etapa de Canal 9 los periodistas empezaron a montar las noticias.

¿Simplificamos mucho si decimos que À Punt es una cadena que hace informativos propios y externaliza la ficción?

Se simplifica que es una cadena. No es una cadena, son unos medios. También habrá programas de producción propia. En la radio al menos un 60% debe ser producción propia y es perfectamente asumible. En la televisión, habrá que tender a que se haga. Eso no quiere decir que, al principio, como motor del sector audiovisual, no necesites los programas de producción externa. También son servicio público.

La dinamización del sector audiovisual era uno de los aspectos claves de la ley. El otro era la promoción de la lengua y darle a la sociedad valenciana un espejo donde mirarse. A estas alturas del siglo XXI y tal como está el tema, ¿es posible hacer un medio audiovisual así?

Si no conseguimos que los valencianos se identifiquen con su medio público, no merece la pena. Tienen que hablar de nosotros, de nuestros músicos, de nuestros actores… Si no vertebramos, no tendría sentido. Y hay mucha gente reclamándolo. Me ha sorprendido la respuesta cálida de la gente a las primeras emisiones de la radio y a la puesta en marcha de la web.

¿Puede haber cierto trauma de regreso al dar espacio a sectores sociales, políticos y culturales que antes no aparecían? La antigua RTVV ignoraba completamente a una parte de la sociedad…

Bueno, ahora no debemos caer en lo contrario. Hay un sector que no se reconocía en la antigua RTVV, pero no pretendemos hacerlo al revés. Los medios son de todos y eso requiere generosidad, mirarse, hacer críticas constructivas…

A nivel laboral, ¿se puede ver reconocido todo el mundo? La gente más joven, recién salidos de la facultad, critican que en base a estos baremos no pueden acceder…

También lo critican porque hay un sector animando a que lo hagan. Nosotros lo hemos explicado: hay un sector de perfiles nuevos para los que ese baremo [que prima la experiencia en la antigua RTVV] no sirve. Las bolsas de trabajo van lentas también por eso, porque la gente no lo entiende y se han presentado muchos a todos los puestos, sin tener en cuenta que no cumplen los requisitos en todos los casos. Si se presentaran solo a los puestos a los que pueden acceder, se habría facilitado.

¿Entonces, qué hueco tiene en el ente la gente joven?

Hay perfiles como los de redes sociales, SEO manager… También ha pasado en la Corporación. Hay mucha gente joven que ha entrado en plazas para publicidad y marketing. Hay al menos un 30% de personas que no estaban en la antigua RTVV porque requieren méritos que los ex no tenían. Pero parece que la gente, por mucho que lo expliques, no se lo cree.

¿Hay convenios de prácticas con las universidades?

Sí. Hay buena relación con las universidades y estamos preparando cosas concretas. Además, somos conscientes de que la plantilla que proviene de RTVV se renovará pronto, es gente con una determinada edad. Cuando voy a las universidades, se lo cuento a los alumnos: os esperamos a vosotros. Son los que entenderán la redacción única, cómo se consumen los contenidos, los que aportarán ideas…

¿Está ya À Punt incorporada a la FORTA, la federación de radiotelevisiones autonómicas?

Todo el equipo ha ido a las reuniones. Esta semana se termina de pagar la deuda y en enero se formalizará toda la incorporación.