Felipe V y el futuro Felipe VI tendrán los dos una fecha para el recuerdo, el 19 de junio. El primer Borbón incendió Xàtiva ese día del año 1707, mientras el futuro monarca será coronado rey de España en la misma fecha.
Si el anuncio de la abdicación de Juan Carlos I coincidió con la misma fecha que la ocupación y el saqueo de la ciudad por parte de su antepasado, el 2 de junio, ahora la corona continuará acumulando coincidencias de aciago recuerdo para los valencianos, y especialmente para los setabenses (aunque cabe señalar que otras diversas fuentes señalan el inicio del incendio en el día 17 de junio, y que el 19 fue cuando terminó).
Hay que recordar que los sucesos se originaron a raíz la derrota de la Batalla de Almansa del 25 de Abril de 1707, después de la cual las tropas partidarias del pretendiente Carlos de Austria estaban en retirada, y parte de ellas huyeron hacia Xàtiva donde pretendían resistir la llegada de los borbónicos. Entonces las tropas de Felipe V asediaron la ciudad hasta que cayó el 2 de junio, quedando sólo el castillo como resistencia que tampoco tardó mucho al rendirse.
Ante esta resistencia Felipe V de Borbón se ensañó en la revancha de la ciudad: “La obstinada rebeldía con que hasta los términos de la desesperación resistieron la entrada de mis armas los vecinos de la ciudad de Xàtiva [...] obstinó mi justicia a mandarla arruinar para extinguir su memoria, como se ejecutó para castigo de su obstinación, y escarmiento de los cuales intentaron seguir su mismo error”. Así se justificaba el monarca que el 19 de junio ordenó incendiar la ciudad, posteriormente sus campos fueron sembrados con sal para condenarla a la pobreza, y finalmente cambió su nombre por el de ‘Colonia Nueva de San Phelipe’.
La ciudad después de la infamia pasó de 12.000 habitantes a sólo 400, y tardó casi 80 años a volver al mismo nivel demográfico; el nombre de Xàtiva volvió con las Cortes de Cádiz, más de un siglo después, en 1812. Pero no fue hasta 1940 cuando la ciudad señaló al culpable de su ignominia; ese año, según explican la mayoría de crónicas, el director del Museo del Pósito puso boca abajo el cuadro de Felip V, un cuadro pintado por el artista local Josep Amorós en 1719 por encargo del gobierno local al vigente rey. Además encomendó que así permaneciera la imagen del rey incendiario hasta que un monarca sucesor suyo pidiera tres veces perdón por los sucesos ante el cuadro.
La falta de sensibilidad de la corona española con los represaliados por Felipe V continuará de esta forma, después de recuperar el ignominioso nombre que ningún rey había traído en más de 300 años, las fechas de su acceso al trono irán también unidas a las de la infamia con la que trató el primero Borbón a la ciudad de Xàtiva.