Poco a poco y de forma más organizada. Así transcurre el camino del nuevo espacio político en la ciudad, Guanyem Valencia, hacía su consolidación en un panorama político incierto en el cap i cassal. El surgimiento de esta nueva marca y el triunfo del modelo de Pablo Iglesias en Podemos, que obliga a los círculos locales a concurrir en candidaturas ciudadanas y no por libre, ha descolocado el tablero político de Valencia.
En la segunda asamblea que celebró la nueva marca política cerca de la estación de metro de Alameda, debajo del puente de la Peineta, se empezaron a ver los primeros pasos de la formación para organizarse. Se mostró el trabajo hecho por las tres comisiones que integran el nuevo espacio político: comunicación, programa y metodología.
Además, se aprobó a mano alzada el nuevo organigrama de trabajo de la plataforma, donde se añaden tres comisiones más a las ya existentes. Una comisión que actuará de coordinadora de barrios, otra de municipalismo para dinamizar la ciudad y una de confluencia que marcará las pautas a los partidos que quieran sumarse a la candidatura.
Presentado por gente anónima, aunque destacaba la presencia de militantes de base de Esquerra Unida, se aprobaron por parte de la asamblea las líneas de trabajo a seguir por la formación. Ejes que contemplan la celebración de unas jornadas sobre el programa y ética para noviembre, la elección de portavoces para principios de diciembre, la presentación de la plataforma electoral en distritos y barrios de diciembre a enero y la elaboración del programa entre diciembre y marzo. El debate sobre la confección de las listas duraría de enero a marzo y las primarias se celebrarían entre marzo y abril.
Con la sensación de menor afluencia de gente respecto la multitudinaria asamblea de nacimiento, se leyó un manifiesto por dos personas anónimas que intercalaban el valenciano y el castellano. En él, Guanyem València, se reivindica como una “plataforma ciudadana de la cual construir una candidatura de confluencia para las elecciones municipales de 2015” y que no se debe confundir como “una coalición ni una sopa de letras”. Una plataforma, que según el manifiesto, está constituida a partir “de las reivindicaciones de los movimientos sociales, de las mareas, de las plataformas de barrio y de las asociaciones de vecinos”.
En el texto, el nuevo espacio político defiende “la recuperación del control democrático sobre los servicios públicos”, así como la celebración de “consultas ciudadanas vinculantes y presupuestos participativos”. El manifiesto critica que el Ayuntamiento de Valencia “haya decidido que los gastos son públicos y los beneficios privados”.
La plataforma, asimismo, anunció y aprobó la convocatoria abierta para elegir el logotipo, ya que el que actualmente tiene está prestado por Ganemos Sevilla. Un concurso abierto desde la celebración de la asamblea y que se cerrará el 20 de noviembre. Entre el 21 y el 28 de noviembre se elegirá, presumiblemente en una asamblea, el logotipo final de la nueva marca.
En la asamblea, hablaron los colectivos de la Marcha de la Dignidad, que anunciaron una manifestación el 15 de noviembre en Valencia, y la Plataforma por el Litoral. El colectivo de trabajadores autónomos tenía previsto intervenir, pero finalmente su representante no pudo acudir a la segunda puesta en escena de la nueva marca política.
El encuentro terminó con una ronda de intervenciones del público que fue mucho menos crítica y tensa a lo vivido en el acto de fundación de la candidatura. Solo algunas críticas sobre que no se debatieran suficientemente las propuestas y las palabras del miembro de la CUP en Valencia, Natxo Calatayud, pidiendo “más respeto a la identidad valenciana” y poner más énfasis en luchar contra “la desigualdad lingüística” que sufre el valenciano fueron las notas discordantes. Guanyem Valencia empieza a andar en serio, pero con la sensación de haber perdido fuerza.