En una semana marcada por la designación de Benidorm como primer destino turístico inteligente del país y tras conocerse que la localidad logró cifras récords de turistas en 2018, hablamos con la representante de las Kellys de la comarca, el colectivo que ha logrado visibilizar la precariedad de las camareras de piso que limpian en los establecimientos hoteleros. Antes del surgimiento de esta asociación en junio de 2016, Yolanda García ya había participado en varios movimientos sociales como las Marchas de la Dignidad o en la PAH de Altea. Ahora está también en la asamblea 8M feminista de Alicante porque entiende que la lucha por las mejoras laborales va intrínsecamente ligada con el feminismo.
Hace unos días, Benidorm obtenía el certificado como primer destino inteligente del país, ¿qué les parece este nuevo galardón?
En estos certificados al final de lo único que se habla es de innovaciones en tecnología, promociones dinámicas, rentabilidad, competencia… pero no se detienen a analizar las condiciones laborales de los trabajadores. Nosotras no es que estemos en contra de este tipo de certificados, sino que parece que las trabajadoras seamos ajenas a la industria turística. Esa Q de Calidad que tanto gusta a los hoteleros tener en sus fachadas porque les da un prestigio, también las excelencias en cocina, todas estas menciones, acaban atrayendo a los clientes pero para nada se tienen en cuenta las condiciones laborales. ¿Quién hace la excelencia en la cocina? Los cocineros. ¿Quién aporta en la Q de Calidad en limpieza de los hoteles? Las trabajadoras, pero no hay ningún sello de calidad que haga mención a las condiciones laborales de estos establecimientos.
También ha sido noticia que los hoteles de Benidorm han cerrado el año 2018 con una ocupación media del 84,3%, el segundo mejor dato de los últimos 15 años. En este periodo, Navidad, ustedes denuncian que han habido compañeras que han pasado diez días sin librar.
Estamos presentando nuevas denuncias a Inspección de Trabajo por el tema de los días libres y la sobrecarga de trabajo. No es normal que se estén felicitando siempre por la ocupación y que eso no se traduzca en que nuestras condiciones laborales mejoren. Este último año ha habido un informe demoledor del Invassat [Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo] en el que se especificaban todas nuestras condiciones laborales con respecto a la carga de trabajo y lo que supone eso en derivaciones de enfermedades profesionales y sin embargo todo se ha quedado en recomendaciones de buenas prácticas. La prueba la tenemos en que seguimos teniendo la misma carga laboral y seguimos sin librar cuando nos corresponde cuando hay repuntes de ocupación como en Navidad.
¿Y también tienen pensado denunciar despidos que se han producido tras bajas médicas en compañeras que trabajan para empresas externalizadas?
Sí, ya hemos presentado en Inspección las denuncias. En las empresas externas, en cuanto cogen la baja, como son contratos por obra y servicio determinado, al momento son despedidas. Pero es que incluso cuando no son despedidas las intentan obligar para que cojan bajas voluntarias. La mayoría de las compañeras que se han puesto en contacto con la asociación lo primero que nos comentan es que, cuando presentan la baja por enfermedad, les dicen que si quieren volver a trabajar en esa empresa tienen que firmar la baja voluntaria. Nosotras les decimos que no, que firmen ‘no conforme’ y veremos lo que pasa. Esto nos ha pasado en Navidad con una compañera que tuvo un desmayo dentro de la habitación por la sobrecarga de trabajo y que se ha quedado en la calle tras pretender que firmara la baja voluntaria.
En agosto se aceptaron las enfermedades profesionales propias de su trabajo repetitivo. ¿Han notado el cambio?
No. Ahora tenemos incluso casos de compañeras a las que sa ha diagnosticado alguna de las tres enfermedades nuevas reconocidas y las mutuas están muy reticentes a considerarlas como enfermedad profesional. Dicen que hay que valorar muchos factores a pesar de que llevas así 14 o 15 años, como una compañera que trabajaba diagnosticada por epicondilitis y al final se ha tenido que ir a la Seguridad Social y esta a su vez ha tenido que acudir a la mutua. La mutua la trata pero por enfermedad común… Al final somos nosotras mismas las que tenemos que denunciar esto ante la Seguridad Social y es una batalla muy gorda porque estamos hablando de que se está jugando con la salud de las trabajadoras. Y no solo eso. Nos estamos encontrando muchos casos de que el mismo INSS [Instituto Nacional de la Seguridad Social], a la hora de pasar el tribunal médico porque estás de baja un año, está dando altas de mujeres que no están en condiciones para volver a su puesto de trabajo. En esas altas del INSS te dicen que no puedes volver a coger una baja por lo mismo en un año o seis meses. Pero si me sigue doliendo el hombro, ¿qué hacemos? Pues denunciamos.
Ustedes insisten en reivindicar la jubilación anticipada, derecho que ya ha llegado para los policías locales.
Nos quedamos sorprendidas de que se valorara la jubilación anticipada de los policías municipales a los 59 años con 30 años cotizados y 15 de policía municipal y nosotras lo seguimos reivindicando por necesidad, porque ninguna mujer con más de 60 años puede llevar este ritmo de trabajo que nos imponen en los hoteles. La mayoría de las camareras que llevan 20 años acumulan partes de baja por lesiones y las que terminan denunciando ante la Seguridad Social porque les dan el alta tienen un promedio de 55 a 58 años. Esperemos que, siendo más de 200.000 trabajadoras en España dedicadas a esto, se nos acabe reconociendo.
¿Y en este año que ha entrado qué otras reivindicaciones reclaman?
Insistimos en que se derogue la reforma laboral e incluso la ley mordaza. Y uno de los objetivos a nivel nacional es también que se reforme el artículo 42.1 de los Estatutos de los Trabajadores y se ponga fin a la externalización en la parte estructural para el funcionamiento de la propia empresa. En su día ya hablamos con distintos representantes a nivel nacional tanto del PSOE como de Unidos Podemos y es algo pendiente, ya que al final son cesiones ilegales de trabajadoras porque es el hotelero quien tiene constancia del trabajo de la ocupación de habitaciones, no la empresa externa, que es una intermediaria entre el hotelero y la trabajadora que limpia esas habitaciones.
Lucha en la calle
Las Kellys son un movimiento que lucha contra la apatía del trabajador que se resigna a perder sus derechos laborales. ¿El mejor ejemplo puede que sea el de las camareras de piso de dos hoteles de Bilbao, que han logrado una subida salarial del 48% tras mes y medio de huelga?
Es un ejemplo más. Han conseguido un gran avance. Pero es verdad que allí tienen un sindicato, que es ELA, que tiene una caja de resistencia y que está muy activo. A veces, poder tener esa ayuda por detrás es muy importante y lo hace más fácil.
Ustedes apoyan la huelga de Amazon en San Fernando de Henares pero sus clientes, como los de los hoteles, no parecen inquietarse por los débiles derechos de sus trabajadoras. ¿Es posible concienciar al cliente para que al final el empresario mejore sus condiciones de trabajo?
El cliente de Amazon no se pregunta por las condiciones de los trabajadores de la misma forma que no lo hace el que viene de vacaciones unos días y lo único que quiere es disfrutar. Pero eso está cambiando. Cada vez hay más clientes que preguntan por nuestra situación. Incluso nos ven por los pasillos y nos dicen que les parece justa nuestra reivindicación. Hablamos del cliente nacional y de otro tipo, como por ejemplo un matrimonio alemán que el otro día le dijo a una compañera que conocía de nuestra lucha tras leer noticias en los periódicos alemanes y venían más concienciados de que esa situación no podía seguir. Y también nos emocionó mucho, cuando hicimos este verano una concentración delante del hotel Rambla, que los clientes salieron al balcón y nos aplaudieron en un momento en que estaba el director en la puerta.
Las Kellys en política
¿Por qué han avisado a sus compañeras de que si quieren entrar en listas políticas deben salirse de la asociación de las Kellys?
Porque se nos han venido ofreciendo en muchos territorios puestos en listas electorales por la lucha que llevamos. Agradecemos ese interés pero si tú tienes un cargo o una responsabilidad dentro de la asociación, eres una cara visible, no puedes utilizar ese cargo para abrirte puertas en un partido. Nosotras tenemos que seguir reivindicando nuestra autonomía, que es lo que nos ha hecho fuertes al final.
¿Le han pedido personalmente entrar en una lista?
Sí.
¿Qué partido?
Prefiero no decirlo.
¿Y cuál ha sido su respuesta?
Que no está entre mis planes. Me siento más libre haciendo política de esta manera. Eso no quiere decir que las Kellys no sepamos ver qué partidos nos favorecen más y menos, pero insisto, no podemos utilizar la asociación para una promoción partidista o para escalar puestos.
¿Le ha perjudicado laboralmente ser una de las caras visibles de las Kellys?
Sí, personalmente sí, llevo un tiempo en el paro. He echado numerosos currículums y no se me ha llamado para nada. He estado haciendo horas extras, limpiando apartamentos pero no se me ha vuelto a llamar después de 14 años como camarera de pisos. Esto es lo que hay, es una consecuencia de la lucha.