El PP ha perdido su feudo. Sigue siendo la fuerza más votada en la Comunidad Valenciana, pero los resultados de estas elecciones generales del 20 de diciembre confirman una caída que ya registraron las autonómicas del pasado mes de mayo. Hasta nueve diputados y más de un 20% de apoyo han perdido los populares. Con un apoyo de poco más del 31%, el PP ha logrado 11 diputados en el Congreso. Para su dirigente en la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, será una victoria pírrica que el resultado esté cinco puntos por encima del que cosechó Alberto Fabra en su derrota de las autonómicas.
El descenso del PP no es, sin embargo, la noticia más sorprendente de los comicios. En el campo de la izquierda, por primera vez desde la transición, los socialistas valencianos se ven relegados al tercer puesto en unas elecciones. El PSPV pierde tres escaños y se queda con siete diputados. Pero lo más importante es que ve como se confirma el 'sorpasso' de la coalición que lidera Mónica Oltra.
Compromís-Podemos, en efecto, es la gran triunfadora de la jornada. Si hasta ahora solo había un diputado adscrito a ese grupo, Joan Baldoví, ahora habrá nueve. Con un 25% de los votos, los resultados confirman la estrategia de acuerdo de la coalición valencianista de izquierdas con Podemos. Si las dos formaciones no suman matemáticamente lo que consiguieron por separado en las autonómicas, se sitúan en cambio por encima de lo que les otorgaban las encuestas.
El fenómeno de Compromís-Podemos tiene su epicentro en la ciudad de Valencia y la provincia, pero es muy significativo que haya superado a los socialistas en las tres circunscripciones.
Pinchazo de Ciudadanos; EU, fuera del Congreso
Por otra parte, con Ciudadanos ocurre lo contrario. Como ya sucedió en las autonómicas, su resultado queda bastante por debajo de lo que preveían las encuestas. Con cinco diputados, ocupa la cuarta plaza y no se desprende de una sensación de inconsistencia difícil de disipar.
Esquerra Unida-Unitat Popular, finalmente, no ha alcanzado el porcentaje que le hubiera permitido revalidar el escaño que ha tenido esta última legislatura en el Congreso. Se repite la historia del las elecciones autonómicas y su futuro se presenta incierto.
Valencia, capital del cambio
Sin duda, el empate a cinco diputados entre el PP y Compromís-Podemos en la circunscripción de Valencia -les separan menos de tres puntos-, es el emblema de una nueva época en la política valenciana. Apoyado en el electorado urbano que ya aupó a Joan Ribó a la alcaldía de Valencia tras las elecciones del 24 de mayo, Compromís ha reforzado su conexión social en la provincia gracias a la alianza con Podemos hasta convertirse, de hecho, en el auténtico rival del PP.
La delicada situación de Ximo Puig
La cruz de esa pequeña revolución es la delicada situación en la que quedan los socialistas de Ximo Puig, presidente de la Generalitat, que se ha esforzado con su vicepresidenta, la emergente Oltra, precisamente en garantizar que los resultados de la generales no pondrán en apuros su gobierno de coalición apoyado parlamentariamente por Podemos. Los problemas del PSPV-PSOE, sin embargo, se agravan de convocatoria electoral en convocatoria electoral. En estos comicios de 2015, los socialistas valencianos están más de dos puntos por debajo de la media del PSOE en España, lo que tampoco afianza su peso en un PSOE que Pedro Sánchez ha sacado adelante en una de las peores coyunturas de su historia.
Entre las consecuencias políticas de estas elecciones no hay que olvidar el objetivo de presionar en Madrid para conseguir una reforma dels sistema de financiación autonómica. Compromís-Podemos ha superado con creces las condiciones para disponer de un grupo valenciano en el Congreso que hará de ello su bandera. Eso también será nuevo. Quizás lo más insólito.