Los repartidores de Deliveroo son falsos autónomos. Así lo determina la resolución de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Valencia en respuesta a la denuncia colectiva de Intersindical junto a varios mensajeros de la empresa.
Los conocidos como 'riders' organizaron una huelga el pasado junio e interpusieron varias denuncias contra la empresa de reparto de comida a domicilio por su precaria situación laboral. Para empezar, Deliveroo no reconoce relación laboral con sus trabajadores y defiende que son autónomos, por lo que no contempla que tengan derecho al salario mínimo, a bajas, y a otras prestaciones básicas incluidas en la regulación laboral española.
La Inspección determina que la empresa se ha venido saltando el primer punto del estatuto de los trabajadores, como ha expuesto el representante de Intersindical en rueda de prensa este lunes y adelantó ayer El País. “Se ha comprobado que la relación que unía a estas personas con la mercantil de referencia encubría una auténtica relación laboral y, por tanto, una falta de alta y cotización en el Régimen General”, señala la resolución. La Seguridad Social obliga de esta manera a pagar las cuotas pertinentes por los trabajadores, unos 160.000 euros, que solo obedecen a los denunciantes valencianos. Además, procede a comunicar su alta en la Seguridad Social.
“Entendemos que se cumplen todos y cada uno de los requisitos vertebradores de la relación laboral de acuerdo con el artículo 1 del Estatuto de los Trabajadores, la apariencia mercantil de la relación entre las dos partes tan solo puede ser considerada como un fraude de ley”, exponía Intersindical en la denuncia presentada el 14 de julio.
Los 'riders' denunciantes se han mostrado “muy contentos” con la resolución de Trabajo y esperan que otros trabajadores se animen a denunciar sus condiciones precarias. La mayoría de trabajadores tienen entre 20 y 30 años y en Valencia cobran 3'38 euros por pedidos que tienen que realizar en moto, sin seguro de accidentes.
La resolución de la Inspección de trabajo pone bajo la lupa el modelo de Deliveroo y de varias empresas que funcionan como plataformas de contacto entre los establecimientos y el consumidor que quiere recibir en su casa (o en su oficina) un pedido, y que hasta el momento han utilizado estructuras laborales ligeras, con repartidores o conductores que trabajan como autónomos.
Son pocos los repartidores que se han atrevido a acudir a la Inspección y esta resolución puede provocar un efecto dominó con otras empresas, al ser la primera que reconoce a los trabajadores como tal.
Deliveroo ha anunciado que recurrirá esta decisión, que probablemente acabe en los tribunales. Al margen de la denuncia colectiva, hay al menos una docena de repartidores valencianos que han acudido a la Inspección por causas particulares, como un despido por organizar la huelga de julio y una baja por enfermedad no retribuida. En Madrid, Barcelona, Galicia y Sevilla también hay denuncias presentadas contra este modelo de precariedad laboral.