Las Fallas, a un paso del indulto eterno de la Unesco

EFE

Nairobi —

Las Fallas podrían ver cumplido el sueño de todo monumento valenciano antes de ser devorado por el fuego cada 19 de marzo: recibir el indulto y escapar de las llamas para convertirse en inmortal, aspiración que la Unesco estudiará conceder a esta tradición la próxima semana en Etiopía.

La más popular de las fiestas valencianas, y una de las principales citas del calendario turístico español, es candidata a ser declarada patrimonio de la humanidad durante la reunión que la Unesco celebra desde el lunes y hasta el 2 de diciembre en Adis Abeba.

El reconocimiento podría llegar apenas una semana después de la muerte de una de sus principales impulsoras, la exalcaldesa de Valencia y senadora, Rita Barberá, cuya figura ha quedado vinculada al mundo fallero en la memoria colectiva de la ciudad que gobernó durante 24 años.

Representantes del organismo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura debatirán si esta costumbre con la que los valencianos celebran la llegada de la primavera merece ingresar en el registro de tradiciones consideradas raíz de la diversidad cultural global, y cuya continuidad debe preservarse.

El conjunto de todas las piezas que engranan esta tradición (esculturas, cantos y bailes, música, indumentaria y joyas) hace de las Fallas una expresión de “creatividad colectiva” que “salvaguarda las artes y oficios tradicionales”, valora la Unesco.

El informe recomienda a las Fallas

El informe que recomienda inscribir las Fallas en el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, el organismo de la ONU también subraya que esta fiesta es compatible con los derechos humanos, ya que miembros de cualquier grupo social, edad, profesión u origen geográfico pueden formar parte de ella.

Destaca que incluye a hombres y mujeres y que tiene en cuenta la “transmisión intergeneracional activa” de la festividad, cuya “viabilidad” considera garantizada.

El cumplimiento de estos criterios augura un buen final para la carrera por el reconocimiento que comenzó en 2011, cuando el Ayuntamiento de Valencia pidió su declaración.

No en vano, las Fallas han obtenido el visto bueno de un órgano de evaluación independiente para ser elegidas por el Comité para la Salvaguarda de Patrimonio Cultural Inmaterial, junto a la rumba cubana, la cultura de la cerveza en Bélgica o los festivales de carruajes en Japón.

En algún momento de la semana que viene, la festividad del fuego por excelencia podría ganarse un hueco en la vitrina de bienes culturales mundiales, atraer a más turistas si cabe, quedar a salvo del fuego y de convertirse en polvo.