Los hospitales valencianos realizan episiotomías en casi dos de cada diez partos vaginales. La práctica médica, cuestionada por las secuelas que puede tener, se ha reducido en la última década en los hospitales públicos. Los datos provisionales correspondientes a 2023 indican que se realizaron más de 3.000 incisiones para atender a los cerca de 20.000 partos vaginales, una cifra que ya se acerca a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Como sucede con las cesáreas, la OMS establece una tasa ideal por debajo del 15%. En el caso de la sanidad pública valenciana, y a falta de tener los datos del ejercicio completo, las episiotomías sobre los partos vaginales son de entorno al 17%, mientras que sobre el total de partos rondan el 12,5%. Sanidad tampoco ha facilitado todavía los datos completos de nacimientos de 2023, que hasta noviembre fueron 25.269, cifra ligeramente inferior a la del año anterior, que terminó con 27.500 nacimientos.
La cifra de episiotomías, que corresponde a una pregunta parlamentaria realizada por Compromís, es aún provisional. En el momento de elaborar la respuesta solicitada por la diputada Mónica Álvaro aún faltan los datos completos de una decena de hospitales, que no especifican hasta qué mes se han contabilizado las intervenciones. Por lo pronto, se han contabilizado 3.174 intervenciones en los 24 hospitales públicos.
La memoria de la Conselleria de Sanidad tampoco indica este número es sus informes anuales, pero sí el número de partos vaginales, el porcentaje con anestesia epidural y las cesáreas, que permite hacer una aproximación. Según el informe de 2022, el último disponible, hubo 20.860 partos vaginales. Ese año se realizaron 6.696 cesáreas, un 24,3% sobre el total de partos. La tendencia demográfica es prácticamente la misma en 2022 y en 2023, al menos hasta el mes de noviembre, por lo que para la proyección estadística se toman estos datos.
La episiotomía es una incisión quirúrgica que se practica con bisturí o tijeras en el perineo para agrandar el canal de parto y acelerar la salida del bebé. El corte implica piel, pero también mucosa y, en muchos casos, músculo. La OMS lo desaconseja como práctica rutinaria, del mismo modo que lo hace la Estrategia de Atención al Parto Normal, desarrollada por profesionales. Realizada sin consentimiento e información, se considera una forma de violencia obstétrica. En los noventa era una práctica normal; dos décadas después es bastante cuestionada: para muchas mujeres, supone secuelas físicas y psicológicas, como incontinencia y estrés postraumático.
El centro en el que más episiotomías se han realizado es el Hospital Universitario La Fe, el centro de referencia en la capital valenciana, que notifica 827 episiotomías. Hasta noviembre, el hospital atendió a 3.968 recién nacidos -Sanidad no especifica los partos en 2023-, mientras que en 2022 fueron 3.146 partos vaginales y 1.235 cesáreas. Si se comparan las episiotomías con los partos vaginales del año anterior, la relación es de uno de cada cuatro en el hospital universitario.
La cifra es notablemente mejor que hace una década. En 2012, en España, el 41% de los partos vaginales en hospitales públicos terminaron con una episiotomía, una cifra muy por encima de las recomendaciones médicas, que están por debajo del 15% según la Organización Mundial de la Salud. En 2019, la cifra había descendido al 26%, según los datos facilitados por Transparencia a elDiario.es. A nivel autonómico, esta intervención no consta en las estadísticas de la conselleria.