El fiscal solicita tres años de cárcel por coacciones en el ejercicio de un derecho fundamental, 24 meses de multa diaria de 9 euros diarios por daños y tres meses de multa por dos delitos leves de lesiones para cada uno de los cuatro acusados, tres hombres y una mujer, por haber agredido a una fotoperiodista mientras realizaba fotografías de una cogida en los “bous al carrer” en agosto de 2014 en Petrés (Valencia).
El juicio celebrado en el juzgado de lo Penal número 3 de Valencia ha constado de tres sesiones en las que han acudido como testigos los guardias civiles que socorrieron a la fotoperiodista y a dos acompañantes, la médico que los atendió y otros participantes en los bous al carrer, que han negado las agresiones. Tras las conclusiones de hoy ha quedado visto para sentencia.
El fiscal ha mantenido las conclusiones que realizó en el escrito de acusación donde aseguró que los cuatro acusados y otras personas no identificadas agredieron a la fotoperiodista junto a sus acompañantes e incluso les increparon y les escupieron. El Ministerio Público considera que la fotoperiodista estaba “ejerciendo su profesión” para el periódico Levante-EMV y que empezaron a increparla, agredirla y perseguirla cuando fotografió a un herido por asta de toro.
“Durante esta escena los acusados y el resto de individuos no identificados, zarandearon el coche de la aludida y lo golpearon causando daños al mismo que han sido pericialmente tasados en 2.256,65 euros”, apunta el fiscal. Una cifra de la que deberán responder los cuatro acusados civilmente en caso de ser condenados. El Ministerio Público considera acreditadas las agresiones y las posteriores secuelas en los agredidos. Los acusados habrían evitado el ejercicio de los derechos fundamentales a la libertad de expresión y a la libertad de información.
Por su parte, las defensas han pedido la libre absolución de los cuatro acusados al asegurar que las agresiones no se produjeron y que “no saltaron” encima del vehículo de la periodista, por lo que no deberían pagar los daños. Además, los abogados han mantenido que sus clientes desconocían que la agredida fuera fotoperiodista e, incluso, han cuestionado que formara parte del diario Levante-EMV.