Evitar “el fraude de los pactos ocultos y el juego de trileros que se emplean para gobernar”, que los pactos sean “previos a la cita electoral y no se jugará con cartas marcadas”, de esta forma Isabel Bonig, coordinadora general del PP de la Comunitat Valenciana, insistía en defender la reforma de la ley electoral que impulsan los 'populares'. En resumen, los conservadores quieren primar a un alcalde “con un porcentaje de apoyo suficientemente significativo” sobre un gobierno con mayoría absoluta.
Bonig reprocha de este modo a Compromís y EUPV que no quieran concurrir bajo la misma marca con el PSOE en unas elecciones “y las confusas y bochornosas declaraciones que han realizado en los últimos días con tal de no anunciar a los valencianos si gobernarían juntos”.
La dirigente del PP mantiene que esta es una medida de elección directa de los alcaldes es una “regeneración democrática” y que rechazarlo es una “irresponsabilidad” y “falta de respeto”. De este modo Bonig ataca especialmente al PSPV afirmando que se pone nervioso, y que “no tienen más proyecto que la revancha” porque “son capaces de sumarse a pactos tripartitos o cuatripartitos si con ello consiguen evitar que gobierne el candidato del PP”.
Así concretament critican que los socialistas “han llegado a entregar alcaldías a candidatos que apenas han obtenido un 10% de los sufragios”, en referencia al exalcalde de Burjassot, Jordi Sebastià (Compromís) que obtuvo menos del 9% de los sufragios, o de Orihuela, Monserrate Guillén (11%) de EUPV-Los Verdes. Estos pactos son los que el PP considera “verdadero pucherazo”.
Para la dirigente 'popular' la negativa de los socialistas a negociar la reforma electoral sólo se explica porque “son prisioneros de sus pactos ocultos con la izquierda radical”.