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La reapertura de la pieza de Gürtel apunta a un contrato con Orange Market que salpica al eurodiuputado del PP González Pons

La reapertura de la pieza 5 del caso Gürtel por parte de la Audiencia Nacional vuelve a poner en cuestión los contratos de la Generalitat valenciana con Orange Market. La intención del tribunal es conocer si los superiores de la principal imputada en esta causa, la exdirectora general Dora Ibars, le dieron indicaciones para contratar con la trama corrupta dirigida en Valencia por Álvaro Pérez “El Bigotes” y en Madrid por Francisco Correa.

Recuerda la Sala que los hechos imputados a Ibars se refieren, en primer lugar, a la contratación directa de la sociedad Orange Market en 2005 para la elaboración de la Guía de la Comunicación de la Generalitat y un pen drive que se iba a utilizar como regalo institucional, un procedimiento en el que para sustraerse del control administrativo las partes acordaron la emisión de varias facturas hasta alcanzar el valor del precio cobrado por Orange Market, de 88.975,59 euros, de los que se llegaron a pagar 58.580,96 euros, ha explicado la Audiencia Nacional en un comunicado.

Esta guía de la comunicación de la Generalitat del año 2005 la presentó el actual eurodiputado del PP Estaban González Pons cuando era conseller de Presidencia. La adjudicación se realizó varios meses antes de su llegada a la conselleria, pero siendo él responsable del departamento se realizaron todos los pagos. Algunos muy sospechosos porque la guía no la hizo Orange Market sino otra empresa.

Fuentes del entorno del eurodiputado aseguran que Esteban González Pons era un “conseller sin cartera” y eso significa que “no tenía presupuesto, ni podía contratar ni pagar porque dependía directamente de Presidencia de la Generalitat”.

El testimonio del político valenciano puede ser fundamental en este pieza puesto que era mano derecha de Francisco Camps, a quien la Fiscalía Anticorrupción sí que ha pedido investigar en esta causa reabierta por la Audiencia Nacional por si fuera quien ordenó contratar a la empresa de cabecera de la trama en Valencia.

Como ya contó eldiario.es, Esteban González Pons relató en su autobiografía Camisa Blanca, que este contrato estuvo a punto de salirle muy caro porque estuvo a punto de ser imputado. “Alguien muy importante en el Ministerio del Interior insistió confidencialmente ante los periodistas para que me presentaran como posible enredado en un conocido asunto judicial que no tenía nada que ver conmigo”, relata. El ahora eurodiputado y portavoz de la delegación española del PP en Bruselas afirma en su libro que se intentó “hacerle daño” y “ensuciarle”, y revela: “sin tener por qué, me salvó Garzón”. El exjuez fue el primer instructor del caso Gürtel.

Cuando estalló el escándalo en el año 2009 y ya como vicesecretario portavoz del PP, González Pons fue quien forzó la dimisión del exsecretario general del PP Ricardo Costa cuando fue imputado. Ese 9 de Octubre, día de la Comunitat Valenciana, dijo la célebre frase: “La fiesta se ha acabado”. A lo que Costa le replicó en una memorable rueda de prensa: “La fiesta en el PP no se acaba nunca”.

Ricardo Costa y los cabecillas de la trama han sido fundamentales para la reapertura de esta pieza que podría implicar a Francisco Camps en la financiación ilegal del PP de la que se salvó en primera instancia. Aquí los delitos serían más graves porque se intenta demostrar que los pagos al PP fueron a cambio de contratos públicos con la Generalitat. El delito de malversación de caudales públicos.