Alberto Fabra ha anunciado la presentación de denuncias para intentar frenar o amedrentar al topo de la Generalitat, esa persona o personas que, de existir, habría filtrado información que el President considera confidencial pero que sin embargo tiene relación directa con la forma en la que el Consell gasta el dinero público.
El número 1 del PP valenciano ha mostrado su consternación por el “alcance nacional” que ha tomado la noticia de los gastos en alimentos de su mujer de confianza, Esther Pastor. Fabra los considera “menores, normales y justificados”. De la misma manera, ha defendido el gasto cargado al erario público por Pastor en reservas de hotel, que estaría también “justificado”. Un juez ya investiga la denuncia presentada por el pseudo sindicato ultra Manos Limpias en este asunto.
Ataque a los valencianos
Fabra también ha equiparado la publicación de información como la contratación de un coach o de su cocinero personal como “un claro ataque a la Comunitat Valenciana, y la ha atribuido a ”intereses ocultos“ y al comportamiento parcial y también interesado, ha insinuado, de algunos medios de comunicación.
Lo bien cierto es que la tensión en el Palau de la Generalitat sigue por las nubes. Pese a las medidas tomadas para taponar las vías de aguas informativas, las filtraciones siguen, como prueban las últimas denuncias contra Pastor o las informaciones sobre los gastos que la secretaria autonómica de Presidencia hacen con cargo al presupuesto de una administración que roza la quiebra.