La querella contra Esther Pastor, mujer de confianza Alberto Fabra, ha crispado los nervios en el Palau de la Generalitat, donde se sospecha que las facturas de hotel en las que se basa la denuncia contra la secretaria autonómica de Organización, Coordinación y Relaciones Institucionales podrían venir de la cúpula del partido, inmersa en una soterrada lucha por el poder que tendría lugar entre el vicepresidente, José Císcar, y el conseller de Gobernación, Serafín Castellano.
La tensión es máxima desde hace meses y se ha acrecentado recientemente, sobre todo con el nombramiento de Lola Johnson como secretaria autonómica de Comunicación. Su entrada en la cúpula del gobierno, en detrimento de varios hombres de confianza de Císcar que fueron destituidos, ha sido interpretada como una vuelta a la línea dura del PP valenciano que representaba Francisco Camps.
En ese ambiente, la filtración de varias facturas de hotel cargadas a la Generalitat por la mujer de confianza de Fabra ha sido considerada una puñalada que, posiblemente, venga de las filas del PP. “Esto tiene toda la pinta de ser fuego amigo”, observa un alto cargo popular que no quiere revelar su nombre.
Tampoco se descarta una nueva maniobra del espía que tantos jirones ha causado en la imagen de Fabra. Este supuesto topo, que ha generado varias crisis de confianza e investigaciones internas en el entorno de Fabra, ha comunicado a la opinión pública la contratación de un coach personal para el presidente, su nómina con todo detalle o la asignación de su cocinero personal a un puesto de confianza como asesor.
Para evitar sus filtraciones, casi todas de interés para la opinión pública, la Conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas dictó una orden por la que todos los funcionarios o personal laboral con acceso a información relevante o sensible de la Generalitat “deberán observar la necesaria reserva, confidencialidad y sigilo, incluso después de haber cesado en sus funciones o finalizado la relación contractual o laboral”.
Denuncia contra Pastor
La asociación conservadora Manos Limpias ha presentado una querella contra Esther Pastor, la secretaria autonómica de Organización, Coordinación y Relaciones Institucionales de Alberto Fabra, con quién ya trabajaba en el Ayuntamiento de Castellón. Según la denuncia, Pastor habría podido incurrir en los delitos de malversación de caudales públicos, estafa y falsedad documental al utilizar fondos públicos para usos privados.
En opinión del pseudosindicato ultra,Pastor habría cargado a la Generalitat habitaciones dobles de hotel “en las ciudades de Madrid, Altea, Alicante, Jávea, entre otras ciudades, sin que conste ningún acto institucional que justifique el desplazamiento”. La Generalitat aseguró el viernes por la tarde que todos los gastos consignados en la querella corresponden a motivos laborales o coinciden con actos oficiales. Los enémigos internos de Fabra, o el topo, parecen ser de otra opinión.