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Ignacio Escolar: “Hay una alianza entre la derecha y la extrema derecha que las hace indistinguibles”

Laura Martínez

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En España faltan anticuerpos contra la desinformación y contra el discurso de extrema derecha. Faltan en los medios de comunicación, en los partidos y en la ciudadanía, que ven a la extrema derecha como uno más en el juego. El Congreso Sociedad, Derechos y Extrema Derecha: la sombra del capitalismo en el siglo XIX, organizado por la Fundación Primero de Mayo en València, analiza las distintas estrategias para combatir los discursos ultras y las consecuencias sobre la democracia.

El foro, que se desarrolla este viernes y sábado en la capital valenciana, acoge una mesa sobre el 'Discurso y estrategias mediáticas de la extrema derecha', con los responsables de elDiario.es, Ignacio Escolar; de Infolibre, Jesús Maraña, y los periodistas Olga Rodríguez, Miquel Ramos y Aurora Mínguez, expertos en derechos humanos y discursos de ultraderecha, que han analizado el modus operandi de los partidos ultra y cómo reaccionan los medios ante ellos.

Moderados por Virginia Pérez Alonso, responsable de Público, los periodistas constatan que existe un problema de credibilidad entre los medios tradicionales, agravado a medida que se ha integrado el uso de las redes sociales en lo cotidiano. Plataformas como Facebook y Twitter (ahora X) no tienen los filtros necesarios contra los bulos, destacan, y falta educación en el uso de las redes sociales, unas grietas por las que la extrema derecha sabe colar su discurso. “El impacto de la prensa de calidad escrita en el público general ha descendido un 60% en los últimos años. Así que parece que la batalla la están perdiendo los medios tal y como los conocíamos hasta ahora”, apunta Aurora Mínguez, corresponsal de Radio Televisión Española en Alemania.

La estrategia del descrédito es una herramienta de los ultras contra los medios que resultan incómodos, afirma Ignacio Escolar, que narra el modus operandi de formaciones como Vox ante determinadas informaciones, consistente en el veto en las ruedas de prensa y la posterior amenaza por la vía judicial o los insultos en redes sociales, algo que constata Pérez Alonso, contra la que se han querellado en varias ocasiones. “Estamos perdiendo la batalla en gran medida contra las redes sociales. El impacto de las redes sociales en el electorado de extrema derecha está calando, principalmente porque esas personas han creído que los medios de comunicación somos parte del problema”, subraya el director de elDiario.es.

Los medios no son agentes neutrales, recalca Miquel Ramos, algunos forman parte de la estructura. “Los bulos, el discurso de odio... están en el congreso de los diputados, acreditados como periodistas”, subraya el informador experto en fascismos, que destaca la financiación por parte de la extrema derecha a portales web afines y cómo otros medios tradicionales han comprado su planteamiento, con el discurso de odio como marca. “El odio es un negocio muy rentable”, destaca Ramos.

Maraña, director de Infolibre, considera que en España hay dos peculiaridades: el comportamiento de las formaciones conservadoras y el ecosistema mediático. “La extrema derecha es hijo pródigo de la derecha democrática española; tiene los ingredientes de otros extremismos populistas, pero luego esa derecha tradicional está ya utilizando el mismo discurso, los mismos elementos y bulos”. Además, indica el responsable de Infolibre, “no hay un panorama mediático equilibrado respecto a la sociedad y esto tiene que ver con el hecho político”. “En España cada noche te acuestas con varias falsedades en portadas”, denuncia. “El PP de Madrid es idéntico a Vox”, afirma Escolar, que cree que es Isabel Díaz Ayuso la líder de ese espacio de la derecha y no Abascal, subrayando la complicidad con el argentino Javier Milei. “Hay una alianza entre la derecha y la extrema derecha que las hace indistinguibles” en gobiernos como el madrileño, destaca el director de elDiario.es.

El objetivo de la desinformación no es solo instalar determinadas verdades, incide el responsable de Infolibre: “No basta con desmentir los bulos. Ya sabemos que la extrema derecha tiene una gran capacidad para pasar por debajo de los radares y para utilizar las redes sociales. Pero su intención no es instalar unas verdades sino crear un determinado clima social”, subraya, en una opinión que comparten los ponentes. La periodista de RTVE Aurora Mínguez afirma que gran parte de los periodistas no tienen formación o tiempo para realizar un 'fact check' en directo al entrevistar a un líder como Santiago Abascal, algo fundamental para impedir la difusión de bulos.

Otra de las estrategias, apuntada por Ramos, es la de jugar al despiste, jugando con la tendencia a la caricaturización. El periodista pone como ejemplo el caso de la Generalitat Valenciana, donde Vox escogió como vicepresidente al extorero Vicente Barrera. Para Ramos, resulta una maniobra de distracción colocar a alguien singular en un puesto de poder que se dedica a “decir burradas” mientras el resto “administran la caja”. Rodríguez se manifiesta contraria al periodismo declarativo, que se limita a reproducir las palabras de los líderes políticos, y reclama informaciones que no entren en la equidistancia, una cuestión que toma especial relevancia en un contexto de guerra en Ucrania y Palestina. Con todo, los informadores se muestran optimistas sobre el futuro, dada la movilización de la sociedad ante los conflictos y las alternativas constructivas que hacen frente a la ultraderecha.“ ”Es muy difícil que la gente que está capturada por sus mensajes vaya a más... va a ser imposible cuestionar la realidad“, ha afirmado Escolar, sobre los bulos negacionistas. ”Hay una parte de la sociedad que está desinformada porque confunde su whatsapp o su timeline con información. Pero vamos aprendiendo“, ha concluido.

Tras las intervenciones de bienvenida por parte de Ana García Alcolea, secretaria general de Comisones Obreras del País Valenciano, y Fernando Lezcano, presidente de la Fundación Primero de Mayo, organizadora del congreso, pronunció la conferencia inaugural el historiador experto en fascismos Roger Griffin, que apuntó: “El fallo de la izquierda a la hora de luchar contra Franco, y también ahora, en parte es porque no entiende la naturaleza de la derecha. La izquierda tiende a asumir que la derecha es sólo capitalismo y cosas malas, pero también tiene valores”. El historiador considera el momento actual de riesgo máximo para las democracias: “Estamos en un momento en el que las derechas están amenazando la democracia liberal. Tenemos que enfrentarnos a las derechas desde un punto de vista global de las humanidades. La izquierda tiene que hacer un frente popular”, subrayó Griffin.

En la sesión de la mañana, Steven Forti, de la Universitat Autònoma de Barcelona, y la periodista y politóloga valenciana Anna López presentaron el libro Mitos y cuentos de la extrema derecha.

Durante la tarde también intervino la vicepresidenta Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, María Eugenia Rodríguez Palop, que enfatizó el papel del feminismo como “antídoto” para la extrema derecha. La eurodiputada aboga por un Estado social en el que los cuidados se planteen sin frontera espacial o temporal. “Los derechos no tienen que entenderse como posesiones, son acciones. No están vinculados al mundo del poseer sino del hacer”, indicó Palop, que cree que la política feminista no puede ser solo de confrontación, debe ser constructiva y optimista.